Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

.мαяισlleттe eмpιяe.
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
♠ 「 тeмplσ del cιelσ 」: [L I B R E] •Inicio de la canción del fuego•
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 16 en el tema 
De: :Doncella:  (Mensaje original) Enviado: 27/09/2012 02:10
   El golpe seco seguido de una caída lenta. ¿Los arboles hacen ruido al caer si están en el bosque?

-Si existen oídos dispuestos a escuchar, siempre habrán ruidos para ser escuchados-

La pelirroja musito dando un giro, la guadaña que sostenía en su mano acariciando un árbol con una soltura sutil pero certeza mortal; la corteza crujió mientras ella daba un salto y permanecía de pie cerrando los ojos, escuchando como aquel árbol seco y de ramas quebradas que no encajaba en aquel paisaje de verdes y amarillos, caía sobre ramas; amortiguado por las hojas de un suelo acolchonado. El ruido de los animales que se asomaron, otros se alejaron sin chillido o queja. Permaneció con los ojos cerrados hasta que el silencio absoluto retomo el claro de aquel paraíso, levantando su roja mirada a la inmensidad, un cielo topacio de un amanecer de otoño; eran alrededor de las 5:40am. Vio de reojo la hoja oscura forjada con minetita: Trauring, su guadaña. Como si esta le acompañara en ese instante cual persona viva, era alrededor de metro y medio más alta que su portadora, su mango estaba hecho con madera del cardinal de tierra. Tenía alma, literalmente, sentía. La pelirroja inclino a un lado el instrumento, cual bandera anunciando una acción… Los animales retrocedieron mientras el viento mecía los mechones despeinados de aquella chica. Dio el primer paso impulsándose para saltar sobre una rama de otro árbol, cortando y moviendo la guadaña, el árbol derribado permanecía en el centro de aquella especie de circunferencia, un claro en el bosque que quedo construido al coste de varias ramas y hojas caídas.

Volvió al suelo, dando un salto y se dedico a cortar las ramas del viejo árbol seco que yacía en el suelo, en el centro de aquel claro, ordenarlas junto al tronco, vigilada por la diosa y por sus propias creencias.

-Era tu tiempo…- Dijo mientras ponía su mano en la madera oscura que parecía hueca por algún insecto. Inclino el rostro y se despidió sin despedida.- En ti nacerá nueva vida.

Fueron sus últimas palabras mientras retrocedían unos pasos, dejando la guadaña clavada en el suelo, ocultando con el cuerpo algo al pie de las ramas secas de lo que aquel árbol podría haber sido. De pronto, el fuego consumió instantáneamente formando una gran hoguera que se extendió hasta la altura de las copas de los arboles. De pie miro hacia arriba, levantando una mano y constatando que su medida del viento había sido certera. Volvió a ver el árbol, cubierto por aquella cortina carmín de calor… Inexpresiva.

Ann tendría el aspecto de una mujer de 18 años, joven y saludable, mas tenía varias décadas viviendo en aquel mundo. Tenia la edad del fuego, su padre habría sido el dragón causante de varias tormentas de fuego en otras épocas. Mas su aspecto humano se lo debía a su madre, musa enamorada que le había heredado la belleza en rasgos finos, una melena roja como el fuego que acariciaba su frente en un flequillo incongruente y picos en su espalda baja; los ojos profundos e inexpresivos se perdían en la sombra que su despeinado cabello hacia sobre su tez pálida. La contextura de una persona esbelta, un busto proporcionado a sus curvas y la fuerza que cualquier guerrero del cardinal del fuego envidiaría. ¿Era nativa del cardinal del fuego? No. Ella había nacido en brazos de una madre que pertenecía al viento, al ir y venir, a las ideas. Caída en desgracia le exiliaron mas el cardinal del cielo era su hogar verdadero. Un suspiro se escapo de sus labios rojizos mientras se sentaba frente aquella hoguera, cerrando los ojos ante el calor que emitía; sin pensar, puso su brazos sobre sus rodillas, relajando las manos y quedándose en silencio allí, escuchando la música del fuego, la canción de la vida. El amanecer se terminaba de asomar, ella estaba lejos de la casa de árbol donde vivía. Había salido a media noche, dispuesta a “ayudar” aquel árbol que “sufría” la penuria de permanecer de pie e impidiéndole la vida a los que crecían debajo.

Se quedo allí, quizá algún otro licht se escandalizaría; miro a un lado, atenta a la aparición de alguien. Siempre había actuado a su manera y no cambiaria ahora solo por vivir en el paraíso sobre el cielo mismo.

El crujir de las llamas era relajante para ella, le encendía por dentro y le tranquilizaba a la vez. Vio al suelo, fijando su mirada en el fuego de nuevo sin perder la atención a su alrededor.

Todo tuvo un final, mas las llamas que te consumen ahora son los inicios para otros mas pequeños… -susurro hablándole aquel árbol que se consumía, viendo con plantas pequeñas se asomaban de entre las hojas caídas, algunas se encogían ante el fuego y otras resistían iluminándose con el calor producido por la fogata que la madera vieja creaba ante ellas y ante la mujer de rojo cabello.- 



Primer  Anterior  2 a 16 de 16  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 16 en el tema 
De: Lyricalia Enviado: 10/10/2012 00:34
Y ahí, en medio de la hoguera, se erigía la fría figura de un demonio. Las llamas no parecían quemarle, pero le quemaban, su cuerpo gritando por buscar auxilio, sus sentidos dormidos, su cabeza gacha, el rojizo cabello más largo de lo habitual cayendo sobre su mirada.

El conejo en sus brazos relucía su felpa prístina y brillante al reflejo de la cálida luz, mas su semblante de solo muñeco parecía fuera de lugar -- estaba fuera de lugar.

Luego se escucha metal con hueso, y la guadaña yacía entre las fauces del perro del infierno, ojos relucientes  en medio de las llamas de la hoguera y las que brotaba de su cuerpo.

Klagen se quemaba, y luego ya no estaba ahí.

