*El marcador electrónico señala el siguiente combate a realizarse provocando una eufórica reacción por parte de las damas presentes en la arena, pese a ello el primer paso dado por parte de aquel joven delgado de verde cabellera parece inseguro alzando su vista al tablero electrónico y dibujándose apenas una tenue sonrisa en su rostro, “Seiya” repite en su mente para sí desviando posteriormente su mirar a donde las cajas de las armaduras se encuentran dispuestas una tras otra, salvo aquella que pertenece a la persona que él desea ver, “Ikki hermano, ¿realmente no lo conseguiste?” cuestiona en su interior y es aquella imagen la que provoca que su mano diestra se coloque a la altura de su pecho, sus parpados se cierran y sus pasos se aceleran para emprender una decidida carrera en dirección a la arena de batalla, su vista se alza al notar aquellas cuerdas que limitan el campo de batalla y su pierna diestra se adelanta para ser punto de apoyo en un salto que lo coloca por momentos con la luz de los reflectores a su alrededor, -Andrómeda- pronuncia con voz segura y firme para provocar que la caja que cuida su armadura se abra y como luz en un inicio vista su cuerpo pieza a pieza, dando un giro final que le deja de pie en aquel lugar envuelto por aquella hermosa armadura de la cual destaca una platinada cadena la cual sostiene con fuerza entre sus manos.*

*Una sonrisa se forma en el juvenil rostro del caballero de verdes cabellos al momento que de sus manos lentamente el instrumento platinado comienza a caer serpenteando a su alrededor para formar varios círculos concéntricos que parecen expandirse, su rápido movimiento es apenas anunciado por el sonido e aquella especial cadena al moverse que genera un delicado y hermoso ruido al choque de sus eslabones. –Seiya, veo que tu eres mi oponente- exclama con cierta calma en su voz más haciéndose alguna especie de duda en su mirada la cual se oculta tras sus parpados apenas su respiración se calma y a su alrededor una tenue aura del tono de su armadura se manifiesta como señal de su voluntad por permanecer en aquel sitio, -Caballero de Pegaso, en realidad no es necesario hacer esto, por favor, te pido que te rindas- exclama con seguridad manteniendo un deje de seriedad en aquellas palabras y manteniendo una mirada fija y una pacifica actitud que pese a todo demuestra determinación ante su rival. –Por favor, te pido que consideres el no iniciar esta batalla-menciona finalmente tratando de persuadir a su oponente manteniendo su vista firma en el mientras su voz es enmarcada por el sonido de la cadena*

*Un leve suspiro es dado por el joven caballero de Andrómeda al momento que las palabras del oponente se escuchan, su mirada baja con cierta decepción que trae en él el tener que enfrentarse a alguno de los jóvenes con quienes creció, “Es verdad, Seiya sigue buscando a su hermana” razona para desviar su mirada a donde se encuentra vacio el último de los pedestales reservado para el portador de la armadura de Fénix, “Ikki”  resuena aquel nombre en su mente al caer sus parpados sobre sus ojos, -Entiendo Seiya- responde decidido escuchándose el movimiento de la cadena aun como marco a sus palabras al hacerse mayo el numero de aquellas circunferencias que rodean su cuerpo y dejan la figura del joven caballero cubierto por todos los ángulos que le rodean. –Detente- exclama mas no como advertencia si no mostrando cierta preocupación por aquel joven al momento que sus cadenas se tensan y se elevan al sentir cerca aquel enemigo cual si se tratará de una barrera que busca detener y repeler al joven santo de Pegaso con movimientos cual látigo que llevan a su vez una tenue pero poderosa descarga tanto un voltaje propio de la cadena como del cosmos del caballero que inmóvil aprieta aquella herramienta sabiendo que es una batalla más buscando aminorar el daño que su rival pueda recibir.*

*Una mueca de sorpresa se forma en el rostro del caballero de Andrómeda que con sus manos sostiene firmemente aquellas cadenas al momento del impacto contra el cuerpo del joven caballero, sus ojos se clavan en el cuerpo del rival y su respiración parece detenerse, ”Seiya has sido muy necio” piensa con preocupación sintiendo algo de culpa respecto a aquel movimiento de la cadena incluso llegando a ignorar el sonido de aquel estadio donde por segundos el silencio toma el control seguido de un eufórico grito a causa de la reincorporación del Santo de Pegaso. –Seiya…- exclama al escuchar las palabras de su rival, -Seiya, te entiendo…-, exclama bajando su mirada reflexionando sobre la admirable determinación del enemigo, -Sin embargo no puedo permitirte que continúes haciendo esto, la cadena podría lastimarte gravemente.- Advierte a su rival sosteniendo aquella arma y por segundos contagiado del ímpetu del Pegaso sus manos sostienen firmemente aquella platinada herramienta a manera de mostrarse listo para los movimientos de su rival y tratando de hacerle entender que no se contendría en la siguiente oportunidad.*