No siento la
fragancia de la flores,
ni despierto
con placer de amanecer;
tan solo
dejando pasar este tiempo,
que, a
oscuras, quizás deba retener.
¡Qué absurdo
cuando, sin voluntad,
siento gran
tristeza al pasar edad!
¿Acaso
existe tan tamaña tristeza,
que
envejecer por sentir extrañeza?
No necesito
de palabras elocuentes,
ni de
emociones que no son del alma,
ni de
sutilezas para engañar a mi ser,
ni de sitios
para ocultar mi desgana.
¡Tan
importante es desear el tiempo,
como el que
se pasa sin nada desear!
¿No es
envejecer dejar de lado vida,
vida que el
corazón siente al palpitar?
Siento pasar
el momento a momento,
enfriando
cada vez más mi voluntad;
irreconocible,
indeseado, inesperado,
ése cuyo
pasar no significa idoneidad.
¡Y la sangre
corre por mis venas, sí,
aunque yo
sólo represente vitalidad!
¿Acaso
existir no es vivir muriendo,
cuando el
tiempo es un impedimento?
¿Envejecer
es dejar el tiempo pasar,
o pasar el
tiempo con su oportunidad?
¿Es sentir
la vida en cada instante,
o sentir
cada instante la vida pasar?
Envejecer
... no significa abandonar,
significa un
paso más en la vida dar.
Autora: Rosa
Mª Villalta Ballester