**Aquella cortina de polvo se disipa por completo, dejando a la vista sobre la planicie nívea aquella imponente figura que cubre su rostro con su siniestro antebrazo para no aspirar de lleno la tierra suelta que fue levantada en su arribo, siendo entonces que sus pies se plantan firmemente, y apartando su ante brazo se permite observar a su alrededor, como aquel elemento blanquecino cubre todo a su paso en su constante descenso, acompañado del silbido que crean en sus oídos las gélidas corrientes; más un nuevo elemento se hace presente en la escena, la figura de un joven vikingo que con seguridad expone tal indicación al recién llegado -¿Mmm?...- cuestiona tranquilamente para sí mientras uno a uno sus pasos se van abriendo camino por entre la nieve caída dirigiendo su violáceo mirar hacia el emisor de tales palabras -…Solamente  obedezco a un hombre, y ese hombre no es ni Odín, ni mucho menos tú- anexa entonces con altivez al tiempo que su andar se muestra más firme y amenazante aun en contra del aquella corriente que recorre el paraje, mismo que hace danzar a su ritmo y armonía el cabello de aquella espectro, de modo que en sus labios se dibuja una desafiante sonrisa**

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"Las sombras, mi mejor compañia"

**Siendo pues que al escuchar las palabras de aquel guerrero la sonrisa en los labios de aquella espectro se esboza aún más -Vaya, en ese caso…Yo, Violette de Behemoth, estrella celeste de la soledad, me sentiré gustosa de perturbar la paz de tus tierras, no solamente con mi presencia…- menciona con altivez al tiempo que sin detener su avance, sus brazos se elevan cerrando sus manos, de modo que alzando un poco su pecho, a la altura del mismo aquellos puños se encuentran uno con otro, creando un estruendo acompañado por purpureas partículas de energía que se hacen manifiestas por el choque entre los puños de la joven de violácea mirada, misma que se fija nuevamente en su anfitrión al tiempo que en sus mismos ojos purpúreos destellos energéticos se hacen presentes manteniendo su paso firme sobre los níveos terrenos -… ¿vendrás a cortarme la lengua?- cuestiona retadora mientras un particular suceso comienza a hacerse manifiesto en la escena, como si desde una extraña perspectiva la sombra de la guerrera comenzara a engrandecerse**

 

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**Es entonces que la confiada sonrisa de la joven se hace más notable, momento en el que recibe de lleno aquel golpe sobre su rostro, mismo que es girado en la dirección a la que el puño del Vikingo fue lanzado, dejándose observar desde otra perspectiva como un hilillo de sangre brota por una de las comisuras labiales de la joven -Bien, ¡Mi turno!...- expresa decidida al tiempo que sus siniestra mano busca tomarle por sorpresa, para así poder sujetarle fuertemente  por el antebrazo del guerrero y unir en aquel amarre a su diestra, de modo que de conseguir su objetivo, poder alzarlo a una altura poco  mayor a su propia estatura y así poder azotarlo con brutalidad contra el suelo níveo, haciendo una demostración de aquella fuerza sobrehumana que la caracteriza**

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**Tras aquel impacto de lleno contra el suelo, sus manos sueltan la extremidad superior del nórdico mientras en leves y seguros pasos se coloca a uno de sus costados, dirigiendo su violácea mirada desdeñosa hacia el ahora caído -Tus elegantes palabras no te protegen…- menciona con altanería al tiempo que una sádica sonrisa se dibuja en los labios de la joven -… ¡hazme tragar mis palabras!- y tras estos vocablos la diestra extremidad inferior de la joven espectro se alza amenazante, colocándola sobre el cuerpo del nórdico aún caído, para dejarla caer brutalmente en un pisotón destinado a su caja torácica, logrando la ruptura de varias costillas, sin llegar a matarlo “Escuche, Aiacos-sama, el dulce desquebrajo de sus huesos bajo mi botín” es el pensamiento de aquella espectro mientras su sádica sonrisa se esboza aún más ** 

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**Siendo en ese momento que tras su certero golpe, la voluntad del guerrero nórdico se alza una vez más, trayendo consigo el cambio abrupto de clima que se manifiesta a su favor;  corrientes gélidas que arrastran en las mismas aquellas copos de nieve que hacen a las mismas aún mas frías, lo que causa que la joven espectro retroceda unos pasos llevando su siniestro antebrazo a la altura de su rostro para protegerse  lo mayormente posible de tales corrientes -Miserable sabandija…-  menciona al tiempo que su cuerpo se ve encorvado, colocando su diestra rodilla sobre el suelo, volviendo a mostrar aquel purpureo destello que ahora se va concentra en su diestro brazo -…¡No eres más que un insecto! - sentencia al tiempo de que su extremidad lanza un brutal golpe contra el suelo níveo, provocando un poderoso estruendo que provocaría el desquebrajo del suelo, buscando arrastrar entre aquella pequeña zona fisurada, el cuerpo aún caído del nórdico** 

