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General: DIOS CREADOR SALVADOR CRISTO JESUS REGRESA
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Respuesta  Mensaje 1 de 6 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 26/04/2022 19:05


La energía creadora de Dios sostiene el universo, exaltad a Jesús como el creador.

El es quien cubre de nubes los cielos, el que prepara la lluvia para la tierra, el que hace a los montes producir hierba. El da a la bestia su mantenimiento, y a los hijos de los cuervos que claman. Salmos 147:8-9. EJ 61.1

Aunque la Biblia debe ocupar el primer lugar en la educación de los niños y jóvenes, el libro de la naturaleza le sigue en importancia. Las obras creadas por Dios testifican de su amor y poder. El ha llamado al mundo a la existencia, con todo lo que contiene. Dios ama lo bello; y en el mundo que ha preparado para nosotros, no sólo nos ha dado todo lo necesario para nuestra comodidad, sino que ha llenado los cielos y la tierra de belleza. Vemos su amor y cuidado en los ricos campos del otoño, y su sonrisa en la alegre luz del sol. Su mano ha hecho las rocas como castillos y las sublimes montañas. Los altos árboles crecen a su orden; él ha extendido la verde y aterciopelada alfombra de la tierra, y la ha tachonado de arbustos y flores. EJ 61.2

¿Por qué revistió él la tierra y los árboles de verde vivo, en vez de un marrón oscuro y sombrío? ¿No es acaso para que fuesen más agradables a la vista? ¿Y no se llenará nuestro corazón de gratitud al ver las evidencias de su sabiduría y amor en las maravillas de su creación? EJ 61.3

La misma energía creadora que sacó el mundo a la existencia, sigue manifestándose en el sostenimiento del universo y en la continuación de las operaciones de la naturaleza. La mano de Dios guía los planetas en su marcha ordenada a través de los cielos. No se debe a un poder inherente el que la tierra continúe su movimiento en derredor del sol año tras año, y produzca sus bendiciones. La palabra de Dios controla los elementos. El cubre los cielos de nubes y prepara la lluvia para la tierra. Hace fructíferos los valles, y “hace a los montes producir hierba”. Salmos 147:8. Por su poder florece la vegetación, aparecen las hojas y se abren las flores. EJ 61.4

Todo el mundo natural está destinado a ser intérprete de las cosas de Dios. Para Adán y Eva en su hogar del Edén, la naturaleza estaba llena del conocimiento de Dios, rebosante de instrucción divina. Para sus oídos atentos, hacía repercutir la voz de la sabiduría. La sabiduría hablaba al ojo y era recibida en el corazón; porque ellos comulgaban con Dios en sus obras creadas. Tan pronto como la santa pareja transgredió la ley del Altísimo, el esplendor del rostro de Dios se apartó de la faz de la naturaleza. Esta ahora está arruinada y mancillada por el pecado. Pero las lecciones objetivas de Dios no se han obliterado; aún ahora, cuando se las estudia e interpreta correctamente, hablan de su Creador.

Será especialmente valioso para los niños y los jóvenes nerviosos que hallan agotadoras y difíciles de recordar las lecciones de los libros. Hay salud y felicidad para ellos en el estudio de la naturaleza; y las impresiones hechas no se desvanecerán de su mente, porque quedarán asociadas con objetos que están continuamente delante de sus ojos.




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Respuesta  Mensaje 2 de 6 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 27/04/2022 00:05

La primera semana de la tierra, exaltad a Jesús como el creador.Apoc 14:7 Decía con fuerte voz: «Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su Juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua.»

Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Éxodo 20:11. 

El ciclo semanal de siete días literales, seis para trabajar y el séptimo para descansar, preservado y trasmitido mediante la historia bíblica, tuvo su origen en los grandes acontecimientos de los primeros siete días. EJ 46.2

Cuando Dios promulgó su ley en forma audible desde el Sinaí, introdujo el mandamiento del sábado: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”. Luego declaró inequívocamente lo que se debe hacer durante los primeros seis días, y qué se debe hacer en el séptimo. Luego, como razón para observar la semana de ese modo, les recuerda su propio ejemplo en los primeros siete días de tiempo. “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. Éxodo 28:8, 11. EJ 46.3