Dante eleva su cabeza hacia Ann, la mira directamente a los ojos, y se lanza a correr de árbol en árbol con el objeto que parece juzgar vida y muerte sin ser Dios.

Me tomó días! Desde que leí su post para decidir como quería articipar, UGH. Asique decidí hacerlo parte de mi trama más larga, ahah con inicio en missing, y unirlo un poco aquí. WAII! Que rico rolear de nuevo con usted, entre uté y Shou-tan me han devuelto la inspiración y siento que estoy dejano fluir mis pensamientos, volar mis dedos sobre las teclas, en vez d pensar y pensar y pensaaar.
Hmmm! Se siente genial. *____* Bienvenida a mariollette!!

Respuesta  Mensaje 3 de 16 en el tema 
De: :Doncella: Enviado: 13/10/2012 15:01

La hoguera que se levantaba ante los ojos rojizos de la chica de  mirada perdida crecía, el movimiento y el crepitar de las llamas le seguían recordando historias que aun no existían mientras la madera oscura se desbarataba, se convertía en rojo incandescente antes de ser blanca como nieve e irse flotando en el aire a las nubes blanquecinas.

No habría pasado mucho tiempo desde que mentalmente ella recorría otro camino, una nueva idea, una nueva historia del futuro quizá cuando cerró sus ojos con tranquilidad. La paz que el calor de las llamas cercanas en una mañana como aquella era algo que no cambiaria por nada.

La silueta que se dibujaba entre el fuego, la escena fuera de lugar. Ella abrió los ojos lentamente para distinguir aquello entonces… El ruido. Su rostro se giro con la misma tranquilidad con la que había permanecido aquella mañana; la visión de una criatura perteneciente a otro mundo quizá. Más ella sin sorpresa alguna volvió a cerrar los ojos.

Ann era una chica peculiar, podrían quitarle alguna de sus miles de vidas pero ella trataría de aprender de ello sin chistar. Estaba acostumbrada a la soledad de dejar ir las cosas para luego ver caer a los que las sostenían. Era algo que jamás comprendería, la acción de despojar algo de alguien, de su dueño, de quien es merecedor de la propiedad y del valor intangible… Si es que lo tenía ya que, todo era y se iba tan fácil o difícil como venia, pero se iba al final. Trauring era su familia, quizá la intención de alejarle era algo con lo que a su edad (décadas) había visto y vivido, desconocidos queriendole despojar de algo de lo que ella misma a veces no podia asegurar ser dueña por completo; entonces, comparo el motivo desconocido del infernal animal con las intenciones avaras de las personas que habían sostenido a Trauring antes… Nadie había logrado permanecer con la guadaña mucho tiempo, se les hacia insoportable.

Así entonces; se levanto y respiro profundo. Viendo el día que ya había llegado por completo; vendría a ser una mañana fría en el paraíso del cardinal del cielo. Estiro su cuello sin ruido alguno, ella odiaba el frio. Un instante después de haber visto de reojo en la dirección hacia donde se suponía que el can envuelto en llamas se alejaba con Trauring, Ella estaba corriendo a su ritmo, ligera de rama en rama… Sin intención real de arrebatarle el instrumento.  Simplemente seguía al animal; sin pie de lucha… Solo siguiéndole a un ritmo a par sin esforzarse, curiosa al notar las llamas de su cuerpo y analizando la posibilidad de asociar la silueta desconocida con aquel “suceso".

Se detuvo en seco y le dejo avanzar, viéndole alejarse apenas; se dirigió en otra dirección… Su rapidez era proporcional a la capacidad de atacar, pero su mente estaba por encima de ambas características. Ella termino esperando de frente al animal, de pie con el rostro inclinado a un lado, el cabello caía y el flequillo le cubría un ojo por completo.

-¿Por qué?- Pregunto a la nada, el animal quizá no le respondería esa pregunta tan abierta mas ella estaba bloqueándole el paso hasta que decidió avanzar, encarando al perro y con esos ojos vacíos que su madre le había dado al nacer; se encargo de devolver el saludo de la misma manera en que minutos antes el “ladrón” lo había hecho. Bajo la mirada a la guadaña, sin quitársela o seña de recuperarla.- Es mía, deberías regresarla.- Agrego dándole espacio para que se fuera al mismo tiempo. 


¡No habia visto la respuesta! Ay dios, lllegue a pensar que quiza el tema era tedioso o le faltaba mas yaoi para ser respondido por alguien. 
Me alegra que mi primer tema aca sea con usted. Hagamos de este un buen rol... Como en los viejos tiempos. 
Gracias por la bienvenida, planeo quedarme un buen tiempo.  

 


Respuesta  Mensaje 4 de 16 en el tema 
De: Lyricalia Enviado: 13/10/2012 16:32
El perro la miró, arma en fauces, y pareció considerar sus palabras unos segundos.

Tras él, una enorme puerta con finos brocados se alzaba en medio de la noche, los juntos bordes haciendo alusión de que hace mucho no había sido abierta, las ramas de los árboles y la piedra cubierta de polvo a sus pies imperturbadas de no ser por los intrusos que eran ahora.

El perro alza su cabeza, un gruñido escapando de su garganta, y sus patas parecen clavarse mientras gira el arma hacia las puertas, golpeándolas una vez con el arma, el sonido seco resonando entre el pequeño bosque que rodea el sagrado lugar, y luego un segundo golpe de la guadaña caer sobre la piedra.

La puerta se mantenía imperturbable.

El viento se agitó por un momento, silbando entre las hojas, y la figura del demonio, la misma entre las llamas de la hoguera, se posó frente a la puerta del lugar, sin pisar el arma, sin mostrar sus ojos. Giró su cabeza elevándola unos milímetros, a modo de indicar el sellado sitio, y luego volvió a caer, pesada y cansina, los mechones de cabello rojos ondeando entre el silbido.

Y con eso, Klagen desapareció.

Let's, Doncella-tama! <3

Respuesta  Mensaje 5 de 16 en el tema 
De: :Doncella: Enviado: 13/10/2012 19:22

La realidad era algo que la mente podía interpretar de muchas maneras. Ese animal le entendía, ella sabía eso; como todos los seres, de algún modo podían comprender al igual que las plantas cedían ante el fuego; la intención de ser escuchados puede alguna vez ayudar a que alguien escuche.

