*-…En efecto amada mía jejeje…- son los dóciles léxicos que repican en la extensión e impolíticas plazas infecundas de Grecia. Sin embargo, entre tanta pasividad, un peculiar hecho comienza a gestarse ante la próxima aparición de un monstruoso cosmos, poco a poco el diario vivir pareciera mermarse paulatinamente hasta detenerse completamente, entregando así la percepción que el tiempo se ha cansado de avanzar y se ha tomado un leve descanso. El vuelo de las aves en su vuelo ahora parece inmóvil,  es como si sin mediar indicación, las haciendas atenienses fuesen retratadas -… Es gracioso que los participantes de esta obra no estén preparados para un inminente clímax, en cierta manera es un tanto lamentable jejeje… - exhorta la voz farsante en complemento a las sumisas premoniciones de la mujer que añora. Con la presteza de una pluma, un ataviado personaje de traje azabache y de sombrero de copa, de un semblante descuidado y con una sonrisa inconfundible eh inamovible aparece en lo que él considera, en escena -… Mi querida, creo que es apropiado que nosotros los gestores de estegran espectáculo pongamos en orden a nuestros actores jajajaj – la risa de tan indiscreto pero peligroso ente de llamativa corbata de moño, repliega sus energías, para con esto permitir que tal si fuese parte de una película que estaba en pausa,todo nuevamente retome su rumbo cotidiano…*

**La aparición de aquella segunda presencia trae consigo el perturbar de los espacios, como si sobre aquel paraje las leyes de la física no tuvieran poder alguno, pues el panorama se congela sin remedio alguno tras la llegada de tan peculiar personaje -No será problema, querido mío…- se deja escuchar nuevamente aquella voz que pareciera seducir a la tranquilidad en sus vocablos, abriéndole paso a la visión de una joven de largos cabellos platinados, misma que se ve elegantemente rodeada por un aura que hace juego con sus hebras capilares; energía que causa en el ambiente una tensión y pesadez, buscando con esto llamar la atención de aquellos que se supondría estarían a la guarda, alertas de cualquier extraña anomalía que infringiera la paz del sacro santuario -…y así anunciamos, la primera llamada- expresa con serenidad, al tiempo que aquella aura se expande a lo largo y ancho de dicha planicie, llevando consigo aquella dulce melodía**

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*-…Jajajaja que así sea…- exhorta totalmente embelesado por la expectación de montar dicha obra maestra sobre los destinos de Grecia y sobre todo, de la humanidad en conjunto. En un intervalo de fatuo silencio, la visual de Youma solo ve la nada, y más aún, percibe la inquietante tranquilidad que reina en grecos ante la eventualidad de un hecho de simetrías mitológicas -…¿Qué? ¿Ninguno de estos chicos vendrá a dar una crítica tan siquiera?...- musita bastante extrañado por la nula aparición de algún guardia ateniense y ni siquiera un aldeano con ganas de joder el plan de dichos divinos seres. Produciendo una mueca de total decepción, el cortesano ente entre su evidente malestar por la situación acaecida, dedica una juguetona mirada a la dama de platinados cabellos que le secunda para luego señalar -… Veo que no tendremos críticos esta vez…- cierra sus dichos marcando aún más su juguetona pero macabra sonrisa. En vista que al parecer nada ocurrirá, a espaldas del mítico personaje, un hermoso Pegaso blanco comienza a gestarse a sus espaldas para el momento de aparecer completamente, poder sostener las espaldas de Youma quien consagra este período para el ocio...*

**Tras aquella exposición, la primera llamada a tal magnánima obra ninguna respuesta por parte de los actores se hace presente, por lo que igualmente en el rostro de la dama una curiosa mueca se figura -Mmm, supongo, amor mío que es innecesario tener mayor consideración para cuando no aprecian el fino arte del teatro…- menciona sin perder aquella serenidad, más en aquel momento los decibeles de la melodía que tan armoniosamente ambientaba la escena se ve aumentada, denotando el cambio anímico de aquella joven -…Por lo que, si las hormigas no se muestran, la reina pagará directamente las consecuencias y nos adueñaremos de tan, peculiares terrenos; si es que aparece, que de algún lado habrían de aprender sus “caballeros” a esconderse, ¿no lo crees así querido?- menciona con dejos de arrogancia, derrochando dejos de elegancia igualmente en cada uno de sus vocablos**

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