Me gustaría entrenar contigo ya que necesito práctica.

Me gustaría elegir a Bellenger de Berenice

Qué prosigue?

**La derrota de Athena en las manos del despreciable hijo de los Avernos es una ofensa que el mismo Abel, todo magnánimo Dios del Sol no puede tolerar, pues aunque él también busque la derrota de la Diosa de la Guerra, no deja de ser su hermana y una de los 12 Olímpicos. En su cólera el Dios de los firmamentos ha despertado a sus honorables guerreros, héroes de la mitología que le servirán con ciega lealtad. Bellenger de Berenice, el más grácil de sus paladines es uno de ellos, este se ha separado de sus compañeros en busca de la cima del horrendo Pandemonium y en busca del abyecto Lucifer. El paisaje que rodea a Bellenger al ascender pos las ecalinatas es sin duda despreciable, al verse frente a un puente que cruza la caída de una cascada el estoico guerrero alza su deleitosa mirada al la negrura del cielo infernal -El llegar hasta acá ha sido muy fácil, temo que tal vez estoy siendo guiado... Aun así cualquiera que se oponga a nuestro señor Abel pagará el precio, así se trate del señor del Averno-. En su galante caminar sin prisa ni premura el guerrero continua su camino en busca de la cima.**

**De manera estoica y sutil sonrisa, el guerrero mira al jinete de Lucifer, abre un poco el ángulo de sus piernas y adelanta un poco su hombro -Lucifer caerá y volverá a los infiernos de donde pertenece, el mal nunca reinará en este mundo. Mi señor Abel se alzará con toda su magnificencia pues solo él da luz. Su misericordia es innecersaria, nosotros somos los guerreros de la Corona, estamos por encima del oro, la plata y el bronce. Soy Bellenger de Berenice y en el nombre de nuestro señor Abel ustedes demonios serán arrastrados a las sombras.- Bellenger se adelanta un paso frente a su adversario, su delgado cuerpo comienza a ser adornado por la soberbia luz del sol, su cosmos es incomparable y caluroso, como llamas que iluminan la via láctea el caballero escarlata de vuleve un faro en medio del pérfido paisaje de decadencia. Su mirada se vulve seria y sus bellos ojos celestes enfocan al oponente mientras sus cortos cabellos dorados danzan como si fueran soplados por un fuerte aire.**

**Bellenger se muestra magnífico y demasiado confiado en la batalla contra el angel de la muerte. El impio ataque de su oponente comienza, pero el caballero de la Corona no se inmuta, solo su cosmos parece que le protegerá de la embestida de la bestia infernal. Y así como una bomba que detona al contacto, el ataque impacta ampliamente contra Bellenger que es tragado por el estallido de llamas azules que comienzan a incendiar la piedra marchita. Cualquier caballero de Atenea seguramente hubiera salido maltrecho o muerto del embiste, pero de entre las llamas con un salto como lanza de punta, Bellenger de Berenice emerge totalmente ileso pues en toda la gracia, Abel le huvo protegido con el don que ha regalado a sus más fieles guerreros. Sagaz e imparable el santo se empareja a Belzeebu en el aire lanzando un ataque de pierna giratoria contra el angel que busca detener su vuelo y regresarlo a la tierra.**

**Firme y gracil Bellenger cae al piso con suavidad cubierto de su embelesado cosmos, pontente y magnífico como el sol del medio día. Su mirada hechizante se posa sobre su igual soberbio oponente regalándole una sonrisa ante su discurso -Muy cierto, nuestros ropajes han sido bendecidos con las llamas del Sol por nuestro señor Abel. Estos son los Ropajes de la Corona, muy superiores a las armaduras doradas. Abel nos ha elegido desde la mitología para portarlos y miestras vistamos estos ropajes, nosotros los Santos de la Corona seremos invencibles-. Las últimas palabras de Bellenger encienden aun más su brillo solar y su cuerpo cierra el compas de las piernas impulsándose en un ligero salto de frente a Belceebu a la velocidad de la luz, cae a un par de metros de frente y vuelve a saltar ahora dirigiéndose desde arriba del angel infernal como la posición del Sol, estirando la pierna derecha Bellenger la deja caer como una pesada viga en golpe vertical hacia la cabeza de aquel horrendo angel de Lucifer.**

**La poderosa patada es sostenida por los fuertes hombros del heraldo de Lucifer, su resistencia tal vez como la de su coraza son dignas de su nivel. A la vez el contraataque del hijo del averno se dirige el corazón del bello Berenice, pero la flamante garra es obtaculizada por la interferencia del antebrazo derecho del escarlata, el golpe hace chispear y el fuego que envuelve a Bellenger genera aces de luz que se transforman en ondulantes llamas que desvían el fogoso ataque de Belceebu. Ambos guerreros parecen estar suspendidos en el aire gracias a su exelente nivel -Tu vigor es digno de ser aplaudido, lástima que tenga que cortar tus ruines alas- Bellenger alza la pierna con la que atacó, extiende los brazos girando verticalmente en el aire, pasa por encima del ángel malvado mientras los mechones de su rubia cabellera se alargan disimuladamente, como hilos invisibles de extrema finura que flotan en el aire. Así Bellenger de la Cabellera Berenice cae con una rodilla al piso del puente, sonriendo orgulloso y cordial mientras las llamas ondulantes de su cuerpo se transforman nuevamente en una cálida y empoderada aura cósmica.**