Esta razón resulta hermosa y convincente únicamente cuando comprendemos que el registro de la creación habla de días literales. Los primeros seis días de cada semana le fueron dados al hombre para trabajar, porque Dios empleó el mismo período de la primera semana en la obra de la creación. Apartó el séptimo día para que fuera un día de reposo, en conmemoración de su propio descanso durante el mismo período, después de terminar la obra de la creación en seis días. EJ 46.4

Pero la suposición infiel que pretende que los acontecimientos de la primera semana requirieron siete períodos largos y de duración indefinida, atenta directamente contra el fundamento del sábado del cuarto mandamiento. Hace oscuro e indefinido aquello que Dios hizo sumamente claro... EJ 46.5

Los geólogos infieles aseguran que el mundo es mucho más antiguo de lo que el registro bíblico indica. Rechazan el testimonio de la Biblia, debido a que contiene elementos que, para ellos, no son evidencias tomadas de la misma tierra, de que el mundo ha existido durante decenas de miles de años. Y muchos que profesan creer la historia bíblica se desconciertan porque no pueden dar razón acerca de cosas maravillosas que encuentran en la tierra, observadas desde el punto de vista de que la semana de la creación tuvo solamente siete días literales, y que el mundo actualmente no tiene sino alrededor de seis mil años de edad... EJ 46.6

Sin la historia de la Biblia, la geología no puede probar nada. Las reliquias que se encuentran en la tierra dan evidencia de un estado pasado de cosas, que difiere en muchos respectos del presente. Pero la época de su existencia y la extensión del período durante el cual estas cosas han estado en la tierra, se pueden comprender únicamente mediante la historia bíblica... Cuando los seres humanos no toman en cuenta la Palabra de Dios con respecto a la historia de la creación, y tratan de explicar la obra creadora del Señor mediante la aplicación de principios naturales, se aventuran en un océano ilimitado de incertidumbre. De qué manera realizó Dios la obra de la creación en seis días literales, es algo que nunca ha revelado a los mortales. Su obra creadora es tan incomprensible como su existencia.—



Respuesta  Mensaje 3 de 6 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 27/04/2022 01:03

Cristo vivió una vida de humilde obediencia.

Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. Hebreos 5:8-9. 

Cristo vino a nuestro mundo y vivió en un hogar de aldeanos. Vistió las mejores ropas que sus padres pudieron proveerle, pero fueron ropas de campesino. Anduvo por ásperos senderos y escaló las pronunciadas laderas de las colinas y montañas. Cuando caminaba por las calles estaba aparentemente solo, porque los ojos humanos no podían contemplar a sus asistentes celestiales. Aprendió el oficio de carpintero, para poder señalar como honorable y ennoblecedora toda labor honesta realizada por los que trabajan con la mira puesta en la gloria de Dios... DNC 287.2

Cristo, el Señor de toda la tierra, fue un humilde artesano. No fue comprendido, y se lo trató con desdén y desprecio. Pero había recibido su comisión y autoridad del poder más elevado, del Soberano del cielo. Los ángeles fueron sus servidores, porque Cristo estaba ocupado en los negocios de su Padre tanto cuando trabajaba junto al banco de carpintero como cuando realizaba milagros para las multitudes. Pero ocultó el secreto de la vista del mundo. No antepuso títulos elevados a su nombre a fin de que su posición fuera comprendida, sino que vivió la ley real de Dios. Su obra comenzó al ennoblecer el humilde oficio del artesano que debía esforzarse por lograr su pan cotidiano... Si la vida de Cristo hubiera transcurrido entre los grandes y los ricos, el mundo de los que debían trabajar duramente se habría visto privado de la inspiración que el Señor quería que tuviera. DNC 287.3

La vida de Cristo fue mansa y humilde. Eligió esa vida a fin de poder ayudar a la familia humana. No se colocó sobre un trono como el Comandante de toda la tierra. Dejó a un lado su manto real, se quitó la corona regia para ser uno de los componentes de la familia humana. No tomó sobre sí la naturaleza de los ángeles. Su obra no fue el oficio sacerdotal de acuerdo con las designaciones de los hombres. Era imposible para éstos comprender su exaltada posición a menos que el Espíritu Santo la hiciera conocer. En nuestro favor revistió su divinidad con humanidad y descendió del trono real. Renunció a su posición de Comandante de las cortes celestiales... De esta manera, ocultó su gloria bajo la apariencia de la humanidad para poder tocar a la humanidad con su poder divino y transformador





Respuesta  Mensaje 4 de 6 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 28/04/2022 02:12

La revelación de Dios

Cristo, Creador y Dados de la Vida

“DIOS, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”. 2 Corintios 4:6. 

