**El silencio de la noche creciente hace que Giudecca sea aún más lúgubre que de costumbre, los muros son silenciosos testigos de la eterna oscuridad que mora en el inframundo; nada raro en realidad ya que en este lugar la oscuridad reina imperante e inamovible, una brisa inunda las salas que conforman el último gran templo de este lugar, es el templo donde mora usualmente el dios del inframundo Hades, azarosos son los hados que conforman las guerras, y esta guerra santa se ve manipulada por la oscuridad densa que conforma el destino, Alone, Sasha y Tenma se ven arrastrados a un vorágine de eventos que hacen que su vida simple y tranquila en las tierras italianas se vea destruida en pocos segundos, entonces es momento de actuar.

Las cortinas del lugar se mueven cual velos de oscuridad, almas eternas que no pueden encontrar consuelo en su tumba, se enredan brevemente con el trono vacío, aquel antecedido por unas escalinatas de mármol oscuro, a diferencia de lo que hubiese esperado no había nadie allí. La figura se hace visible como si se tratara de una ilusión que acaba de ser desentrañada, sus largos cabellos dorados ondean sin restricción alrededor de su bien formado cuerpo, pero esto es relativo, ya que se encuentra enfundado en dorada coraza que brilla por encima de todo lo que en ese lugar puede existir, no tiene una mirada definida y sería difícil siquiera imaginar sus orbes azules, puesto que nació ciego… sus ojos yacen eternamente cerrados.

Finalmente se aventura a las escalinatas, el ruido de estas resuena con tranquilidad a medida que sube paso a paso invadiendo el espacio enemigo, y se detiene frente al trono, lo presiente ahí delante y su mano se estira hasta tocar el material del que esta creado… la energía oscura que mora en él le molesta en verdad, pero le enseña un poco más de aquel enemigo que debe derrotar, solo queda un paso más allá, del otro lado yace algo que no vislumbra bien ¿será acaso el lugar donde Hades, su objetivo, se encuentra? En ese caso no hay tiempo que perder, el destino de la guerra santa y de las huestes Atenienses se halla en la palma de su mano;, aunque no lo desee sabe en el fondo de su alma que Tenma no será capaz de lastimar a Alone, aquel jovencito en el cual reencarno el dios intramundano es demasiado querido para el Pegaso, entonces para evitar cualquier contratiempo es imperante que en las manos de Buda, Hades pague sus pecados mitológicos, Ahí yace de pie junto al trono oscuro el santo dorado de la virgen, Asmita. **

**Solo escucha tonterías ¿no se supone acaso que un juez del inframundo debería ser alguien de una hidalguía y nivel supremo? Un ser como ese no tiene el poder de juzgar, ni la moral para hacerlo, ahora los cabellos del santo dorado comienzan a danzar con tranquilidad, describen movimientos erráticos pero la belleza de estos hacen que la escena protagonizada por el santo de virgo sea por lejos la más atrayente de aquellos paramos de muerte, pronto le leve corriente comienza a moverse a través del recinto como si se tratara de una cálida brisa de verano, puede sentirse el apabullante poder del dorado.

- Yo conozco muy bien estos paramos yermos de vida, lugar abandonado por los dioses a donde tu señor fue desterrado para toda la eternidad sin posibilidad de salir… pero tus palabras, así como tus razones y música… están tan vacías como estas tierras malditas -

Nuevamente contrastan las voces y la música, pero por alguna razón las palabras del dorado predominan, su cosmos que hace apenas unos minutos era ínfimo ahora tiene un color y una forma apabullantes, las estrellas de la constelación dela virgen comienzan a formarse por todo el campo de batalla, casi podría decirse que el espectro verá las estrellas y galaxias aunándose en el cuerpo del rubio, que enigmáticamente yace en pose de meditación con los ojos cerrados, podría decirse que tiene una actitud temeraria ante la muerte.

- ¿Mi corazón? Aquellos que somos guiados por el iluminado estamos más allá de las carnalidades… así entonces espectro, yo indagaré más allá de tu carne, me conformaré con tu ínfima alma y haré que esta hable con la verdad ante mis preguntas… –

Sus palabras se deslizan a través de la sala, a diferencia del espectro que expande su cosmos, la flor de loto rojiza envuelve el cuerpo de Asmita como si se tratara de su propio mundo, una protección tan bella como mortal que crece no solo en poder sino también en hermosura, entonces es cuando las manos del dorado se mueven lentamente, hasta formar una pose particular, los budistas disponen de pequeños movimientos con sus manos llamados Mudras, estos son los pequeños gestos que los budistas usan en su meditación .

- Mi corazón no guarda ningún tipo de dudas, espectro… la justicia esta de mi lado y gracias a ella conseguiré mi objetivo –

Dharmacakra Mudra, una técnica de concentración de Asmita de Virgo, una que logra que el aparte cualquier duda de su corazón, alma y mente, libera su mente… no hay nubes ni hay palabras que puedan molestarle, todo lo que se dice contra el simplemente son palabras vacías ante la mirada de Buda; el mismo iluminado que ahora aparece en las espaldas del rubio santo, el cosmos ha aumentado considerablemente con violencia, no hay dudas en el corazón del guerrero.