Mas no esperaba nada, solo levanto la mirada al ver que golpeaba aquella puerta salida de la nada y entonces se giro, dándole la espalda.

-Era de día… -musito, pensando en voz alta de espalda al animal que soltaba el instrumento de metal negro y madera oscura.

Ella recordaba que estaba amaneciendo, ¿se había ido otro día y no lo había notado? Era posible, le había pasado antes con varios años… Olvidaba la fecha y la gente moría, desaparecía, entonces y solo entonces se daba cuenta que el musgo se apropiaba del piso de sus casas ocasionales y de sus recuerdos que parecían aun situaciones recién vividas.

El viento le hablo, le dijo que no; ella pudo haberse ido pero no tenia a Trauring en sus manos así que dispuesta a regresar a su hogar en la casa del árbol, volvió a ver al portal e ignorando al infernal animal, extendió su mano a la guadaña. El frio de la noche imaginaria le helaba los dedos, lo odiaba. Una sombra le cubría ahora, levanto la rojiza mirada y solo vio la silueta de esa misma persona… El fuego hace que todo se vea distinto y ese individuo no era una excepción.

Ann respiro profundo y volvió a ver a Trauring, el grito silencioso de la madera le llamaba, le suplicaba por regresar a su mano pequeña y pálida para alejarse de allí pronto pero la pelirroja no podía hacer mucho. Volvió a caer y ella la recogió. El quejido parecía intensificarse.

Podría haber pensando en preguntar, preguntar varias cosas pero ya no había nadie y estaba ese portal. El can, el hombre difuso y su hermana quejumbrosa de metal además del viento que le decía que se alejara. –No quiero… -Respondió con simplicidad ahora, hablándole a la voz sibilina de una brisa helada. Miro la guadaña y acaricio el metal, este estaba tan frio como el hielo; le disgusto y frunciendo el entrecejo la levanto y la hizo chocar contra la piedra, creando una chispa y una llama mínima. Volvió a llevar su mano buscando el calor del metal friccionado… Su mirada se desviaba aquella puerta.

-Era de día… Lo era.- Afirmo para si misma y se acercó al portal, segura de no haberlo visto antes a pesar de conocer perfectamente el bosque paradisiaco del cardinal del cielo. Rasgo con la punta de la guadaña uno de los dibujos de la puerta, el chillido ensordecedor no le causo molestia alguna. No pensaba alejarse de ese lugar aun... No hasta saber que habia sucedido con el calor del dia recien robado. 


Respuesta  Mensaje 6 de 16 en el tema 
De: Lyricalia Enviado: 27/10/2012 22:06
Un solitario conejo de felpa, cuyos ojos de botón parecían haber visto días más vívidos, yacía ahora a un lado del filo de Trauring. Su cubierta blanca como el hueso parecía brillar bajo la luna de la noche sin estrellas, nuevo, prístino, como si el polvo del suelo no tuviera efecto sobre el peluche. Sus orejas estaban en lo alto, como si quisiera captar la canción del viento, y una solitaria rosa roja, pequeña, se encontraba atada con una cinta verde alrededor del cuello.

Luego el conejo se puso en pie, sus planas patitas de felpa dando dos, tres pasos, hasta quedar frente a la cerrada puerta, y pareció considerarla unos segundos, como hace minutos había hecho el perro del infierno con Ann. Una oreja se giró hacia la chica, para seguirle la cabeza y el resto del pequeño cuerpo, y los botones negros que hacían de ojos parecían realmente ver a Ann.

Parecían ser tan oscuros como la noche.

Y luego, Trauring desapareció, y el conejo alzó su mano izquierda, y golpeó la puerta a su lado, una, dos, y tres veces.

Quería que Ann entrara, y el precio de negarse parecía ser la afilada arma.

Respuesta  Mensaje 7 de 16 en el tema 
De: :Doncella: Enviado: 03/11/2012 05:35
 

La aparición de ese conejo no había sido transcendental para la pelirroja, ella simplemente seguía pensando en como le habían robado el calor del día a su mañana iluminada. Prefería el calor, ese frio era incomodo. 
La canción del viento le advertía, le susurraba; le gritaba que se alejara. Ella estaba pensando en que era y que no cuando el peso se aligero en su mano.

-Trauring. – dijo con voz seca, ahora si le había tomado por sorpresa la desaparición de su arma. Busco con la mirada al suelo; cruzándose con aquel animal que parecía de cualquier cosa menos de la tierra o del cielo. Apretó los dientes, no solía enojarse, levanto la mirada.

¿Le estaba pidiendo que entrara? Ella tomo el animal de ojos de botón por las orejas y con una patada embistió la puerta que se erguía frente a ellos. 
La pelirroja hija del dragón, tenía fuerza suficiente como para detener la caída de un árbol y el entrenamiento físico que llevaba había magnificado eso. No era la más fuerte pero si podía defenderse o abrir una puerta como aquella. Quizá ella no sabía que esa puerta esperaba ser abierta o estaba esperando para abrirse.

Camino sin temor alguno, el escalofrió que cruzo su espalda al pasar el marco de la puerta le advirtió que el viento se negaba a que ella siguiera. Apretó las orejas del conejo, por donde lo sostenía mientras caminaba antes de detenerse… El suelo ante ella era oscuro, la tierra o el vacío era oscuro. – Frio… -musito con inconformidad, inclinando la cabeza a un lado como una maña haciendo sonar algunas vertebras. Levanto el animal al nivel de sus ojos rojos con el fuego que llevaba en su alma encendido como los días en que su padre incendiaba aldeas y poblados enteros.- ¿Donde esta Trauring.?- pregunto con voz monótona mientras lo veía a esos botones, vacío.

Ya habia entrado, no pensaba salir hasta que las dudas que tenia tuvieran respuestas lo suficientemente coherentes como para satisfacerla. 

