Seiya de Pegaso p.2 - Saint Seiya Victories

**Las campanas de una nueva guerra santa avispan a los defensores del santuario, que valerosos como sus antecesores toman posiciones, guiados por la cosmoenergia de Athena como hace 200 años, se dirigen a la batalla; no faltando mucho para el anochecer, las huestes de Hades amenazan la seguridad del pueblo más cercano al refugio, la villa Rodorio; un lugar pacifico pero que por siglos a estado en medio del paso del enemigo, más por la calidez de sus pobladores, el valor de sus bienhechores es grande y deciden pese a su posición civil hacer frente al invasor y encarar incluso la muerte. Es cuando inesperadamente, una gran explosión estremece el puesto avanzado a la entrada del pueblo, mientras entre gritos de terror, un grupo de seis espectros aparecen comenzando a hacer estragos entre ahogados entre risas macabras, a eso, en marcha al lugar uno de los jóvenes caballeros de bronce, Seiya de Pegaso, se percata de la destrucción, llegando en cuestión de nada al foco del conflicto; mientras los espectros se movían sobre los escombros, la nube de polvo es inmensa producto del estrago, cuando en un instante un brillo intenso se enciende a quema ropa detrás de la densa nube de polvo por sobre un trio de espectros, abriendo paso a una ráfaga de meteoros en dirección al pequeño grupo de esbirros, -¡es suficiente! no permitiré que continúen sembrando la muerte entre esta gente inocente, esto termina ahora, ¡soy Seiya de Pegaso e inmediatamente acabare con todos ustedes!- menciona con audacia la voz de un vigoroso joven, que posando sobre los escombros, mantiene una inmediata postura de combate, abrillantando el destello metalico de su armadura de bronce por la silueta de su cosmoenergia en altiva, de la cual se enorgullece, luciendo para los espectros una sonrisa confiada, su puño diestro elevado a la altura de su peto apunta directo al grupo de espectros logro tomar por sorpresa.**

**Mientras tanto, su cosmos se proyecta a lo largo y ancho de su cuerpo como una luz brillante y clara, trazando con ambas manos los puntos exactos de su constelación, en una especie de danza, que en su sitio ejecuta fijando sus ojos sobre el segundo grupo de espectros que se aproximan corriendo hacia el, de inmediato, la silueta de un hermoso Pegaso blanco termina nítida y visible a su espalda, cobijándolo, un silencio se adueña de pronto, ni el aire mismo se filtra en torno a Seiya cuya luz en sus ojos es el solo reflejo de los espectros moviéndose torpes hacia su posición, una trampa mortal, que cual secreto no limita en mostrar a los confiados asesinos... -PEGASUS RYUSEI KEN- habiendo acabado con el primer grupo de agresores, al segundo le espera un idéntico final, desatando en cuestión de segundos una inmensa ráfaga de meteoros de uno solo de sus puños, cuya mano es la derecha y cual fuese una estrella desata aquella lluvia de Ken, con la fuerza de 100 meteoros por segundo a la velocidad del sonido, en un instante la luz se apodera de la escena y el sonido vuelve a apoderarse de la escena, es tal el estruendo producido por la caída de los cuerpos sin vida azotados contra el suelo regio del poblado, de por si, casi en ruinas.**