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**Siendo así, que el joven nórdico logra salir de entre la tierra tras haber sido arrastrado por el movimiento terráqueo entre las fisuras creadas por la fuerza descomunal de aquella espectro -Pero ¿qué demonios?...Tu cuerpo ¿Cómo es posible?- cuestiona incrédula al tiempo que sus ojos se abren de par en par al vislumbrar de nueva cuenta la figura del vikingo, tras lo cual casi inmediatamente se logra percibir como su gélida energía es concentrada y lanzada directamente hacia su humanidad, de modo que ambos brazos se colocan al frente de su humanidad, efectuando solamente este movimiento al tener tan poco tiempo de reacción por parte de su cuerpo gracias a las frías corrientes que recorren el paraje, aquel rayo logra alcanzar su objetivo -Tsk!- solo el rechinar de sus dientes se logra escapar de entre sus labios al sentir como aquel rayo helado comienza a hacer estragos en su persona, recorriendo cada parte del mismo**

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"Las sombras, mi mejor compañia"

**Siendo pues en ese momento que aquella sombra que desde una perspectiva no tan notoria por el guerrero nórdico, aumentando por el ocaso que pobremente se cuela por entre las densas nubes, haciendo aún más difícil el común notar de aquel acontecimiento; aquel rayo pega de lleno a la joven espectro, quien con sus antebrazos cruzados por encima del resto de su humanidad busca protegerse de dicho ataque, “¡No le defraudaré,  Aiacos-sama!” menta en sus adentros, emitiendo aquella purpurea aura nuevamente, misma que comienza a recorrer ahora en totalidad el cuerpo de la joven, buscando con esto obtener un poco más de tiempo de resistencia para con el ataque lanzado por el Dios guerrero; de modo que al estar tan cerca del suelo, ahí donde su sombría trampa se había estado formando una mínima pero efectiva ventaja sale a la luz,  su agilidad mental no se hace esperar lo que le permite echar mano de aquella habilidad que le distingue  de entre todos los miembros del ejército del Dios de las ánimas… Su cuerpo entonces parece fundirse entre toda la extensión de tinieblas que se había estado formando a lo largo de la contienda, para re aparecer de entre las fisuras anteriormente creadas por su abrupto golpe, con sus brazos cubiertos de escarcha y respiración jadeante ante la exposición a tal gélida atmosfera -Yo no temo a la muerte ¿y tú?-  cuestiona aún sin recuperar del todo el aliento, más aquello no le impide imprimir dejos de arrogancia en sus palabras; su diestro brazo aún cubierto por hielo, rígido y peligroso  se alza entonces, el bestial cráneo del Behemoth vuelve a tomar protagonismo de modo que haciendo demostración de aquella fuerza y convicción que le caracterizan, lanza un tremendo golpe directamente hacia el costado izquierdo de la testa del vikingo, buscando impulsarlo hacia el lado contrario y que su cuerpo choque sin remedio en los blanquecinos campos** 

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**Y es pues entonces que tras haber logrado su cometido una incómoda tos se hace presente, llevando su diestra para cubrir su boca, la misma al separarse se muestra teñida de sangre ante la constante exposición al gélido ambiente, sumado al someterse a las bajas temperaturas aunadas al ataque anteriormente lanzado del vikingo “Maldición” solamente aquella palabra cruza por su mente en aquel momento, de modo que tras escuchar las palabras del Dios guerrero que cual reto parecieran llegar a sus oídos –Bien, veamos ¿qué te parece esto?…- y haciendo uso de toda aquella fuerza cósmica que le quedara almacenada, viéndose manifestada en una violácea aura que cubre rápidamente toda la extensión anatómica de la joven espectro, haciendo que las hebras de sus cabellos dancen violentamente al ritmo de su propia energía de modo que en un punto de equilibrio su diestro pie se eleva a centímetros del suelo concentrando toda aquella violácea estela en su misma extremidad inferior para dejar salir de sus labios cual grito de guerra lo siguiente -...¡Verdadera Brutalidad!- expone feroz al tiempo que deja caer la planta de su pie abruptamente sobre el suelo níveo, impacto que con la fuerza de aquella joven causaría irremediablemente un terrible terremoto que sacude sin reparo las tierras de Asgard, fisurando y desprendiendo el terreno alrededor de la joven, buscando nuevamente arrastrar al vikingo entre el descompuesto suelo, siendo éste terremoto un golpe  mayor escala que el anterior lanzado por el puño de la espectro**

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