 
Perdone por la tardanza, con el bazar de halloween y la universidad, no me habia fijado que habia respuesta. 

Respuesta  Mensaje 8 de 16 en el tema 
De: ~Ariadne Enviado: 08/11/2012 00:14
Frío. Mucho frío, cada vez la sala era más gélida. Pero no me importaba, no me molestaba; el frío no me producía ningún daño. Siendo franca... me sentía en armonía con él.
Es natural, solo alguien con un hueco tan álgido como el hielo sería capaz de sentirse en comunión con él.
Música. Una nana; juraría que era una nana de ángeles... de alas rotas. Trsite, gloriosa y melancólica; pero que concordaba con aquel extraño lugar.
Y que retumbaba en los dos vacíos que podríais hayar en aquel lugar.
 
No sabía que lugar era éste, ni me molesté en investigarlo. La dicha que me otorgaba la curiosidad ya poco horadaba en mí.
Sentada, escribía sosegada en mi genuino libro. Siempre en la misma página. La misma página vacía que absorbía mis palabras. Escribía de todo lo que se me ocurriese, pensamientos, la descripción de la sala, recuerdos... el olvido.
Todos los recuerdos son solo la dicha de una vida pasada, una vida que nunca volverá a ser como antes por que olvidamos como volver a vivirla... Los recuerdos son solo olvido.
Pero no me duele, ya no. Lo acepto. Las cosas pierden su magnificiencia cuanto más veces sean sentidas. Y, además... ya no la echo de menos.
"Ah, ahora lo veo. El frío de aquel lugar se generaba dentro de mí."
 
Una puerta. Alzo mi mirada. El frío acaba de templarse. Una figura femenina asoma por la puerta, un conejo colgaba del agarre de sus manos.
- Buenas tardes y bienvenida. - Mi voz era cortés, casi inerte. - Decidme... ¿quién sois? ¿qué buscais en un lugar como éste?
----------------------
ASFDFD post corto ewe al fin roleo con usteh Doncella! *A* mmmm! no se si esa era vuestra intencion o no, pero leyendo toda la situacion me ha recordado muchisimo a alicia en el pais de la maravillas x'D asi que...
he decidido hacer algo mas neutral, para ver por donde quieren tirar ustedes! dsfdsfg al fin y al cabo es un pos-missing! Tammy seguro que tendra una ligaera idea ya de que hacer uwu y y eso~
PD: yo soy Catterpillar? xD

Respuesta  Mensaje 9 de 16 en el tema 
De: Lyricalia Enviado: 22/12/2012 19:52
El conejo se había quedado inerte entre el agarre de la mujer; pero cuando ésta cruzó el umbral, la punta de sus orejas se había levantado.

El lugar de paredes nacaradas, prístinas y benditas, parecía poco recorrido, pero acogedor en su propio sentido.

Aún así, una brisa parecía decir prohibido.

Es entonces que Mika se acerca, y el conejo se estremece completo, y luego se agitá cual poseído en manos de Ann, para luego quedarse tenso, orejas tensas, y se comienza a deslizar de entre los dedos de la pelirroja, lentamente, suave, hasta sus patitas de felpa tocar el frío piso, y caer sobre su panza.

Las llamas que iluminaban la entrada tintinearon, y parecieron apagarse por unos segundos, y luego el conejo estaba en pie, avanzando, pasando a un lado de Mika indicando el corredor de la derecha con una pata.

Sus ojos de botón reflejando las brillantes llamas se posaron en la Windsohn, ladeó su cabeza, y luego volteó su cabeza a la Licht.

Estaría Trauring por allá? O quizá...
___________________________________________________
;O; no me tengan tanta fe!!! Ari-nette, ahah si es algo post missing <3 que nariz! nunca había sido mi intención lo de Alice in Wonderland, pero ya que me ha dado esa idea...debo admitirme inspirada!
Pero aquí no se trata de lo que yo tenga planeado? Normalmente los roles con Doncella toman vida propia, y ella es una planeadora compulsiva...
So..he he he...

Respuesta  Mensaje 10 de 16 en el tema 
De: :Doncella: Enviado: 23/12/2012 04:41

Ese frio, las paredes amplias… Era como estar en alguno de los templos a los que tanto le huía. Ella no era una sabia común, no era una criatura del cielo promedio. Era hija de una desterrada y de un maldito, en su sangre corría la desesperanza de saberse sin tierra y sin lugar de regreso. Pero estaba el mundo, ella lo había recorrido con sus pies; esos pies que le mantenían allí dentro en ese momento y que se detuvieron por inercia al escuchar un ruido cordial de alguien que ante su rango visual estaba apareciendo. O ¿Ya estaba allí? No le importaba, miro al muñeco de nuevo.

Cuando Ann era una infante, vivía con personas que ya no recordaba; vida que para ella no tenía valor en ese momento. Mas su infancia había sido como la de humanos pero sin sonrisas, juegos silenciosos y un día, el fuego. Todo en sus recuerdos tenía fuego y ella lo amaba. Ese frio que entumecía sus manos pequeñas y la sensación de escalofrió al no sostener el muñeco. Levanto una ceja.

Quien frente a ella estaba ahora parecía tener efecto sobre ese estropajo de blanquecino aspecto. Un libro, azul, azul como el cielo.

-¿Dónde está trauring? – pregunto, ignorando la pregunta por un momento. No le gustaba responder preguntas, si alguien quería saber algo, debía ganarse el derecho pero… Ella misma no sabía dónde estaba, solo le importaba recobrar su instrumento. Ese viento que parecía luchar contra las débiles llamas, susurrante le advertía. No es bueno~

-Soy quien soy. No necesito tener un nombre para recobrar lo que es mío. -respondió con esa lógica que le dominaba siempre, diálogos cuadrados, torcidos y rectos; acertijo paradójico que tenía por vocablo y expresión en su identidad, en su cerebro.

Ann no era amante de las presentaciones, ella simplemente vivía y para vivir no es necesario tener un nombre a menos que se aspire a eternidad, a alma; ella solo tenía lo que era y lo que sería dependería solo de quien se cruzara con ella y sus recuerdos. La salvadora de la aldea, la pirómana incendiaria de poblados enteros. Todo dependía quizá del viento.

