**Las baldosas celestes que revisten el suelo del Santuario de Poseidón se encuentran horadadas con la marca de lo que parece ser una enorme pata reptiliana de tres garrudos dedos, pisadas que continúan hasta cierta distancia intermedia entre el gigantesco Soporte principal y la entrada misma al Santuario, lugar en donde una figura grotescamente grande se mantiene de pié, permitiendo que el sol nacarado de la media tarde se refleje en su armadura de metal oscuro, casi tanto como las intenciones maléficas del ser que há detenido sus pasos -¡Acaso esos son los pasos de algún gusano? pensé que este lugar estaba completamente desha,bitado..- expresa una voz profunda, estrmemecedora, casi tan terrible como el personaje que la posee, aquél rubio que dandose la vuelta revela al Acuariano su verdadera existencia humana, la cual se encuentra revestida por un blindaje cuyas formas imitan a las de un Wyvern infernal -Ah, pero si es una rata dorada...- expresa casi con placer, mostrando en su sonrisa un sádico gusto por destrozar a aquellos guerreros de coraza de oro**

 

 

Wyrven pasa a la siguiente ronda.