**Esplendida la noche que se alzaba en el firmamento, cual obra maestra de un gran pintor, imposible de ignorar, imposible de dejar pasar, la vista se posaría en un segundo con tan solo voltear al horizonte, la belleza, la magia eran las que capturaban los ojos de hasta el más orgulloso o rencoroso hombre, a sus pies, una edificación que con su hermosura se alzaba con gran elegancia, la postura de la diosa griega petrificada en piedra, y en su regazo aquel santuario, donde las doce casas brillaban intensamente al resbalarse por sus paredes la pintura platinada de la Madre Selene, pero no brillaba con poderío en aquellas, si no en aquel lugar donde un caballero de armadura dorada se mantenía hipnotizado por su grandeza, de pronto, pareció parpadear toda la bóveda celeste y con ello, el paso de unos pétalos de una flor, rosados, ligeros y hermosos, que interrumpirían el bello paisaje admirado por el caballero de capricornio. Un resonar metálico se apreció a lo lejos, una dama de armadura dorada caminaba por aquel lugar, su rostro oculto con una especie de casco que era parte de su vestimenta, pues bien, no desencajaba, pero más que eso, una tranquilidad inmensa parecía robarse por instantes la atención a la hermosa luna, pues su paz interior como exterior eran inigualables, se detuvo a unos pasos de aquel lugar y basto con solo pronunciar algunas palabras para dar comienzo a un encuentro - Cid, caballero de la décima casa.. - Un sonido melodioso se apodero del silencio, tan solo esas palabras bastaron, su rostro aun no era visible, no sabría si lo vería o no, aunque aquel caballero, conociendo de quien se trataría, sabría bien que no lo vería, pesto que sus ojos, cerrados estarían**

**La luna tintineaba en todo su esplendor iluminando el cielo que atraía la mirada del caballero, vista que le sería prohibida a la dama del sexto templo, aquellas imponentes palabras sonaron rudas para una sola conversación entre guardianes del santuario, los pétalos rosados habían desaparecido una vez habiendo cumplido su cometido - Por qué la rudeza en tus palabras, Cid?. Caballero de Capricornio, ¿Acaso ocultas algo? - Pareció sonreír, más la calma inmensa se sintió en ese lugar y con ello un breve resplandor alrededor de la fisonomía de la dama, pues bien, hubiese o no un enfrentamiento, la dama estaba completamente concentrada en aquellos momentos - Me han informado de un traidor entre nosotros. Aquel que dará todo por acabar con Athena, y no lo he de permitir - Susurró suave y sin ningún tono amenazador, simplemente la verdad que llegó a sus oídos. Tras aquellas palabras de fuerte demanda, una brisa hizo bailotear su capa blanquecina y sus cabellos tras su espalda, esperando la reacción de aquel caballero**

**El silencio agrando el misterio en la noche que la Luna dominaba, la arrogancia era inconfundible en las palabras del dorado, quien con gran seguridad, respondía los vocablos de la dama de virgo, podría engañarle quizá en palabras, pero no le bastaría con escuchar, pues bien, sentiría algún nervio de aquel caballero si es que así lo presentara, sus palabras hecho al aire, quien hizo llegar a los oídos de la virguense la voz del capricornio, y sostener aquella suave sonrisa para después musitar - ¿Acaso no has sido tú el que ha impedido el paso a Tenma de Pegasus? A aquel ser humano en el que confía nuestra diosa… - la voz de la dama, suave y tranquila recorría todo el lugar para llegar hasta los oídos del caballero, quien de tener algo de culpa en sus palabras, seguro habría de reaccionar, no habría más que decir por parte de la guardiana del sexto templo, dejo en claro a que iba en esa noche… No podría permitir la traición a su diosa, más cuando aquella, confiaba ciegamente en aquel que pelearía con Hades, no se tentaría el corazón si de traición se hablase, había confirmado por si misma que aquel joven era leal a Athena, pero incluso, el caballero más fiel de la diosa podría traicionarle a detener al quizá único que podría acabar con la catástrofe… Su cosmos relucía cual sol en las penumbras, hacia brotar un brillo único en su dorada armadura, tranquilo y paciente, pero lo suficiente provocativo para dar el toque final a sus palabras mientras esperaba la reacción del décimo caballero de oro**

**El cosmos del décimo caballero se hizo ver al romper el silencio y la tranquilidad de las sombras, al mostrarse igualando el de la dama de virgo, su silencio dijo más que mil palabras, su postura rota por los vocablos de la virguense, aceptaría la pelea que estaría por desatarse, la guardiana del sexto templo no escucharía razones que no eran justificación a sus actos, aquel caballero había tenido la facilidad de actuar sin respeto a su diosa y lo habría que pagar, ahora dos cosmos se encontraban fluyendo y chocando conforme se encontraban mientras el panorama lo comenzaba a ganar varios pétalos rosados que comenzaban nuevamente a nublar la vista del caballero, con gran tranquilidad y elegancia iban atrayendo cada vez más, como si de un llamado se tratase, así se veían los pétalos que poco a poco iban rodeando la fisonomía de ambos sin perder de vista ni sentidos el cosmos de la dama que se incrementaba sin obstáculo alguno, ahora el silencio de adueño del ambiente y solo la tensión se desato al encontrarse frente a frente ambos guardianes dorados**

**Cual cuchillo sin miedo a cortar todo a su paso se mostró el brazo del capricornio, lanzando una ráfaga dorada que iba contra su fisonomía, los pétalos en ese instante se alborotaron siendo cortados conforme avanzaba hasta dar en su objetivo, el cuerpo de la virguense se vio partido en dos, había acertado sin dificultades aquel ataque, cuando de repente se le vio desvanecerse, caer cuales gotas de agua hacia el suelo con la compañía de los pétalos cortados y marchitos, no era real, aquel ataque dio en la nada. “La ignorancia está a bordo de quienes no les interesa saber lo que ocurre a su alrededor “ Una voz suave y tranquila invadió el entorno, pero más se situó en la cabeza del Cid, pues bien, sonaba entre todos y ningún lugar de aquel ambiente, poco a poco fueron emergiendo a sus costados dos figuras de la amazona de virgo en pie, mientras los pétalos rosados seguían danzando en la nada alrededor de los tres, sintiéndose como su cosmos crecía conforme el tiempo viéndose un resplandor en las dos fisonomías femeninas. ¿Cuál sería la verdadera?**

**Aquellas figuras de la dama de virgo, quienes se mostraba a los costados del Cid, se vieron difuminadas en cuanto aquella energía toco apenas su fisonomía, cual polvo se desvanecieron por todo su alrededor, mientras los pétalos rosados seguían bailoteando cerca de él, tan solo fueron unos segundos cuando 4 imágenes rodearon al Cid nuevamente, como si se tratara de una cruz, norte, sur, este y oeste, aquellas 4 fisonomías de la virguense ocupaban sus 4 flancos, esta vez mantendrían sus manos en forma de plegaria sin juntarlas aun, la energía, su cosmos se reflejaba cual brillo alrededor de ellas que se iba incrementando con una tranquilidad inigualable, por igual en cada una de las amazonas, no había preferencia, el cosmos se sentía en las 4 de igual forma, los pétalos danzaban sin preocupación alguna, como si se tratase de confundir al caballero de la décima casa, ahora sería un punto clave. ¿Estaría Rena en una de aquellas figuras, o serían las 4 ilusiones? Solo lo podría descubrir el caballero**