Avanzo, su paso siguió de largo al peliazul que había recurrido a su encuentro.

Más allá de las paredes, el metal vibrante de un arma alejada de su real dueño. ¿Dónde podría encontrase? No lo sabía, pero llamaba con esa alma de dragón que la habitaba a su portadora. Aquí, aquí, Ann… Aquí…

El rojo cabello ondulado se movía al ritmo de cada pisada, ella avanzaba con aguda mirada y atención a lo que adelante podría hallarse. La pupila afilada, cerrada, a su paso el fuego se estremecía en un aumento que se reducía en el momento que se alejaba.

El calor, el día, MI Trauring… -pensaba, un acertijo podría haberse armado en su mente pero el llamado silenciosos de la nada.

Donde… ¿dónde estás? –Murmuro, con esa sensación de saber que si no iba en su búsqueda no regresaría a sus manos como había sucedido antes, no era así ahora y si ¿no la recuperaba?- El fuego… -murmuro de nuevo, cerrando las manos haciendo caer una de las llamas que iluminaban aquella entrada que había quedado atrás. Encendiéndose el suelo como agua derramada en un espacio pequeño. 


Respuesta  Mensaje 11 de 16 en el tema 
De: ~Ariadne Enviado: 23/12/2012 17:07
Clic. Un ligero chasquido creí oir. Y el peluche cobró vida. Como si una pieza del puzzle fuese rescatada y ahora el turno de hallar las demás lo reavivara de su estado inanimado.Y en pie señaló al siguiente portón.
¿Cuándo apareció esa nueva puerta?

"¿Trauring?¿Es alguien extraviado...?" Pensé, pero solo resonó como un susurro en mis pensamientos. Aquel lugar invadía mi mente con música lejana y con silencio; en inóspita y fría calma...
Mas un reloj de arena, consumado con mi tiempo ya inválido, vuelca en un nuevo inicio, en un nuevo camino.
Brisa acariciando piel. Aquella sala había cambiado; algo comenzaba a moverse en dondequiera que estuviese.
De tal nueva puerta arribaban los brazos de céfiro.

- ¿Y cómo hallar algo con nombre si su indagador carece de él? - Sin hostilidad, solo con el deje de cortesía y una sutil curiosidad empleé mis palabras. - Tan sólo ánimas, seres vivientes, poseen un nombre por que su alma así lo amerita... Sin nombre, sin alma, un ser inánime no tiene contingencia para merodear entre vidas y, mucho menos, recobrar una...
Puede que mis palabras se dirigieran a ella, puede que fueran deducciones que hilara para mis adentros en voz alta... Pero ella se marchaba con paso firme, en pos de una nueva ruta.
La observé mientras avanzaba. De ella irradiaba un sorprendente fuego interno, iluminando esquinas y derritiendo los gélidos hálitos que embargaban la habitación.
Aquellos hálitos que el silencio, la soledad y los recuerdos habían generado en lento estupor. Y aquella nana se mitigaba lentamente... como si la caja helada que mantenía el eco se fundieran con aquel fuego...
¿O quizá se escapará de entre los resquicios de mi hondo hueco derretido?
Hielo y fuego. Un fuego que repele todo mal; Y una escarcha que lo atrae... Diferentes, tan diferentes...
 
La luz de aquella habitación se esfumaba al paso de la dama roja; la luz que hubo antes siguió su estela. O quizá...  Mi ojos se cegaron con tanta luz, que ya no soy capaz de ver en la oscuridad que le precedía.
Así no podría continuar escribiendo; y además... mi cuerpo se sentía también inquieto, como si respondiera a la alteración de la sala. Decidí seguirla. Metí la pluma en el libro y con la mano vacía me acerqué a aquel suave conejo y lo cogí amablemente, acunándolo en mi brazo como si fuera una niña de cinco años otra vez. Y comencé a andar tras su paso.
 
El corredor era interminable, ¿cuantísimos pasos habríamos dado? Era imposible saberlo, siquiera sentía la noción del tiempo.
Sujetando el peluche con el antebrazo, me dispuse a escribir de nuevo, ahora que las luces acompañaban nuestras pisadas. Alcé la pluma sin tinta y arañé las páginas otra vez, apareciendo, aún sin un negro azabache en su punta, letras, convertidas en palabras, y de éstas, frases. Principalmente preguntas, "¿cuánto tiempo llevo aquí?", "¿qué es éste lugar?" y finalmente: "¿por qué es ahora cuando me percato de que me encuentro en un lugar desconocido y atemporal...?" Segundos duraron escritas, el libro las devoró de nuevo.
Y, tal y como empezaba a ser habitual, se produjo un cambio, un movimiento.
La bóveda del extenso pasillo desapareció, y en su lugar miles de estrellas titilaban en el cosmos. Universo, ¿infinidad? ¿Esa era la respuesta a la primera pregunta? ¿O es un sueño...? La imagen se disipó, dejando paso a la piedra pulida de la bóveda.
Un segundo cambio: palabras, frases; se pintaron en las paredes a la vez que desaparecían al terminar de ser escritas. Palabras que incitaban al recuerdo... Recuerdos dulces al principio, inquietos y confusos al final. La llama del deseo de vuelta de aquellos cálidos recuerdos prendió mi ser. ¿Por qué habrían de finalizar...? ¿Conduzco mis pasos hacia la vista de momentos pasado o solo busco... respuestas? Si, respuestas... Respuestas que definan mi existencia y todos los cambios que habré vivido.
Y en el último cambio... El pasillo terminó. Niebla inundó la nueva sala redonda; que se hallaba decorada con una decena de puertas idénticas.
 
Y aún no recuerdo cuál era mi nombre...
-------------------
y y eso! 9o9 (?) es extraño, lo se OTZ, pero creanme ke me costo responder u////u no quiero limitarme a contestar y seguir, así que aunque fuese decidí dar un pequeño pasito en la trama~ no se si era lo que buscais ;U; pero como esto cobra tintes de demencia quiza todo se pueda fusionar luego! 
estoy pensando en hilar esto yo tmb en algo ocurrido con Mika, podria ser un pos-algo o un pre-algo, ya se vera... el tiempo pone cada cosa en su lugar!

Respuesta  Mensaje 12 de 16 en el tema 
De: Lyricalia Enviado: 24/12/2012 14:36
Suaves pisadas parecían un sordo eco a las espaldas de Ann, Mika, y el conejo. Rápidas, fugaces, como la caricia de un sueño --

-- y luego las cuatro patas estaban sobre los delicados hombros de la windsohn, las ocho colas creando un halo alrededor de su cabello azul, uno, dos segundos, y luego desapareció, posándose frente a Ann, sus cuartos traseros de cara a la pelirroja, y entre sus garras delanteras, firme en el suelo, se encontraba el conejo de felpa, aquel que guiaba hacia trauring, aquel que ahora se agitaba bajo el peso de la bestia...

Aquel que ahora yacía entre una de las colas, firme, hasta que el zorro elevó su cabeza, y volteó ligeramente hacia las mujeres. Su ojo amarillo pareció brillar por un segundo tras la máscara, y luego el animal se lanzaba tras una de las puertas, y desaparecía, las respuestas escapándose en medio del silencio.
________________________________________________________
*____* De eso se trata!! De que entre nosotras creemos esta aventura, instando los escenarios y emociones entre todas!! Me encantó!!
Ehm..Ari-nette, le puedo pedir por favor que escriba con una letra más grande? Porfis! Perdone lo ciega, pero me canso mucho leer letras pequeñas mucho tiempo...orz..

Respuesta  Mensaje 13 de 16 en el tema 
De: :Doncella: Enviado: 13/02/2013 04:33

Ignorar la pregunta de nuevo, ella sabía bien cuál era su nombre y sabía que debía tener en sus manos lo que le pertenecía, así debía ser.

-          Lo que busco tiene la vida de un no vivo. Un alma inmortal está más allá de una definición o una palabra. Ann… Dijo mi madre que me llamaría, más solo ella en su destierro sabría si sería digna de ese nombre, solo ella sabría si hasta entonces soy una Ann o simplemente no soy lo que significaba para ella ese nombre.

La música perforaba sus oídos, la ignoraba. Trataba con su más profundo sentimiento.

Saltos temporales y otro animal se cruzó ante ella.
Miro a un lado, era una sala redonda y llena de puertas que rápidamente conto mentalmente sin moverse. Estaban en medio de la sala y el cálculo fue de 17 portales distintos pero en aspecto, iguales.

Ahora frente al peliazul y esa pelirroja que buscaba, que escuchaba… Un animal de espaldas, se llevaba a ese inanimado trapo con forma de conejo y cruzaba una de las puertas.

Por aquí… Aquí, Aquí, estoy, aquí estoy Lette –Inclino el cuello en un crujido casi mecánico. Empezaba la caza. Era desesperante pero ella permanecía calmada. El sigiloso andar de aquel zorro era algo que podría seguir. Caminaba en el viento y el viento a ella le seguía hablando de cosas que otros ignoraban.

No necesito saber quien eres para saber que no puedes quedarte aquí. –sentencio casi como una orden a esa identidad azul que estaba cercana a ella. Lejos, lejos… El viento le seguía advirtiendo y en ese momento sabía que no podría dejarle allí.- mas es tu decisión quedarte y perderte o ir y encontrar aunque sea algo que no te pertenezca.- Agrego, ya que su búsqueda era de ella, individualista más en ese instante pensó en el cielo de nuevo… La ventaja de que algo rememore a algo, es que adquiere valores prestados. Quizá se ganó la “simpatía” de esa hija del dragón, solo por recordarle al cielo.
Luego de “invitarle” en esa exigencia, avanzo a esa puerta donde el aire aún tenía la huella del zorro, empujo con la mano una puerta amplia sin temores, entrando a por lo que era de ella. 


Respuesta  Mensaje 14 de 16 en el tema 
De: ~Ariadne Enviado: 20/02/2013 23:00
La incertidumbre era el latido de aquella sala colmada de inercia.
Nada cambiaba, nada se movía; todo era semejante, impasible. No había un ornamento en sus puertas diferente; parecían calcadas, una a una, sobre aquella pared curvada.
 
La puerta por la que habíamos llegado se debío cerrar con el chasquido menos audible del mundo, pues cuando giré mi mirada no había rastro de aquel oscuro y confuso pasillo.
Y ahora, aquella puerta era una más de aquella sala. Otra idéntica a sus hermanas. Dar pasos en círculos por aquella habitación nos acarrearía perder la salida.
Si acaso... La entrada era nuestra salida.
Semtí un ligero escalofrío por mi columna al percatarme de que había olvidado cómo había llegado a aquel lugar. Mucho menos... recordaría el por qué.
 
De repente, algo suave, ligero pero perceptible, se posó sobre mis hombros. Ágil y liviano como una pluma acunada en el viento.
Y su peso no había sido lo que llamó mi atención... era la sensación, su presencia, ese algo que me causó un cosquilleo en la coronilla al sentir como si una mano se cerniese sobre mí.
 
Hasta que en el segundo que me giré para vislumbrarle ya no estaba.
 
Su figura, amenazante ahora sobre el mullido conejo, se mostraba frente a nuestros pies.
Él era un pequeño... zorro. De nueve colas. Semejantes a una mano, mas lo que se había abocado sobre mí eran esas nueve puntas, largas como dedos de una mano inmensa y etérea.
 
Clic. Un chasquido, un engranaje de reloj me pareció. El tiempo volvía a reactivarse de su impreceptible pausa.
Cada ánima nueva en aquel lugar imbuía las paredes de energía, las despertaba de su inanimidad.
 
