**El cielo es testigo del arribo inmediato de una estrella venidera de la montaña catalogada el Pandemonium. El rey del Infierno, Lucifer, se ha escapado de su prision y testigo de su poder decide poner fin a la humanidad teniendo como eje primordial el derrocar a la diosa del saber. Bajo el brillo de aquella estrella que al partirse en cuatro una cae de manera particular en direccion al umbral del segundo templo del zodiaco muy diferente al resto que caerian en otras ubicaciones, bajo una estela blanquecina aquel ente maligno venidero del cielo levitaria en la gran entrada bajo una amorfa forma de energia pura de tonalidad blanquecina "El señor Lucifer reclama este lugar como suyo" el hedor a maldad es notorio y su poder llamativo que seguro causara la intriga en el custodio de la zona.**

**Ignorando todo dialogo que emite aquel guardian de Tauro aquella eterea y amorfa energia llegada desde los cielos extiende su maligna energia apoderandose constantemente de aquel escenario, el flamear levitante de aquella blanca energia es señal de poder y distincion al momento presente. "Tauro, aun faltan diez templos para llegar contra Atenea" poco a poco el punto de ataque por parte del enviado del infierno se hace notorio y es aquel corpulento guerrero que sin dar tiempo alguno a un dialogo coherente aquella energia como un proyectil se lanza de manera lineal rumbo al toro dorado buscando impactarlo de lleno, moviendose de manera rauda y de una impresionante velocidad el ente maligno acortaria el espacio de separación y daria punto de quiebre a un posible impacto frontal con el guardián "Es momento que mueras y me dejes avanzar" un suceso rápido que pondra a prueba al custodio de Tauro.**

**Aquella eterea energia de amorfa figura se detiene y plasma su poder bajo el reluciente brillo blanco que emite, tras ciertos segundos una carcajada se escucha en el recinto de Tauro proveniente de aquella entidad del infierno quien poco a poco toma cierta apariencia humanoide dejando de lado el az blanco y posando sus pies al suelo. Un palido ser de blanquecina armadura con peculiaridades en sus hombros y brazos señales de simular una cobra aquella de dos cabezas, su fiera mirada solo apunta al herido toro dorado, sin sentimiento alguno ni la menor muestra de remordimiento por lo ocurrido el ente del mal pronuncia --¿Sobreviviste? es sorprendente que lo hagas-- la piedad no existe para el querubin quien continua --Un golpe como el recibido practicamente es un paso directo a la muerte, hubiera sido que fuese asi ya que te ahorrarias el dolor y sufrimiento que en estos momentos te dare-- comenta con un tono serio y decidido, formal y firme --Vengo en nombre del señor Lucifer, el nuevo amo de los cielos, mar y tierra, en su nombre me llevare la cabeza de Atenea-- culmina.**

**Restandole importancia a cada enunciado emitido por tauro, el llegado del infierno se prepara para continuar su ataque y tal vez poner fin a esta batalla, su misión es otra y se encuentra en lo mas alto de los templos del zodiaco. --No perdere mas el tiempo contigo-- desprendiendo de su ser aquella maligna energia el angel caido se prepara para lo que es su siguiente ataque. Sus dedos firmes y estirados apuntan firmes al toro dorado e inmediatamente sus uñas toman un crecimiento innato simulando ser los mortiferos colmillos de aquella cobra que representa y aparece holograficamente a su espalda --Muere Tauro-- sus piernas se retraen e impulsan hacia adelante al enviado de Lucifer quien en su camino su brazo derecho se pone firme hacia adelante y sus uñas simulando una cuchilla buscan incrustarse en la seccion dañada con anterioridad, rápido y veloz en sus acciones es aquel ángel de Lucifer.