Antes de la caída, ni una nube descansaba sobre la mente de nuestros primeros padres, que oscureciera su clara percepción del carácter de Dios. Estaban perfectamente conformes con la voluntad de Dios. Como vestimenta, estaban cubiertos de una bella luz, la luz de Dios. El Señor visitaba a la santa pareja y la instruía en cuanto a las obras de sus manos. La naturaleza era su libro de texto. En el jardín del Edén, la existencia de Dios estaba demostrada en los objetos de la naturaleza que los rodeaban. Cada árbol del jardín les hablaba. Se veían claramente las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y divinidad, siendo entendidas por las cosas que eran hechas. 1MS 341.2

Pero si bien es cierto que Dios podía ser así discernido en la naturaleza, esto no apoya el aserto de que después de la caída un perfecto conocimiento de Dios fue revelado en el mundo natural a Adán y a su posteridad. La naturaleza podía transmitir sus lecciones al hombre en su inocencia, pero la transgresión marchitó la naturaleza y se interpuso entre ella y el Dios de la naturaleza. Si Adán y Eva nunca hubiesen desobedecido a su Creador, si hubiesen permanecido en el sendero de la perfecta rectitud, podrían haber conocido y entendido a Dios. Pero cuando escucharon la voz del tentador y pecaron contra Dios, se apartó de ellos la luz de las vestimentas de inocencia celestial, y al perder las vestimentas de inocencia, se rodearon con los negros mantos de ignorancia con respecto a Dios. La clara y perfecta luz que hasta entonces los había rodeado había alumbrado todo aquello a lo que se acercaban, pero privados de esa luz celestial, la descendencia de Adán no podía ya más discernir el carácter de Dios en sus obras creadas. 1MS 341.3

Las cosas de la naturaleza que hoy miramos nos dan sólo un débil concepto de la belleza y gloria del Edén. Sin embargo, el mundo natural, con voz inequívoca, proclama la gloria de Dios. En las cosas de la naturaleza, desfiguradas como están por la marchitez del pecado, permanece mucho que es bello. Alguien, omnipotente en poder, grande en bondad, en misericordia y en amor, ha creado la tierra, y aun en su estado marchito, inculca verdades en cuanto al hábil Artista Maestro. En este libro de la naturaleza, abierto ante nosotros, en las bellas y perfumadas flores, con sus variados y delicados matices, Dios nos da una expresión inconfundible de su amor. Después de la transgresión de Adán, Dios podría haber destruido cada capullo que se abría y cada flor que crecía, o podría haberles quitado su fragancia, tan grata a los sentidos. En la tierra, marchita y malograda por la maldición, en las zarzas, los cardos, las espinas, los abrojos, podemos leer la ley de la condenación; pero en el delicado color y perfume de las flores, podemos aprender que Dios todavía nos ama, que su misericordia no se ha retirado completamente de la tierra. 1MS 342.1

La naturaleza está llena de lecciones espirituales para la humanidad. Las flores mueren tan sólo para retoñar a nueva vida y en eso se nos enseña la lección de la resurrección. Todos los que aman a Dios retoñarán nuevamente en el Edén celestial. Pero la naturaleza no puede enseñar la lección del grande y maravilloso amor de Dios. Por lo tanto, después de la caída, la naturaleza no fue el único maestro del hombre. A fin de que el mundo no permaneciera en tinieblas, en eterna noche espiritual, el Dios de la naturaleza se nos unió en Jesucristo. El Hijo de Dios vino al mundo como la revelación del Padre. El era “aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre” que viene “a este mundo”. Juan 1:9. Hemos de contemplar el “conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”. 2 Corintios 4:6. 1MS 343.1

En la persona de su unigénito Hijo, el Dios del cielo ha condescendido en inclinarse hacia nuestra naturaleza humana. Jesús dijo ante la pregunta de Tomás: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras”. Juan 14:6-11. Exhortando a Timoteo, dice Pablo: “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno”. 1 Timoteo 6:11-16. 1MS 349.1

Escribiendo Pablo otra vez dice: “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos”. 1 Timoteo 1:15-17. 