La dama roja se agazapó en dirección a aquel zorro. Algo debería tener aquel conejo que tanta atención le había llamado.
Sin embargo lo permitió marchar o, al menos, le dió ventaja. Se dirigió a mí tras aquel largo rato de sielncio.
- ¿Por qué no habría... de quedarme aquí? - De repente, una pregunta tan sencilla desbocó mis emociones, aquellas emociones que habían permanecido inexistentes, impasibles en mi rostro; como si fuera una mecha que detonara una serie de bombas, como una fila de parchis perfectamente alineados y empujados para caer, caer y caer... Había recordado algo.
Levemente, como una chispa; un fragmento de recuerdo, de su magullado dolor. Oscurecido ahora por la confusión.
 
Y aquella sala parecía sufrir el mismo cambio en su interior, el mismo dolor. Por que de repente su estructura comenzó a desmoronarse, a derretirse. No había pasado ningún terremoto.
Solo y simplemente... su fin había llegado. Su deuda saldada y su objetivo acabado.
 
Era evidente que había más de una razón para salir de aquella sala. Pues la principal... era continuar aquel juego. Y hallar las respuestas; mi nombre, mi pasado y mi futuro.
 
Seguí sus pasos; aquella puerta por la que hacía segundos aquella dama roja había pasado se estaba disolviendo.
Empujé lo que quedaba de aquella puerta y, sin necesidad de mirar atrás, supe que la sala había desaparecido.


Respuesta  Mensaje 15 de 16 en el tema 
De: Ami Kasumi Enviado: 21/02/2013 05:31
http://i3.photobucket.com/albums/y59/Tama_x_tyson/ME_ID/ME_ID_o44-2.png











Tras la puerta que había antravesado los visitantes la atmósfera se enfrió aún más, era como si fuera otro mundo.
El piso se encontraba totalmente congelado y una neblina espesa cubría los primeros metros de la habitación...
 
Una figura femenina nueva se empezaba a distinguir de entre las sombras que ocultaba la niebla invernal, por
encima de ella se alzaban unos finos esculpidos en forma de dragón de lo que parecía ser una especia de trono
algo lúgubre...
 
- ¡Tengan cuidado! - advirtió la mujer de ojos violeta, - el piso puede ser resbaloso, denme unos segundos - añadió
enseguida. La neblina empezó a desvanecerse luego de escuchar aquella voz firme y serena de la mujer sentada en
frente de ellos.
 
- Sé que no te gusta el frío, me disculpo por mi rudeza Ann...- se escuchó mientras el espeso manto blanco se desvanecía
y la mujer los observaba poco sorprendida con su cabello cayendo por una de las braceras y su rostro pálido apoyado
en su brazo derecho. En su otra mano sostenía una figura conocida, era un fragmento pequeño de Tauring.
 
- Tú no me conoces - añadió Shirabe, - pero gracias a este fragmento, yo a tí posiblemente te conozca más que muchos
con los que te has cruzado...- suspiró adivinando el desprecio de la pelirroja al inmiscuirse en sus reminiscencias y poseer
un fragmento de su adorada compañera, o más simple aún, por la sencilla razón de haberles recibido con aquel gélido am-
biente que tanto detestaba la joven mitad dragón. No esperaba una pataleta de la indiferente licht, de darse, estaría más
bien sorprendida, ya que la consideraba de las de "su clase", del tipo de marionetas que simple y llanamente catalogaban
de "poco sociables, individualistas"; sólo el tiempo había hecho a la wissen más tratable.
 
Al desvanecerse, la mirada fija de la wissen en la pelirroja era más que evidente, y poco a poco desplazó su mirada
de un lado a otro. -Me parece que falta alguien...- musitó con un todo de aburrimiento, -Bienvenidos, los esperaba...-
añadió absorta ahora en el zorro de nueve colas como esperando a que volviera a crujir como reloj, o quizás solo miraba
la nada en su dirección.


Waaaa qué emoción! Volver a postear, discúlpenme por inmiscuirme a estas alturas pero ya no podía resistirme *0*
Me disculpan si la regué en algo pero traté de leerme con atención cada uno de los post anteriores.

Respuesta  Mensaje 16 de 16 en el tema 
De: :Doncella: Enviado: 21/02/2013 07:00
 
 
   La puerta se cerró tras ella y la niebla invadía el espacio. El frió se coló a la piel bajo las prendas toscas de la joven autista, el metal de las correas de cuero parecía congelarse por un instante. Ella se miró a sí misma, como si desdeñara la existencia de la baja temperatura, respiro profundo, en un jadeo cálido que le devolvía el calor a medias a sus labios pálidos.

La voz pareció resonar, lejana pero tan fría como esa niebla que se disipaba. Esas figuras, la pelirroja miro de reojo en dirección de una silueta. “Se congela, miente, se congela… oculta” el viento solía susurrar cosas en diferentes direcciones siempre, pero en un lugar vacío como aquella sala cubierta de sombras heladas, era difuso comprender la lengua del viento; la niebla borraba las palabras a medias y ella estaba demasiado ocupada en buscar ese zorro que seguía sin mostrarse, sin nombre.

Al escuchar la advertencia se giró inmediata, tomando guardia y agudizando la pupila; afilada y rojiza. Miro al piso, sus huellas se marcaban al paso. El calor de un ser hecho de fuego por dentro después de todo. Levanto la mirada silenciosa, esa imagen… Azul, de nuevo azul, inclino el cuello a un lado haciéndolo crujir al estirarse; esa costumbre casi mecánica que no perdería nunca. Le recorrió con la mirada, identificándole y asignándole un nivel de importancia pero no conseguía nada que le diera valor a su identidad.

