*Es el silencio del inframundo capaz de helar hasta al másbravo de los corazones, y es en lo profundo de aquel lugar que es destinadopara el castigo de las almas mortales el sitio que resguarda también algobernante de aquel submundo. De arquitectura siniestra y elegante el palaciodel rey Hades se eleva por el ultimo de los círculos infernales y es en una delas salas que conducen a su trono donde el sonido de metálicas pisadas seescucha con claridad conforme la figura de uno de los espectros al servicio deldios de los muertos avanza con serenidad y elegancia. En sus manos uninstrumento peculiar es sostenido y sus parpados se cierran con orgulloconforme su seria y elegante expresión se mantiene orgulloso de su puesto entreel ejército de su señor y sobre todo por su habilidad única como músico de la cercaníaque tiene para con el dios mismo. –Pronto todo esto terminara y el mundo será porfin del gran Hades- murmura apenas confiado en la victoria de su señor.*

*Lento el fluir del tiempo donde las almas penan. Envueltos por la oscuridad los pasos del espectro de esfinge se detienen al escuchar una voz que no esperaba en aquel sitio sosteniendo su arpa y callando su voz al momento que como única respuesta a la voz que se dirige a si realiza un movimiento. Su diestra mano de dedos largos rematados por negras uñas pasa levemente por cada una de sus cuerdas y después inicia en la escala el sonido de una melodía ya conocida en el inframundo, la tonada se escucha produciendo un inquietante eco al momento que su rostro gira lentamente clavando su mirada en la guerrera y en los seres que sobre ella se posan cual leales sirvientes. –Veo que no estoy tan solo como creí- comenta con un tono altivo el egipcio espectro en el instante que sus ojos se cierran serenándose y avanzando nuevamente con el sonido de su arpa como inquietante fondo, -Creí que los seguidores de los jueces y los guerreros de Pandora habían ya sido eliminados- comenta con cinismo el joven guerrero de Hades al instante que la tensión aumenta y sus parpados se abren nuevamente dirigiendo una despectiva mirada a quien se encontrara en su camino, -Pero veo que aún siguen con vida… ¿pero por cuanto?, solo hace falta que el rey Hades los vea por sí mismo- exclama en un volumen bajo mas audible con la intención de alertar y provocar y sus pasos continúan lentos en un compas similar al de su melodía* 

*Los pasos del espectro se detienen y sus parpados se cierran sin detener su tonada que continua con el fluir de su cosmos que provoca que su figura destaque entre los oscuros matices y sombras que rodean el palacio del emperador del inframundo. Su rostro gira levemente abriendo sus parpados y clavando una acusadora y soberbia mirada que es acompañada de la más cínica de las sonrisas por parte del músico del inframundo. –No tienes idea de lo que dices, retírate niña, antes de que el mismo emperador se decida a deshacerse de ti – clama con la misma venenosa intención manteniendo su siniestro cosmos en aumento y girando su rostro al frente dando la espalda a su rival. Sus notas se escuchan con más peso y sus parpados se cierran al tiempo que su sonrisa tétrica se forma en sus labios manteniendo su actitud altiva y orgullosa mas sus siniestras intenciones y pensamientos enfocados en la presencia de aquella militante de las filas del rey Hades en ese sitio.*

*Es un instante al menos el que toma al espectro el entender porque sus dedos dejan de moverse con facilidad por sus cuerdas y sus pasos se detienen. Los vocablos pronunciados por aquella persona hora rival fueron pasados por alto hasta este punto mas es el cosmos del espectro de esfinge que se hace notar con tonos violáceos que recorren su cuerpo y sus manos alcanzan la cuerda nuevamente comenzando a sonar con un ritmo lento y forzado la pesada tonada llena de ese hipnotizarte cosmos que trata de producir dolor y desconcentración a la mente del oponente con cada nota. Los dientes del espectro se aprietan y se nota tensión en su cuerpo que permanece inmóvil a excepción de su mano que interpreta la melodía no solo para el oponente sino también para sus hadas que se posan sobre si a causa de su total confianza que parece comenzar a pagar cara. “Esta fuerza… me impide moverme pero nota a nota me encargare de tomar tu corazón por tu atrevimiento” mantiene solo en pensamiento al tiempo que el salón se llena por notas, lo demás es silencio mas no el cosmos que en esencia permanece impregnando con cada nota que se escucha en un eco siniestro que enmarca el encuentro de dos espectros uno un músico infernal cuyo orgullo acaba de ser herido y buscara sanarse con el corazón impuro de su rival*

