Las personas inteligentes adoptan hábitos más saludables, porque así es posible vivir más y mejor. Ésta es una manera de tomar en sus manos el control de la salud, el bienestar, conseguir administrar mejor el estrés y tener más calidad de vida.
Es bastante probable que consigamos ser más productivos en todas las áreas, teniendo más tiempo y recursos para disfrutar viajes y actividades de tiempo libre, con la familia y los amigos.
Así es como Júlio Simões, instructor del Método DeRose en la ciudad de Curitiba (Brasil), inicia una reflexión en la cual nos provee 10 consejos prácticos para mejorar nuestros hábitos de una manera definitiva. Y continúa:
Es común dejar que surja el pensamiento de que ciertas cosas son sólo para quien tiene tiempo o es financieramente estable.
Muchos piensan: “¿Quién soy yo para darme el lujo de algo así?” o “tal vez cuando tenga otro trabajo…” o “cuando los hijos crezcan…” y sabemos cómo es, el tiempo pasa, las oportunidades pasan y las personas no realizan nada. Cuando tenga tiempo y dinero será tarde para poder disfrutar del tan soñado retiro. Entonces sí que ya no habrá tiempo.
El momento es ahora, las cosas son para ya. Por supuesto, tenemos ciertas prioridades y objetivos principales, que deben ser seguidos sin que haya conflicto interno. Con alguna dosis de creatividad es posible ir encajando una u otra actividad sin comprometer la rutina normal.
Independientemente de su estilo de vida, le dejo algunas ideas para que reflexione. Nada que nadie no sepa, ni tampoco con la pretensión de agotar el asunto. Sólo para sumar datos y, quien sabe, ayudarle de algún modo.
Aliméntese bien: haga pausas estratégicas para hacer una colación a media tarde o media mañana. No necesita insumir mucho tiempo para las refecciones, pero no coma apurado o mientras realiza cualquier otra tarea.
Aproveche para conversar con alguien; tal vez de ahí mismo surjan nuevas ideas. Eso sí: evite parar para comer sólo cuando tenga hambre. Eso es señal de su cuerpo ya está carente de alimento. Lo mismo vale para beber agua.
Respete su cuerpo: haga pausas para alongarse, camine un poco si es posible. Haga técnicas respiratorias cuando sienta sueño o caiga su productividad.
No resigne horas de sueño. Bien descansado, se produce mucho más.
Tenga un programa de calidad de vida: si usted hace una práctica completa de SwáSthya Yôga orientado por un profesional formado y revalidado, ya sale ganando, pues tendrá una cuota extra de energía y vitalidad.
Independientemente de eso, practicar deportes o alguna actividad física, además de ser placentero también nos pone en forma. Las actividades en grupo tienen la ventaja de la interacción y el estímulo de los amigos.
Si usted es autosuficiente, puede correr o pedalear oyendo música, por ejemplo. Lo bueno es que no depende de nadie.
Eso sí: antes de iniciar cualquier actividad física, deportiva o un programa legítimo de Yôga, haga una evaluación médica.
Duerma bien: eso hace mucha diferencia al día siguiente. Además, cada uno sabe lo que es mejor para sí: si el café o el té negro alejan el sueño, evítelos, así como también ver televisión o hacer actividades estimulantes antes de dormirse.
Desperécese, alónguese, bostece y sonría: antes de levantarse, esta secuencia es uno de los mejores recursos para espantar la pereza.
Haga también una breve meditación todavía en la cama, inmediatamente después de despertarse y antes de dormir, algo rápido, entre 5 y 20 minutitos.
Tenga en cuenta que meditar es no pensar. Si no sabe ninguna técnica, entonces haga una breve reflexión, recordando sus sueños de la noche anterior o lo que desee realizar al día siguiente. Si bien eso nos es meditar, es un buen comienzo.
Desestrésese: si su rutina está sobrecargada, quiébrela al medio. Si no puede ir al cine en medio de la tarde o tomar un helado una mañana de sol en el transcurso del día del trabajo, pruebe hacer un trayecto diferente entre su casa y su oficina, o ir en bicicleta a la facultad.
Las rutinas pueden ser quebradas, no se sienta mal por eso. Además, permitirse desconectar los aparatos electrónicos por algunas horas e ir al parque puede ser bien provechoso.
Invierta en usted: libro es cultura. Reserve unos pesos para comparar un libro cada mes. Además, participe de conferencias, cursos, lanzamientos de libros, eventos culturales en general. Así conocerá más personas y ampliará su círculo de amistades y su bagaje cultural.
Viaje siempre que sea posible: encare cada viaje como una inversión. Viajar siempre nos hace bien.
No deje de realizar las actividades que le proporcionan placer: reunir a sus amigos para una charla distendida en su casa, ir al cine o cenar con su grupo son actividades indispensables. Existen alternativas económicas y hasta gratuitas. Lo importante es no aislarse.
Si algo no va bien, use otra táctica: lo más importante es tener el juego de cintura necesario para adaptarse a las diferentes realidades.
No se sienta frustrado por no conseguir realizar todo lo que desea en este momento. Cada cosa sucede a su debido tiempo. Administrar la ansiedad es fundamental.
Considere que el principal cambio está en nuestra actitud. 50% está en ser consciente de eso y el otro 50% está en cambiar. Por lo tanto, alcanza con querer.
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