Queridos
Reyes Magos, ya sé que no soy ninguna niña y que apenas tengo esperanza ni fe.
Quizás sea inútil escribir esta carta pero al menos yo lo intento.
Este
pasado año que acabamos de dejar ha sido muy duro y difícil; he vivido
situaciones nuevas, conocido personas y dejado otras.
Intento
día a día salvar mis errores o aprender de ellos pero parece que estoy
destinada a no hacerlo.
Lo
más importante para mí es estar junto a las personas que me quieren y desean mi
bienestar; ya sé que no lo he valorado nunca y que he sido muy inconsciente al
respecto; pero el tiempo cambia a las personas y es cierto.
¡Deseo
tanto hallar la confianza en mí misma y conseguir paz interior!
Hasta
hace nada ansiaba tener amistades, amor, confianza en alguien. Ahora ya no
querido Reyes. Quizás sean importante las amistades, no lo dudo; sin embargo,
ahora el silencio y la soledad me hacen sentirme más en paz conmigo misma.
Sí,
necesitaba de amistades, personas con las que confiar, alguien que llenara mi
corazón de amor y sinceridad; pero eso no se puede buscar, no. Es algo que
puede surgir si surge. Nadie está obligado a querer ni a tener amistad. Los
sentimientos son algo muy personal que absolutamente nadie puede manipular.
Este
año tan solo deseo paz y armonía; da igual que sea a solas conmigo misma, que
no tenga a nadie. Da igual que nadie se haya fijado jamás en mí ni me haya
enamorado y se haya enamorado nadie de mí. El amor, la pareja, es algo
ambicioso, algo que puede ser bueno o malo.
Puede
que el silencio sea mi mejor aliado tras sufrir intensamente el haber confiado.
No deseo ya confiar, en eso deseo que me ayudéis; deseo con todas mis fuerzas
callar, olvidar las circunstancias que
me hicieron errar y permanecer alerta ante palabras y acciones que me puedan
dañar.
Queridos
Reyes, nada hay más importante en la vida que la seguridad y la fortaleza; ya
sabéis que de ello estoy a cero, que el miedo me invade, que la inseguridad es
mi peor enemiga y que caigo constantemente en el engaño.
Mi
deseo para este año es tener estabilidad, conocerme para poder conocer a los
demás; que mi corazón que ahora está vacío, se llene de sentimientos buenos y
placenteros; y que jamás pierda el norte del cariño y sensibilidad hacia los
demás.
Autora:
Rosa Mª Villalta Ballester