*Los parpados del espectro se cierran por segundos en el momento que su tonada continua haciéndose más fuerte al disminuir el número de las molestas hadas que rondan el lugar. Sus dedos se mueven de forma mas ágil y la tonada espectral circula como un réquiem que busca aumentar el pesado ambiente al instante que el cosmos violáceo del espectro se manifiesta con mayor fuerza, -vencerte-, menciona en un tono de burla que finalmente termina por ser rematado por una leve risa que escapa a sus labios. Sus ojos se abren y el ataque lanzado en su contra es percibido al instante que la tonada cesa mas no así el fluir lento de su cosmos en aumento, misma que se acompaña de un brusco movimiento que antepone la mano izquierda que sostiene con fuerza su instrumento y colocando de igual manera el cuerpo de este de tal forma que sirva como protección a las cuerdas, un gesto de enfado es notorio en su rostro al igual que un leve quejido, el ataque impacta su zurda y parte del cuerpo de su arpa haciendo retroceder su cuerpo y que su mirada de furia quede centrada en la espectro delante de él. –No tengo que vencerte cuando ya estas derrotada desde el instante en que elegiste que fuera tu oponente-, responde soberbio el músico*

*Las pupilas ámbar del espectro se clavan con desprecio en la figura de la maestra de las hadas de la muerte, dibujándose en ese momento una sonrisa amplia en sus labios al momento que su cosmos continua expandiéndose en manera de notas musicales que buscan culminar con su objetivo arrancar por completo el corazón de su oponente sin detenerse. Sus notas se aceleran en ese momento y sus pasos retroceden al observar la reacción de su rival, la sonrisa siniestra desaparece d sus labios y sin embargo por segundos un pensamiento cruza por su mente para que finalmente su arpa se coloque delante de él a manera de defensa ante el enjambre de hadas, su cuerpo se siente pesado y sus dedos tocan las ultimas notas que es posible antes de que su figura quede inmóvil con una expresión de sorpresa al momento que el sonido de su arpa solo queda como un funesto eco, esperando al menos haber logrado cumplir su cometido, -Dime,¿ a que mundo de los muertos me han de guiar tus hadas?- cuestiona un inmóvil espectro en espera del destino que las hadas puedan darle, -Acaso… no estamos ya en el inframundo- cuestiona intentando concentrar su energía restante sabiendo bien cuál es el destino de aquel atacado por las hadas del inframundo mas sabiéndose a la vez ya en él y con la duda de que es lo que aquellas hadas pudieran hacer ahora*

*Es la sarcástica sonrisa del rostro de un inmóvil espectro de esfinge la que desaparece abriéndose sus ojos y sintiendo su cuerpo sin más bases que la que las hadas que se posan sobre él y su cosmos dan, -Tu...- alcanza a exclamar en el instante que su energía restante se dirige a su mano moviendo por última vez los dedos sobre las cuerdas de su instrumento que poco a poco cede a su agarre dejando el silencio donde existía la tonada infernal y cual inmóvil cuerpo cae al suelo para producir el choque metálico contra el piso quedando estático y lejos de las manos del espectro de esfinge cuyo rostro aun expresa la sorpresa a causa de aquel movimiento. –Dime Adebella, ¿es tu corazón un premio digno para Hades sama?- menciona al momento que su figura se desploma devolviendo a si la sarcástica sonrisa al notar el rostro y postura de su rival, -¿Cuánto tiempo más, habrá de sostener ese sappuri tuyo tan pútrido órgano?- susurra al momento que su figura cae al suelo esperando al menos que su maldición haya sido lo suficientemente fuerte para haber conseguido el dañar mortalmente a su rival al momento que su cosmos se pierde ante una inmóvil figura y el silencio es el réquiem que acompaña la pérdida del espectro de esfinge*