Respuesta  Mensaje 5 de 6 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 28/04/2022 19:29
CRISTO PADRE CELESTIAL Y ESPIRITU SANTO 
DIOS DE LA CREACION NO USO LA LUNA 
PARA COLOCAR SU MONUMENTO DEL
 SABADO SEPTIMO DIA DE LA CREACIOS 
COMO NUESTRO CREADOR . 
Génesis 1:1,2 Génesis 2:1 1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato,2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.

3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.

4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos,


El sabbat se observa desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas la noche del sábado. EXODO 16:23 . 23 Y él les dijo:

«Esto es lo que ha dicho el Señor. Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado al Señor.C)" style="line-height: normal; position: relative; vertical-align: text-top; top: auto;">(C) Cuezan hoy lo que tengan que cocer, y cocinen hoy lo que tengan que cocinar. Todo lo que les sobre, guárdenlo para mañana.»

24 En obediencia a lo que Moisés había ordenado, ellos lo guardaron hasta el día siguiente, y no se agusanó ni se apestó. 25 Entonces dijo Moisés:

«Cómanlo hoy, porque hoy no lo hallarán en el campo. Hoy es día de reposo en honor al Señor. 26 Lo recogerán durante seis días, pero el séptimo día no lo hallarán porque es día de reposo.»


Génesis 1-> Ver. a la luz, Dios la llamó «Día», y a las tinieblas las llamó «Noche». Cayó la tarde, y llegó la mañana. Ése fue el día primero.
[V.5-> Llamó Dios a la luz Día. Se dan nombres a la luz y a las tinieblas. Dar un nombre siempre fue un acto importante en la antigüedad. Los nombres tenían su significado y eran escogidos cuidadosamente. Posteriormente Dios ordenó a Adán que diera nombres a los animales. El Eterno a veces cambió los nombres de sus siervos para hacerlos concordar con la experiencia o el carácter de su vida. Instruyó a los padres terrenales de su Hijo acerca del nombre que debían dar al Salvador. Durante la semana de la creación, encontramos que Dios dio nombres aun a los productos sin vida de su poder creador. Fue la tarde y la mañana un día. Literalmente "tarde fue, mañana fue, día uno". Así termina la descripción somera del primer día trascendental de la semana de la creación de Dios. Se han dado muchas y diversas explicaciones de esta declaración que indica manifiestamente la duración de cada una de las siete partes de la semana de la creación y se repite cinco veces más en este capítulo (Gen 1:8; Gen 1:13; Gen 1:19; Gen 1:23; Gen 1:31). Algunos han pensado que cada acto creador duró una noche, desde que se hizo noche hasta la mañana; y otros que cada día comenzó con la mañana, aunque el Registro inspirado declara evidentemente que la tarde antecedió a la mañana. Muchos eruditos han entendido que esta expresión significa un largo período indefinido de tiempo, creyendo que algunas de las actividades divinas de los días siguientes, como por ejemplo la creación de las plantas y de los animales, no podría haberse realizado dentro de un día literal. Piensan hallar justificación para su interpretación en las palabras de Pedro: "Para con el Señor un día es como mil años" (2Pe 3:8). Es obvio que este versículo no se puede usar para declarar la duración de los días de la creación, cuando uno lee el resto del pasaje: "Y mil años como un día". El contexto de las palabras de Pedro aclara que lo que él quiere hacer resaltar es la eternidad de Dios. El Creador puede hacer en un día la obra de mil años, y un período de mil años -un largo tiempo para los que esperan que se cumplan los juicios de Dios puede ser considerado por él como sólo un día. Sal 90:4 expresa el mismo pensamiento. La declaración literal "tarde fue [con las horas siguientes de la noche], y mañana fue [con las horas sucesivas del día], día uno" es claramente la descripción de un día astronómico, esto es, un día de 24 horas de duración. Es el equivalente de la palabra hebrea compuesta posterior "tardes y mañanas" de Dan 8:14, que en la versión Valera de 1909 aparecen como días, significando aquí días proféticos y como la palabra griega de Pablo nujthémeron, traducida como "una noche y un día" (2Co 11:25). Así los hebreos, que nunca dudaron del significado de esta expresión, comenzaban el día con la puesta del sol y lo terminaban con la siguiente puesta del sol (Lev 23:32; Deu 16:6). Además el lenguaje del cuarto mandamiento no deja una sombra de duda de que la tarde y la mañana del registro de la creación son las secciones componentes de un día terreno. Este mandamiento, refiriéndose con palabras inconfundibles a la obra de la creación, declara: "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día" (Exo 20:11). La tenacidad con que tantos comentadores se aferran a la idea de que los días de la creación fueron largos períodos de tiempo -aun miles de años- encuentra principalmente su explicación en el hecho de que ellos tratan de hacer concordar el registro inspirado de la creación con la teoría de la evolución. Geólogos y biólogos han enseñado a los 223 hombres a creer que la historia remota de esta tierra abarca millones de años en los cuales fueron tomando forma lentamente las formaciones geológicas y fueron evolucionando las especies vivientes. La Biblia contradice esta teoría de la evolución en sus páginas sagradas. La creencia en una creación divina e instantánea, como resultado de las palabras pronunciadas por Dios, está en completa oposición con la teoría sostenida por la mayoría de los científicos y muchos teólogos de hoy día, de que el mundo y todo lo que está en él llegó a existir mediante un lento proceso de evolución que duró incontables siglos. Otra razón por la cual muchos comentadores declaran que los días de la creación fueron largos períodos de tiempo es que rechazan el día de reposo del séptimo día. Un famoso comentario expresa así este pensamiento: "La duración del séptimo día necesariamente determina la duración de los otros seis... El descanso sabático de Dios es entendido por los mejores intérpretes de las Escrituras como que continuó desde la terminación de la creación hasta la hora presente, de modo que esta lógica demanda que los seis días previos sean considerados no de corta duración, sino indefinida" (Pulpit). Este razonamiento se mueve en un círculo vicioso. Debido a que el descanso del séptimo día, tan claramente definido en las Sagradas Escrituras como un día de descanso que se repite semanalmente, es rechazado como tal, se declara que el séptimo día de la semana de la creación ha durado hasta el presente. Partiendo de esta explicación que no es bíblica, también se expande la duración de los otros días de la creación. Una sana interpretación escriturística no concuerda con esta clase de razonamiento, sino que insiste en dar un significado literal al texto, siguiendo el ejemplo del divino Expositor de la Palabra que rechazó cada ataque del adversario declarando: "Escrito está" (Mat 4:4; Mat 4:7; Mat 4:10). Las Escrituras hablan clara y palmariamente de siete días de creación (Exo 20:11) y no de períodos de duración indefinida. Por lo tanto, estamos compelidos a declarar enfáticamente que el primer día de la creación, indicado por la expresión hebrea: "tarde fue, mañana fue, día uno", fue un día de 24 horas.]Apocalipsis 14: 7 Decía con fuerte voz: «Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su Juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua.»






