Abro los ojos, y me pregunto ¿quién soy?
hacia dónde me dirijo, en qué lugar estoy;
sin interés ni proyecto mas que mejorar,
ser mejor persona, no volver a empeorar;
no caer en trampa alguna, sin estabilidad;
alzar la mirada y ... ¡no dejar la voluntad!
Palabras que pueden tal vez, ser verdad;
aferrarse a cualquier cosa para continuar;
sentir un vacío inmenso de derrota total;
perder el miedo, quizás
ideal a alcanzar;
existir, sin esperanza,
solo por aguantar.
Abro las manos, ¿para poder quizás dar?
¿Qué dar tras un alma desacorde y átona,
que nada puede ofrecer en su oscuridad?
¿Qué son las manos sino una oportunidad?
¿Acaso ofrecerlas mejor que esconderlas?
Paso los años sin comprender un instante;
cerrando los ojos y añorando un presente;
sin esperar nada, sin dejar rastro alguno;
incógnito pasar lejos de avance oportuno;
sin huella ni recuerdo que dejar al futuro.
He caminado por sendas muy polvorientas,
tomado rumbos equivocados e inseguros,
cayendo sin saber levantar por el miedo,
incertidumbre, incapacidad,
desasosiego,
confiando sin acertar, fingiendo acierto,
mas cerrando puertas que daño hicieron.
Y cerrando el corazón, ..., ¡hermético!;
que nada siente, a pedazos ya inmensos;
sintiendo sus latidos y su vacío completo,
preguntándome si aun hoy, algo siento;
mas el dolor y la insensibilidad , ciertos.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester