Desde siempre ha sido criado cerca de la mar, siendo su padre un pirata que navegaba de puerto en puerto. Y allí aprendió lo básico de vivir en un barco, lo esencial de la piratería y la vida aventurera, los pequeños placeres de la vida; y de la música.

Los instrumentos con los que se animaban el viaje. Las voces angelicales de las sirenas. Pero por sobre todo los sonidos del mismo mar, tan inspiradores, únicos, verdaderos.
Y decidió que aquello le gustaba más que lo que hacía. Le gustaba más que viajar en barco y causar pequeños terrores.

"Podías haber viajado por todo el Imperio y más allá!" le sonzacó su padre. Y sí, le hubiese gustado demasiado aquello, surcar los mares y encontrar nuevas tierras. Pero la vida de pirata no le llamaba la atención. Además de que ama mucho su cardinal.
Se quedó allí, en su lugar natal, separando lazos con su padre y su embarcación, quedándose en tierra para ejercer su vocación de músico.

De todas formas, no podía alejarse de su primer amor, el mar. Así que la mayor parte del tiempo la pasa rondando en las góndolas todos los caminos del Cardinal de Agua, entonando leves melodías, y escuchando los relatos de los turistas, de cómo es el lugar de donde vienen. Como si viajase él mismo sin salir de donde está.

Las góndolas son una gran fuente de información diversa, y eso lo puede asegurar: Desde cumpleaños de bellas señoritas, hasta asesinatos y planes secretos. De rumores se alimenta su información, rumores que no son más que verdad, la verdad del pueblo. Gracias a ello ha adquirido una habilidad para leer los gestos del resto, observador.
Pero no importa que tan informado esté, no soltará palabra para agredir a nadie. Después de todo prefiere ser espectador a ser parte del elenco.
No se considera un buen consejero, pero siempre estará allí para escuchar y dar el hombro.

Puede entonar casi cualquier instrumento que llegue a sus manos: instrumentos de viento y cuerda, piano, y unas cuantas de percusión. Pero más práctico se le hace cargar un bandolín, cuyo sonido romántico es ideal para el viaje en góndola.

Pacifista. Es de las personas que prefiere conversarlo todo tranquilamente tomando un té, que tomar armas y hecharse a la guerra. Además, como dicen, la música calma a las bestias, y eso lo pone en práctica siempre.