HISTORIA DE UN AMOR IMPOSIBLE
Cuenta
la leyenda que una joven mariposa, de cuerpo frágil
y sensible volaba cierta tarde jugando con el viento,
cuando vió un lucero muy brillante, y se enamoró.
Emocionada, regresó inmediatamente a
su casa, loca por contar a su madre que había
descubierto lo que era el amor.
-¡Que tontería! - fue la fría respuesta
que escuchó; Los luceros no fueron hechos
para que las mariposas pudieran volar a su alrededor.
Búscate un poste, o un foco, y enamórate
de algo así. Para eso fuimos creadas.
Decepcionada, la mariposa decidió simplemente
ignorar el comentario de la madre, y se permitió
volver a alegrarse con su descubrimiento. "Que
maravilla poder soñar", pensaba. La noche
siguiente el lucero continuaba en el mismo lugar,
y ella decidió que subiría hasta el cielo
y volaría en torno a aquella luz radiante para
demostrarle su amor.
Fue muy difícil sobrepasar la altura a la cual
estaba acostumbrada, pero consiguió subir algunos
metros por encima de su nivel de vuelo normal. Pensó
que si cada día progresaba un poquito, terminaría
llegando hasta el lucero. Así que se armó
de paciencia y comenzó a intentar vencer la distancia
que la separaba de su amor.
Esperaba
con ansiedad la llegada de la noche, y cuando veía
los primeros rayos del lucero, agitaba ansiosamente
sus alas en dirección al firmamento.
Su madre estaba cada vez más furiosa:
-Estoy decepcionada con mi hija -decía. Todas
sus hermanas, primas y sobrinas ya tienen lindas quemaduras
en sus alas, provocadas por los focos. Sólo
el calor de un foco es capaz de entusiasmar
el corazón de una mariposa: Deberías dejar
de lado estos sueños inútiles y conseguir
un amor posible de alcanzar.
La joven mariposa, irritada porque nadie respetaba lo
que sentía, decidió irse de la casa. Pero
en el fondo -como, por otra parte, siempre sucede -quedó
marcada por las palabras de su madre, y consideró
que ella tenía razón.
Así, durante algún tiempo, intento olvidar
al lucero y enamorarse de la luz de los focos
de casas suntuosas, de las luces que mostraban los colores
de cuadros magníficos, del fuego de las velas
que quemaban en las más bellas catedrales del
mundo.
Pero
su corazón no conseguía olvidar al lucero,
y después de ver que la vida sin su verdadero
amor no tenía sentido, resolvió reemprender
su itinerario en dirección al cielo.
Noche tras noche intentaba volar lo más alto
posible, pero cuando la mañana llegaba, estaba
con el cuerpo helado y el alma sumergida en la tristeza.
Entretanto,
a medida que se iba haciendo mayor, pasó a prestar
atención a todo cuanto veía a su alrededor.
Desde allá arriba podía vislumbrar las
ciudades llenas de luces, donde probablemente sus primas,
hermanas y sobrinas, ya habrían encontrado un
amor.
Veía las montañas heladas, los océanos
con olas gigantescas, las nubes que cambiaban de forma
a cada minuto. La mariposa comenzó a amar cada
vez más a su lucero, porque era él que
la impulsaba a conocer un mundo tan rico y hermoso.
Pasó mucho tiempo y un buen día ella decidió
volver a su casa. Fue entonces que supo por los vecinos
que su madre, sus hermanas, primas y sobrinas, y todas
las mariposas que había conocido, ya habían
muerto quemadas por los focos y en las llamas
de las velas, destruídas por un amor que juzgaban
fácil.
La mariposa, aún cuando jamás haya conseguido
llegar hasta su lucero, vivió muchos años
aún, descubriendo cada noche cosas diferentes
e interesantes. Y comprendiendo, que, a veces, los amores
imposibles traen más alegrías y beneficios
que aquellos que están al alcance de nuestras
manos. LA HADA DEL AMOR Y DE LOS SUEÑOS.
|