¡Pasa
el tiempo! Quizás demasiado rápido, quizás demasiado deprisa. Aprovecharlo es
la mejor medicina, el gran premio que se le puede ofrecer a quien nos dio la
vida.
¡Dichosa
toda persona que aprovecha cada instante de la misma!
Está
claro que nuestro paso por el mundo no es un camino de rosas fácilmente
superable: que hay dificultades, necesidades, impedimentos; pero hay algo que
sí puede existir en cada ser: las ganas de vivir. Con esto se puede, imagino,
intentar salvar cualquier barrera que no deje disfrutar el día a día.
Cada
cual tiene una visión de la vida tan diferente que ha de superar o seguir.
No
existen palabras ni acciones que proporcionen esas ganas por vivir: eso es algo
que lleva uno mismo dentro de sí; sin causa, sin fundamento, pero cada cual
lleva su sello de vida.
Y
... sin deseos de continuar viviendo, nada tiene fundamento, nada se desea,
nada tiene su sentido.
No
dejo de admirar a las personas con proyectos para superar, con alegría, ...,
¡aprovechando cada instante que les da la vida!
¿Qué
motiva vivir? Cuando pasan días, semanas, años, ..., simplemente dejándolos pasar,
existiendo, únicamente despertando sin gana ninguna porque otro día sin sentido
alguno vuelve a nacer, simplemente sintiendo el dolor y la angustia que
constantemente existe.
¿Qué
mueve desistir? La desesperanza, las acciones realizadas equivocadamente una y
otra vez, la pérdida de voluntad, la desconfianza y todo ello junto a una falta
quizás de olvido por algo que ocurrió.
Lo
que está claro que vivir implica sufrir, tanto para algo alcanzar como el
presente soportar.
Cada
cual valora la vida según su realidad: ¡felicidades a toda aquella persona que
desea disfrutarla tanto en la calma como en la tempestad!
Autora:
Rosa Mª Villalta Ballester.