Respuesta  Mensaje 6 de 6 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 28/04/2022 19:45

EL PUEBLO DE DIOS CRISTO LO CREO EN EL SEPTIMO DIA SABADO DESDE ADAN HASTA EL ULTIMO AL REGRESO DE SU SEGUNDA VENIDA .

El sábado: principios guiadores para observarlo .Apocalipsis 14:7cap 7:2Exodo 31:12,18 Éxodo 20:8,11 .

El sábado como señal de lealtad ante el mundo—Desde la columna de nube Jesús “habló ... a Moisés, diciendo:... En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo [“sábado”, nota]; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico”. Éxodo 31:12-13.

El sábado es una señal o prenda dada por Dios al hombre: una señal de la relación que existe entre el Creador y sus seres creados. Los israelitas estaban declarando delante del mundo su lealtad al único Dios verdadero y viviente, el soberano del universo, al observar el monumento conmemorativo de la creación del mundo en seis días y del descanso del Creador en el séptimo día, al observar el sábado como día santo de acuerdo a las instrucciones divinas.

Cuando los cristianos observan el verdadero sábado, deben presentar siempre al mundo un testimonio fiel de su conocimiento del Dios vivo y verdadero como una distinción con los dioses falsos, pues el Señor del sábado es el Creador de los cielos y la tierra, el Ser exaltado sobre todos los demás dioses. 

“Guardaréis el día de reposo [“sábado”, nota], porque santo es a vosotros... Seis días se trabajará, mas el día séptimo es el día de reposo [“sábado”, nota] consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo [“sábado”, nota], ciertamente morirá. Guardarán, pues, el día de reposo [“sábado”, nota] los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó”. Éxodo 14-17.—






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