Le escuchaba, en silencio sepulcral y viéndole sin reserva. Inexpresiva, penetrante. Podría traspasar a una persona con esa mirada y no transmitiría nada, era sin más. Al esclarecerse, inclino la cabeza, enderezándola de nuevo. –Mi nombre.- pensó, pensando en esa etiqueta. ¿Litch? ¿Del templo? ¿Amiga de su padre? ¿Amiga de su madre? Su mirada se detuvo en esa mano que sostenía algo.- Donde, donde… -se giró, dándole la espalda para seguir avanzando, obviando aquel encuentro aun sin dejarle terminar de hablar. Negó con el rostro mientras avanzaba, junto sus manos y soplo en ellas; el rojizo aliento retorno la calidez a su cuerpo de nuevo. Se detuvo en dirección opuesta a esa desconocida, buscando en la oscuridad el camino que le llevaría a su herramienta de nuevo. Pudo decir algo más, pero no lo quiso escuchar; era innecesario. Ella sabía que no debía saber más… “se esconde, la esconden, mas allá, ve…”

Silencio absoluto. Silencio que ella amaba pero que el silencio reclamaba, ¿El reloj crujió de nuevo? No. Volvió en sus pasos, dejando esa huella húmeda de un ambiente que cedía a su paso. Haría arder todo, lo haría…

El infante azul, el zorro donde estaba.- ¿Dónde?- gruño en esa lengua del dragón que era incomprensible para todos, para todos menos para su padre y para los mismísimos dragones. Cerró los ojos un instante, una paciencia abstracta que solo ella poseía y que tentaba con acabarse en ese juego de las escondidas donde habían caído. Inspiro profundamente, el viento se fundía con ella por un instante. Sin ningún aviso, se acercó al frio trono de la desconocida que sabía su nombre.

Ann tenía métodos extraños, ella era distinta y aunque no fuera agresiva en muchas ocasiones resultaba invasiva en exageración.

Tomo la mano de esa mujer peliazul que muy bien podría ser una importante marioneta pero a ella no le importaba. La olfateo, olfateo lo que sujetaba y negó con el rostro.

-¿Por qué me hacen perder el tiempo? –regreso con aquel infante peliazul, no sabía si era niño o niña. Sin acercarse, frunció la nariz, cerrando uno de sus ojos. “Olvido, memoria, memoria, MEMORIA” –NO- se reclamó a sí misma, volviendo avanzar en dirección de las sombras.

Aquella escena era confusa, pero tenía una explicación. La frustración de saberse engañada por una farsa. Trauring no podría romperse, su madera estaba curada por el aliento de un dragón de la edad del caos y la minetita era la más resistente, de la corteza que se encontraba expuesta al odio del tiempo mismo. (Porque el tiempo odiaba, amaba pero odiaba y eso lo sabía ella y la natura que la rodeaba). La confusión de saberse presa de un lugar sin sentido, sin coherencia.

Entonces el viento de nuevo… “escapa…” Se quedó quieta, bajo la mirada al suelo. El arsénico, olor a azufre que invadió esa niebla por una milésima, como un mensaje sensorial que enviaran a alguien que busca algo; con la sola intención de desesperarla.

No necesito ayuda, no la quiero…-pensó, sabía que eso bastaría para que ese mensaje se diera por respondido. Su padre era un acosador de primera y ella no disfrutaba de sus implícitas maneras de demostrarle cariño. Con burlonas apariciones y caóticas escenas de comparación sin coherencia o sentido.

Estaba allí, en ese lugar oscuro ante dos seres azules. Ni si quiera sabia porque pero el viento le seguía orillando… “ayúdales, búsqueda, una búsqueda... memoria, memorias selladas”.

Necesitamos… -se dirigió al punto vacío, el conejo, el peluche- Es un mensajero, necesitamos el mensajero del maldito de nuevo. –afirmo, informándoles a esas dos personas que nada tenían que ver con esa escena pero que ya estaban totalmente involucradas.

Movió sus pies, ¿el suelo frio estaba hecho de hielo acaso? Sus huellas se marcaban pero estando en un solo sitio el suelo se tragaba esas rudimentarias y toscas botas pesadas que usaba. La oscuridad no le molestaba pero necesitaba buscar una manera de atrapar al “mensajero”. Rememoro. Ese desconocido, otro captor de Trauring. Háblame… Pensó, pero su herramienta no respondía. Estaba lejos o demasiado cerca. No lo sabía. Busco entre la correa que sostenía su falda, un trozo de papel quemado, con la uña marco algo. Miro a los dos desconocidos.

-Necesitamos una guía y si el mensajero no aparece… tendremos que buscarlo sin demostrarle nuestras faltas.

Ella sabía que no estaba en el paraíso, pero no sabía en qué sitio estaba al fin y al cabo. Ese lugar era como esas casas de juego donde su padre se encerraba, malditas. Las faltas que cada una de las personas que se adentraba, el viento las llevaría más allá de donde estaban y serian el detonante del camino que andarían y que ya andaban. El viento le afirmaba. El que tenía a Trauring era un maldito, para ella los teufels, los machina, cualquiera, todos eran lo que eran y no los etiquetaba. Solo existía lo útil y lo inútil.

En ese momento, ella sostuvo el papel y lo soplo para que este se fuera en la brisa de su aliento. Iluminando al paso una ruta, zigzagueando de manera torpe; navegando en la brisa que llevaba a algún lugar tan oscuro como el que estaban.

Desde el momento en que esas dos habitantes del lugar supieron su nombre, estaban marcadas por esa encrucijada. La pelirroja había usado la guía del viento para orientarse en dirección del centro del lugar de donde estaban. Ahora, era tiempo de saber si esas dos eran útiles o inútiles…

-Solo ustedes estarán dispuestas a encontrar algo que quizá no buscaban. –Dijo con seguridad monótona e inexpresiva en voz mientras seguía el rumbo de aquel papel que le guiaba.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * 

Piensa - Habla Lengua del dragon - Lengua del viento

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * 

OffRol: Buena luna. 
Datos off rol. Trauring es “irrompible”; si se rompe; el alma de Trauring (valga la redundancia) se escapa y el padre de ann se encargó de que eso no pase (tomando en cuenta lo tosca que es su muchachita). 
Segundo… Como ven, se han involucrado en algo de lo que ya no pueden marchar si avanzan con Ann a partir de este post. Así que; corren riesgos cerebrales si continúan y no huyen lejos de este tema. 
Y sí, me robe épicamente el turno de la srta Tammy, si he de llevarme alguna reprimenda; no hay problema. Soy consciente de lo que hago y la afrontare sin problema alguno. 
Saludos.

 



Primer  Anterior  2 a 16 de 16  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados