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Respuesta  Mensaje 1 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD  (Mensaje original) Enviado: 17/05/2011 03:39

Enviado: 28/06/2009 21:20

 

El encuentro con la palabra de Dios nos lleva a reflexionar

sobre nuestra mision , comportamiento y fe,  aqui dejare unas reflexiones

sobre  ella, el estar cerca de el, el hacerlo dueno de nuestra alma

el que haya dejado a su hijo derramar su sangre , por nosotros

nos hace perdonar nuestras faltas

Espero , la conversion real autentica en la gracia de Dios

gracias mis gaviotas

  

 

 

  



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Respuesta  Mensaje 29 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:10

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“El Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñara todas las cosas”

Jn 14, 21:26

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

Estudio y comentario

1.           EL QUE RECIBE MIS MANDAMIENTOS Y LOS CUMPLE, ESE ES EL QUE ME AMA

Nuestro Señor Jesucristo nos entregó muchas pruebas de todo su amor por nosotros, así es como también El espera que le amemos con fuerza, con perseverancia y por sobre todas las cosas. El que ama a Cristo, es amado por el Padre, del mismo modo como tuvo sus complacencias en su Hijo, las tendrá a los que aman a su Hijo Jesucristo.

Dice Jesús: El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; el que me ama a mi será amado de mi Padre y Yo le amare y me manifestare a el.

Cristo promete también su venida a los apóstoles y a todo aquel que recibe sus mandamientos y los cumple. Observamos que esta promesa no es solo para los apóstoles, va a todo aquel que recibe los mandamientos de El. Mis mandamientos; otra vez se legislan los mismos preceptos de Dios como suyos y los guarda. La fe con obras es tema repetido en el evangelio de San Juan --Jn 3:8-- lo mismo que en su primera carta.

2.           YO TAMBIÉN LO AMARE Y ME MANIFESTARE A EL.

Dice Jesús a sus discípulos: “me manifestare”, es decir me mostrare, Se refiere esta venida de Cristo después de resucitado? la parusia?, no es así, ya que todos lo verán y será el momento de la definitiva reunión con el. Parece haber relación entre el momento de amarle y la presencia en el creyente. Se debe, pues, de referir, si no exclusiva, al menos si preferentemente, a una venida espiritual y permanente.

Los efectos o frutos de esta venida se los presenta en dos aspectos. Uno es que me verán porque Yo vivo y ustedes vivirán. Siendo Jesucristo la Vida y no pudiendo hacerse nada sin El, no obstante, después de la resurrección será el momento de la plenitud caudalosa de todo tipo de gracias. --toda vida espiritual y divina--,   que se inaugurara cuando El envíe el Espíritu Santo. El vive después de la tragedia de la muerte, y porque El derrama, normal y totalmente, esa vida es por lo que ellos vivirán colmadamente su vida.

3.           YO ESTOY EN MI PADRE, Y USTEDES EN MI, Y YO EN USTEDES.

Otro fruto es que en aquel día, frase usada en los profetas, conque se expresan las grandes intervenciones de Dios, y que, como aquí, puede indicar todo un periodo, ustedes conocerán que Yo estoy en mi Padre, y ustedes en mi, y yo en ustedes. (Jn 14, 20).

Por efecto de estas gracias que van a recibirse en abundancia después de Pentecostés, --bien lo experimentaron en su plena transformación ese día los apóstoles--, van a comprender por efecto de gracias de todo tipo, iluminaciones intelectuales y experimentaciones sobrenaturales, aunque en grados diversos, lo que tanto les costaba comprender en la vida de Cristo: que El esta con el Padre; que es el verdadero Hijo de Dios; que El esta con ellos como Dios y como Vid, que les dispensa toda gracia, sin cuya unión a El nada pueden sobre naturalmente; y que ellos están en El, por la necesidad de su unión vital de sarmientos, y como miembros del Cuerpo místico. Y todo, aunque en grados diversos, sabido con certeza y experimentando de un modo intimo y maravilloso.

4.           SI ALGUNO ME AMA, GUARDARA MI PALABRA, Y MI PADRE LE AMARA

Le dijo, Judas, -no el Iscariote-: Señor, ¿que ha sucedido para que hayas de manifestarte a nosotros, y no al mundo? La enseñanza de Cristo sobre su manifestación a ellos y no al mundo, interpretada de un modo erróneo por el apóstol Judas, no Iscariote, posiblemente pensando en una teofanía, de un modo sensible y maravilloso, es lo que hace a Cristo exponer la doctrina de la epifanías trinitarias. Respondió Jesús y le dijo: Si alguno me ama, guardara mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a el y en el haremos morada. También vendrá el Padre. Porque el amor a Cristo Jesús, garantizado con obras, trae como premio el ser amado por el Padre. Lo que tiene como efecto el que vendremos a el y haremos en el nuestra morada

Esta venida, pues, del Padre y de Cristo no es transitoria, sino permanente, pues en el que le ama establece su morada; y es presencia distinta de la que tiene Dios como Creador, pues es solo para los que le aman en este orden sobrenatural: de amor al Padre y al Hijo; ni es presencia carismática, pues es condición normal para todo el que así los ame. Esta venida del Padre es también espiritual e intima. Va entrañando en su mismo concepto de morar Dios en el alma.

Aunque aquí explícitamente no se dice que también venga con ellos el Espíritu Santo, es lo que esta suponiendo el capitulo, ya que se dice que en el que ama a Cristo el Espíritu Santo esta y permanece en el (Jn 14, 17). Es lo que la teología llamo inhabitacion de la Trinidad en el alma.

5.           EL ESPÍRITU SANTO QUE MI PADRE LES ENVIARÁ EN MI NOMBRE

Dice Jesús: Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Espíritu Santo, (el Paráclito) que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.

Después de la partida de Cristo, el Espíritu es quien los sustituye entre sus fieles seguidores, es decir es el Paráclito, el Abogado que intercede ante el Padre y aboga por fieles a Cristo.

Nuestro Señor Jesucristo promete que derramará su Espíritu sobre todos los que lo aman, así con la recepción del Espíritu Santo nuestros cuerpos se han convertidos en verdaderos templos. (1Cor 3,16)  

6.           EL ESPÍRITU SANTO…LES ENSEÑARA TODO

Jesús rogará al Padre por los que le aman, amor garantizado con cumplir mis mandamientos, que son los mandamientos de Dios.  Cristo se pone en la línea de Dios encarnado, para que les de otro Paráclito. El sentido de esta última palabra puede ser múltiple, conforme a su etimología. En el Nuevo Testamento solo sale en san Juan, y en su primera carta tiene el sentido específico de abogado, que es el sentido más ordinario, junto con el de intercesor, con cuyos sentidos aparece en la literatura rabínica. Pero puede tener otros significados distintos. Para valorar su sentido en este contexto hay dos elementos. Uno es que Cristo pide al Padre que les de otro Paráclito en su ausencia. Cristo es, pues, un Paráclito. De aquí se deduce una enseñanza dogmática de gran importancia; al ser el Paráclito otro ser al modo de Cristo, se sigue que es una persona y divina y, además, va a sustituir a Cristo en su oficio: continuar, en forma misteriosa, la misión de Cristo en los hombres.

Entonces dijo Jesús: El Espíritu Santo, que el Padre enviara en mi Nombre, les enseñara todo. Según el, esta misión es educativa. Luego añade: les enseñara todo y les recordara lo que les he dicho. Se trata, pues, de una acción del Paráclito en ellos por una sugerencia interna, preferentemente al menos, si no exclusiva (Jn 16:13.14), de la enseñanza de Cristo. Por esta obra educativa es por lo que el Paráclito es llamado aquí Espíritu de verdad; lo mismo que por ser el Espíritu de Cristo  (Jn 16:13.14), que es la Verdad (Jn 16:4).

Es el tema de la donación del Espíritu Santo, tan marcado en el Evangelio de San Juan, hasta decir que el Espíritu Santo aun no había sido dado porque Jesús no había sido glorificado (Jn 7:39); lo mismo que por la misión doctrinal con que aquí aparece, y por su paralelo con otros pasajes de este mismo discurso de la cena (Jn 15:26;16:5, 15); esta promesa futura se refiere a la donación oficial del Espíritu Santo en Pentecostés, pero prolongada indefinidamente en la Iglesia y en las almas de los que lo reciben Esta acción del Paráclito entre ellos: les enseñara todas las cosas y ese os lo enseñara todo y os traerá a la memoria todo lo que les he dicho.

7.           ¿A QUE SE REFIERE ESTA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SOBRE TODAS LAS COSAS QUE LES HE DICHO?

Cabrían dos precisiones: O referirse a la enseñanza que Cristo hizo a los apóstoles en su periodo terreno (Jn 15:15; 4:25), incluso con las complementarias revelaciones que les hizo después de resucitado hasta la ascensión (Act 1:3), o admitir nuevas revelaciones hechas directamente por el Espíritu a los apóstoles para completar el tesoro objetivo de la revelación. Pero el primer sentido, en su aspecto que tiene dos partes, es el que directamente esta mas en situación y encuentra su complemento en el lugar paralelo del capitulo 16, en el que se dice que, al venir el Espíritu en Pentecostés, comenzara su obra de llevarles, conducirles, encaminarles, hacia la verdad completa, porque no hablara de si mismo, sino que, tomara de lo mió y les dará a conocer (Jn 16:13.14). Es la función del Espíritu haciendo comprender a los apóstoles      a la Iglesia   el sentido pleno de la enseñanza y obra de Cristo. (cf. Jn 16:13).

Aunque literalmente estas palabras se dirigían a los apóstoles, hay datos que hacen ver que, como promesa doctrinal, se refieren a la Iglesia. En primer lugar, no se probaría esto por el solo hecho de decirles que permanecería con ellos --apóstoles-- para siempre, pues este es un término muy relativo. Así se lee frecuentemente: siervo eterno, y cuya eternidad solo se refiere al periodo de su vida de siervo.

La primera razón es que, en varios de estos pasajes del Evangelio de san Juan, las promesas aparecen entremezcladas literariamente, pues unas veces se dirigen a los apóstoles (v.15 17.26) y otras están en forma impersonal: Si alguno me ama (v.21.23.24). Y a este sujeto indefinido es al que se le promete el amor suyo y el del Padre, lo mismo que el manifestarse a El, y el que en El moren.

Encuadradas, pues, estas promesas, en las que antes y después se habla del Paráclito, parece que, aunque literalmente se dirijan a los apóstoles, la promesa doctrinal tiene la perspectiva universal de la Iglesia. Al menos en la comprensión e intención del evangelista al situarlas aquí, en esta perspectiva literaria, si es que ellas pudieran pertenecer a otro contexto histórico.

Esto encuentra una confirmación en las palabras que cita el Evangelio de san Lucas después de la consagración eucarística: Haced esto en memoria mía (Lc 22:19; 1 Cor 11:24 25). Directamente se refieren a los apóstoles, y, sin embargo, el concilio de Trento definió de fe que con esas palabras de Cristo no solo ordeno sacerdotes a los apóstoles, sino que con ellas preceptuó que ellos y sus sucesores ofreciesen el sacrificio eucarístico.

Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, esta en el interior del cristiano que vive en gracia.

Quiero ser una morada de Dios buscando que mi corazón viva en la Trinidad... Un alma en estado de gracia es una casa de Dios, en donde habita Dios mismo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Beata Isabel de la Trinidad)

Cristo Resucitado, viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

  Fuentes: Algunos comentários y referencias están tomados de la Bíblia de Nácar-Colunga


Respuesta  Mensaje 30 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:11

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

EL ES EL DULCE HUÉSPED DE MI ALMA

En tiempos no remotos, la inhabitación de la Trinidad era un tema bastante entrañable a los cristianos más atentos a las realidades de la fe. Hoy, al menos así lo parece, lo es un poco menos. Sin embargo, una vida «habitada por Dios» es muy distinta a una vida desierta, abandonada a sí misma, condenada a agotarse en los límites de la criatura.

Mi vida ha sido visitada por Dios. Él habita en mi interior más profundo. El es el dulce huésped de mi alma: «Vendremos a él y viviremos en él». ¿Cómo es posible vivir una vida trivial teniendo como huésped a la Trinidad? ¿Cómo es posible no asombrarse por esta verdad, por esta extraordinaria realidad que nos arrebata de la soledad, ensalza la dignidad de la existencia, llena de estupor, da luz a la tonalidad grisácea de nuestra vida cotidiana, sumerge en el mundo divino, hace familiar la existencia con Dios, no cesa de asombrar y de maravillar, desplaza el centro de interés de toda la aventura terrena, colorea de sentido toda acción? ¿Cómo no quedar sobresaltado de alegría frente a este ser mío mortal hecho templo de la Trinidad inmortal, frente a este cuerpo mío corruptible hecho santo e incorruptible por la intimidad con su Creador?

ORACION (3)

 

Te bendigo y te doy gracias, Señor mío, porque hoy has abierto mis ojos a todo lo que quieres obrar en mí y conmigo. ¿Cómo es posible que, por lo general, viva yo como si estuvieras lejos? ¿Cómo es posible que te busque fuera de mí? ¿Cómo es posible que me olvide de que estás conmigo, dentro de mí?

Señor, perdona mi ceguera y mi distracción. Perdona mi poco amor, que me impide buscarte allí donde tú quieres ser encontrado. Perdóname, porque lleno en ocasiones mi corazón de personas o cosas que no te dejan sitio a ti. Perdona todas las veces que me lamento por mi soledad, como si tú me hubieras dejado solo para recorrer los caminos del mundo.

Señor, hazte sentir tú también. Hazme volver, como tú sabes hacerlo, a la interioridad, a tu presencia dentro de mí. Ayúdame a alejar lo que ocupa el sitio que tú te has reservado en lo más íntimo de mí. Purifica mi corazón para que pueda verte presente en mi vida, operante, tranquilizador, indispensable. Refuerza, Señor, mi corazón, para que pueda verte y sentirte, para que pueda entablar contigo un diálogo de amor y vivir contigo una historia de amor destinada a no acabar nunca.


Respuesta  Mensaje 31 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:19

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“El Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñara todas las cosas”

Jn 14, 21:26

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

Estudio y comentario

1.           EL QUE RECIBE MIS MANDAMIENTOS Y LOS CUMPLE, ESE ES EL QUE ME AMA

Nuestro Señor Jesucristo nos entregó muchas pruebas de todo su amor por nosotros, así es como también El espera que le amemos con fuerza, con perseverancia y por sobre todas las cosas. El que ama a Cristo, es amado por el Padre, del mismo modo como tuvo sus complacencias en su Hijo, las tendrá a los que aman a su Hijo Jesucristo.

Dice Jesús: El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; el que me ama a mi será amado de mi Padre y Yo le amare y me manifestare a el.

Cristo promete también su venida a los apóstoles y a todo aquel que recibe sus mandamientos y los cumple. Observamos que esta promesa no es solo para los apóstoles, va a todo aquel que recibe los mandamientos de El. Mis mandamientos; otra vez se legislan los mismos preceptos de Dios como suyos y los guarda. La fe con obras es tema repetido en el evangelio de San Juan --Jn 3:8-- lo mismo que en su primera carta.

2.           YO TAMBIÉN LO AMARE Y ME MANIFESTARE A EL.

Dice Jesús a sus discípulos: “me manifestare”, es decir me mostrare, Se refiere esta venida de Cristo después de resucitado? la parusia?, no es así, ya que todos lo verán y será el momento de la definitiva reunión con el. Parece haber relación entre el momento de amarle y la presencia en el creyente. Se debe, pues, de referir, si no exclusiva, al menos si preferentemente, a una venida espiritual y permanente.

Los efectos o frutos de esta venida se los presenta en dos aspectos. Uno es que me verán porque Yo vivo y ustedes vivirán. Siendo Jesucristo la Vida y no pudiendo hacerse nada sin El, no obstante, después de la resurrección será el momento de la plenitud caudalosa de todo tipo de gracias. --toda vida espiritual y divina--,   que se inaugurara cuando El envíe el Espíritu Santo. El vive después de la tragedia de la muerte, y porque El derrama, normal y totalmente, esa vida es por lo que ellos vivirán colmadamente su vida.

3.           YO ESTOY EN MI PADRE, Y USTEDES EN MI, Y YO EN USTEDES.

Otro fruto es que en aquel día, frase usada en los profetas, conque se expresan las grandes intervenciones de Dios, y que, como aquí, puede indicar todo un periodo, ustedes conocerán que Yo estoy en mi Padre, y ustedes en mi, y yo en ustedes. (Jn 14, 20).

Por efecto de estas gracias que van a recibirse en abundancia después de Pentecostés, --bien lo experimentaron en su plena transformación ese día los apóstoles--, van a comprender por efecto de gracias de todo tipo, iluminaciones intelectuales y experimentaciones sobrenaturales, aunque en grados diversos, lo que tanto les costaba comprender en la vida de Cristo: que El esta con el Padre; que es el verdadero Hijo de Dios; que El esta con ellos como Dios y como Vid, que les dispensa toda gracia, sin cuya unión a El nada pueden sobre naturalmente; y que ellos están en El, por la necesidad de su unión vital de sarmientos, y como miembros del Cuerpo místico. Y todo, aunque en grados diversos, sabido con certeza y experimentando de un modo intimo y maravilloso.

4.           SI ALGUNO ME AMA, GUARDARA MI PALABRA, Y MI PADRE LE AMARA

Le dijo, Judas, -no el Iscariote-: Señor, ¿que ha sucedido para que hayas de manifestarte a nosotros, y no al mundo? La enseñanza de Cristo sobre su manifestación a ellos y no al mundo, interpretada de un modo erróneo por el apóstol Judas, no Iscariote, posiblemente pensando en una teofanía, de un modo sensible y maravilloso, es lo que hace a Cristo exponer la doctrina de la epifanías trinitarias. Respondió Jesús y le dijo: Si alguno me ama, guardara mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a el y en el haremos morada. También vendrá el Padre. Porque el amor a Cristo Jesús, garantizado con obras, trae como premio el ser amado por el Padre. Lo que tiene como efecto el que vendremos a el y haremos en el nuestra morada

Esta venida, pues, del Padre y de Cristo no es transitoria, sino permanente, pues en el que le ama establece su morada; y es presencia distinta de la que tiene Dios como Creador, pues es solo para los que le aman en este orden sobrenatural: de amor al Padre y al Hijo; ni es presencia carismática, pues es condición normal para todo el que así los ame. Esta venida del Padre es también espiritual e intima. Va entrañando en su mismo concepto de morar Dios en el alma.

Aunque aquí explícitamente no se dice que también venga con ellos el Espíritu Santo, es lo que esta suponiendo el capitulo, ya que se dice que en el que ama a Cristo el Espíritu Santo esta y permanece en el (Jn 14, 17). Es lo que la teología llamo inhabitacion de la Trinidad en el alma.

5.           EL ESPÍRITU SANTO QUE MI PADRE LES ENVIARÁ EN MI NOMBRE

Dice Jesús: Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Espíritu Santo, (el Paráclito) que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.

Después de la partida de Cristo, el Espíritu es quien los sustituye entre sus fieles seguidores, es decir es el Paráclito, el Abogado que intercede ante el Padre y aboga por fieles a Cristo.

Nuestro Señor Jesucristo promete que derramará su Espíritu sobre todos los que lo aman, así con la recepción del Espíritu Santo nuestros cuerpos se han convertidos en verdaderos templos. (1Cor 3,16)  

6.           EL ESPÍRITU SANTO…LES ENSEÑARA TODO

Jesús rogará al Padre por los que le aman, amor garantizado con cumplir mis mandamientos, que son los mandamientos de Dios.  Cristo se pone en la línea de Dios encarnado, para que les de otro Paráclito. El sentido de esta última palabra puede ser múltiple, conforme a su etimología. En el Nuevo Testamento solo sale en san Juan, y en su primera carta tiene el sentido específico de abogado, que es el sentido más ordinario, junto con el de intercesor, con cuyos sentidos aparece en la literatura rabínica. Pero puede tener otros significados distintos. Para valorar su sentido en este contexto hay dos elementos. Uno es que Cristo pide al Padre que les de otro Paráclito en su ausencia. Cristo es, pues, un Paráclito. De aquí se deduce una enseñanza dogmática de gran importancia; al ser el Paráclito otro ser al modo de Cristo, se sigue que es una persona y divina y, además, va a sustituir a Cristo en su oficio: continuar, en forma misteriosa, la misión de Cristo en los hombres.

Entonces dijo Jesús: El Espíritu Santo, que el Padre enviara en mi Nombre, les enseñara todo. Según el, esta misión es educativa. Luego añade: les enseñara todo y les recordara lo que les he dicho. Se trata, pues, de una acción del Paráclito en ellos por una sugerencia interna, preferentemente al menos, si no exclusiva (Jn 16:13.14), de la enseñanza de Cristo. Por esta obra educativa es por lo que el Paráclito es llamado aquí Espíritu de verdad; lo mismo que por ser el Espíritu de Cristo  (Jn 16:13.14), que es la Verdad (Jn 16:4).

Es el tema de la donación del Espíritu Santo, tan marcado en el Evangelio de San Juan, hasta decir que el Espíritu Santo aun no había sido dado porque Jesús no había sido glorificado (Jn 7:39); lo mismo que por la misión doctrinal con que aquí aparece, y por su paralelo con otros pasajes de este mismo discurso de la cena (Jn 15:26;16:5, 15); esta promesa futura se refiere a la donación oficial del Espíritu Santo en Pentecostés, pero prolongada indefinidamente en la Iglesia y en las almas de los que lo reciben Esta acción del Paráclito entre ellos: les enseñara todas las cosas y ese os lo enseñara todo y os traerá a la memoria todo lo que les he dicho.

7.           ¿A QUE SE REFIERE ESTA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SOBRE TODAS LAS COSAS QUE LES HE DICHO?

Cabrían dos precisiones: O referirse a la enseñanza que Cristo hizo a los apóstoles en su periodo terreno (Jn 15:15; 4:25), incluso con las complementarias revelaciones que les hizo después de resucitado hasta la ascensión (Act 1:3), o admitir nuevas revelaciones hechas directamente por el Espíritu a los apóstoles para completar el tesoro objetivo de la revelación. Pero el primer sentido, en su aspecto que tiene dos partes, es el que directamente esta mas en situación y encuentra su complemento en el lugar paralelo del capitulo 16, en el que se dice que, al venir el Espíritu en Pentecostés, comenzara su obra de llevarles, conducirles, encaminarles, hacia la verdad completa, porque no hablara de si mismo, sino que, tomara de lo mió y les dará a conocer (Jn 16:13.14). Es la función del Espíritu haciendo comprender a los apóstoles      a la Iglesia   el sentido pleno de la enseñanza y obra de Cristo. (cf. Jn 16:13).

Aunque literalmente estas palabras se dirigían a los apóstoles, hay datos que hacen ver que, como promesa doctrinal, se refieren a la Iglesia. En primer lugar, no se probaría esto por el solo hecho de decirles que permanecería con ellos --apóstoles-- para siempre, pues este es un término muy relativo. Así se lee frecuentemente: siervo eterno, y cuya eternidad solo se refiere al periodo de su vida de siervo.

La primera razón es que, en varios de estos pasajes del Evangelio de san Juan, las promesas aparecen entremezcladas literariamente, pues unas veces se dirigen a los apóstoles (v.15 17.26) y otras están en forma impersonal: Si alguno me ama (v.21.23.24). Y a este sujeto indefinido es al que se le promete el amor suyo y el del Padre, lo mismo que el manifestarse a El, y el que en El moren.

Encuadradas, pues, estas promesas, en las que antes y después se habla del Paráclito, parece que, aunque literalmente se dirijan a los apóstoles, la promesa doctrinal tiene la perspectiva universal de la Iglesia. Al menos en la comprensión e intención del evangelista al situarlas aquí, en esta perspectiva literaria, si es que ellas pudieran pertenecer a otro contexto histórico.

Esto encuentra una confirmación en las palabras que cita el Evangelio de san Lucas después de la consagración eucarística: Haced esto en memoria mía (Lc 22:19; 1 Cor 11:24 25). Directamente se refieren a los apóstoles, y, sin embargo, el concilio de Trento definió de fe que con esas palabras de Cristo no solo ordeno sacerdotes a los apóstoles, sino que con ellas preceptuó que ellos y sus sucesores ofreciesen el sacrificio eucarístico.

Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, esta en el interior del cristiano que vive en gracia.

Quiero ser una morada de Dios buscando que mi corazón viva en la Trinidad... Un alma en estado de gracia es una casa de Dios, en donde habita Dios mismo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Beata Isabel de la Trinidad)

Cristo Resucitado, viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

  Fuentes: Algunos comentários y referencias están tomados de la Bíblia de Nácar-Colunga


Respuesta  Mensaje 32 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:19

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

EL ES EL DULCE HUÉSPED DE MI ALMA

En tiempos no remotos, la inhabitación de la Trinidad era un tema bastante entrañable a los cristianos más atentos a las realidades de la fe. Hoy, al menos así lo parece, lo es un poco menos. Sin embargo, una vida «habitada por Dios» es muy distinta a una vida desierta, abandonada a sí misma, condenada a agotarse en los límites de la criatura.

Mi vida ha sido visitada por Dios. Él habita en mi interior más profundo. El es el dulce huésped de mi alma: «Vendremos a él y viviremos en él». ¿Cómo es posible vivir una vida trivial teniendo como huésped a la Trinidad? ¿Cómo es posible no asombrarse por esta verdad, por esta extraordinaria realidad que nos arrebata de la soledad, ensalza la dignidad de la existencia, llena de estupor, da luz a la tonalidad grisácea de nuestra vida cotidiana, sumerge en el mundo divino, hace familiar la existencia con Dios, no cesa de asombrar y de maravillar, desplaza el centro de interés de toda la aventura terrena, colorea de sentido toda acción? ¿Cómo no quedar sobresaltado de alegría frente a este ser mío mortal hecho templo de la Trinidad inmortal, frente a este cuerpo mío corruptible hecho santo e incorruptible por la intimidad con su Creador?

ORACION (3)

 

Te bendigo y te doy gracias, Señor mío, porque hoy has abierto mis ojos a todo lo que quieres obrar en mí y conmigo. ¿Cómo es posible que, por lo general, viva yo como si estuvieras lejos? ¿Cómo es posible que te busque fuera de mí? ¿Cómo es posible que me olvide de que estás conmigo, dentro de mí?

Señor, perdona mi ceguera y mi distracción. Perdona mi poco amor, que me impide buscarte allí donde tú quieres ser encontrado. Perdóname, porque lleno en ocasiones mi corazón de personas o cosas que no te dejan sitio a ti. Perdona todas las veces que me lamento por mi soledad, como si tú me hubieras dejado solo para recorrer los caminos del mundo.

Señor, hazte sentir tú también. Hazme volver, como tú sabes hacerlo, a la interioridad, a tu presencia dentro de mí. Ayúdame a alejar lo que ocupa el sitio que tú te has reservado en lo más íntimo de mí. Purifica mi corazón para que pueda verte presente en mi vida, operante, tranquilizador, indispensable. Refuerza, Señor, mi corazón, para que pueda verte y sentirte, para que pueda entablar contigo un diálogo de amor y vivir contigo una historia de amor destinada a no acabar nunca.


Respuesta  Mensaje 33 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:20

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman”

Jn 14, 27-31a

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

A la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: - Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!-. Jesús no quiere que se inquieten o se alteren con su partida, pues les deja su paz. La paz, entre los judíos, abarca todos los bienes y es sinónimo de felicidad.

La paz verdadera era una promesa mesiánica (Ez 37:26; Is 9:6). No es la paz que Jesús les anuncia y no es como la da el mundo. Esta es paz externa, alejada de molestias. Sin embargo la Paz de Jesús es paz íntima, inalterable en el fondo del alma, pero compatible con las persecuciones sufridas por El. Quizás no sería improbable que esta paz a que alude se refiera a la triple venida de que acaba de hablarles: el gran don trinitario en ellos. Concretamente alude a su vuelta, que es a esa venida de que les habló, “Me voy y volveré a ustedes”.

Además, si de verdad le aman, no deben entristecerse, pues han de desearle lo mejor. Y Jesús dice que él va al Padre, porque el Padre es más grande que yo, El sentido de la frase es que el Padre es mayor que El, no en cuanto el Verbo recibe por eterna generación la naturaleza divina, sino que, en cuanto es el Verbo encarnado, se proclama, por razón de su naturaleza humana, inferior al Padre. Es el sentido en que se habla abiertamente en otros pasajes de San Juan (6:62; 16:28; 17:5.24). San Agustín lo comentaba así: En cuanto aquello por lo cual el Hijo no es igual al Padre se iba al Padre.

Pero el aviso tiene valor apologético: no lo van a tomar de sorpresa, es El, el que se somete libremente a los planes — obediencia — del Padre. Dice Jesús: “ Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el príncipe de este mundo” Y tan inminente es, que pone la venida del príncipe de este mundo, ese es Satanás, en presente. Es la lucha entre la luz y las tinieblas, el fondo satánico que mueve hombres y pasiones contra Jesús. En las tentaciones de Jesús, Satanás, se retiró hasta el tiempo determinado (Lc 4:13)

Satanás viene ahora a través de sus instrumentos, especialmente de Judas Iscariote, en cuyo corazón había puesto el propósito de entregarlo (Jn 13:2), luego entró en él para consumar su obra de muerte (Jn 13:27) Pero, aunque parece su muerte una derrota, no es que Satanás tenga en mí nada, Jesús dice: él nada puede hacer contra mí, como si viniese para castigarle conforme a la creencia judía.

Jesús dice; “pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado”, Jesús es la misma santidad. Y Jesús no va a un reto, va a ejercer un acto supremo de amor al Padre al cumplir el mandato de su muerte. Va así a demostrar al mundo malo, y al Padre, que lo ama cumpliendo su mandato.

Y como el mandato estaba dado y la hora llegada, veremos como Jesús da la orden de partida en la última cena, les dice: Levántense de los lechos, o esteras sobre los que estaban recostados, vamos nos de aquí, con una orden que es terminante. Estas palabras cierran el desarrollo histórico de la narración. En el capítulo 17, la oración sacerdotal, aparece como un epílogo-apéndice de aquel acto. Por eso, este final y esta orden se enlazan, históricamente, con el principio del capítulo 18, en que ya salen para Getsemaní.

Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz este con ustedes. Es un saludo que es parte de nuestra liturgia. Cuando un cristiano desea la paz, es para expresar el deseo de todos los bienes para la persona que saluda, es paz que nace de la posesión de Dios y de su gracia, es un deseo de tranquilidad interior, es paz para el corazón, es paz que es consuelo espiritual, es deseo de alegría en medio de las tribulaciones, por eso la debemos dar con espíritu evangélico y no debe ser un asunto mecánico, porque no es algo rutinario, es algo que debemos transmitir con los mismos sentimientos e intención de Jesús. El que tiene a Jesús en su corazón, vive en paz, nada es comparable saber que le tenemos allí, nada es tan agradable como pensar y saber que Jesús nos ama y esta presente en nosotros.

El Señor les Bendiga y les regale su amorosa

   Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds


Respuesta  Mensaje 34 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:21

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

LA PAZ PROCEDE DE UNA MIRADA DE FE SOBRE LA REALIDAD DE UN DIOS PRESENTE

El Señor ha derramado la paz en tu corazón: él está presente dentro de ti, con el Padre y el Espíritu Santo. Eso no puede más que darte un sentido de seguridad y de fuerza: si Dios está contigo, ¿quién estará en contra de ti?

Sin embargo, a menudo estás inquieto y atemorizado: el mundo se presenta amenazante, los pasiones no dan tregua, todo parece desarrolarse «como si Dios no existiera», y Dios calla dentro de ti, juega a esconderse, no responde. Entonces tu corazón se espanta, te asalta la duda y tu paz queda asediada, cuando no se volatiliza. Ahora es cuando debes recordar que Dios está presente en la luz oscura de la fe, que has de ejercitar la fe en estos momentos para oír aquello que no oyes, para ver aquello que no ves, para aferrarte a un agarradero que has de buscar en la niebla. Es, en efecto, la fe lo que está en la base de la paz, que, de hecho, procede de la comunión con Dios. Fe en el Dios ya presente, pero no poseído aún en plenitud; fe que se madura en el tiempo de la ausencia del Esposo; fe que se perfecciona en la búsqueda del Esposo; fe que se purifica a través de los acontecimientos más duros y atroces.

La paz procede de una mirada de fe sobre la realidad de un Dios presente, aunque buscado con todo el ardor de un corazón herido por el sentimiento de su ausencia. La paz viene cuando se comprende y se acepta el misterio de la ausencia de Dios también en su presencia, en su silencio, en el sufrimiento y el misterio de la cruz como momento más elevado del amor de Dios y del testimonio de tu amor por él.

ORACION (3)

 

¡Cómo busco la paz, Señor, y cuántas veces la busco! Sin embargo, debo admitir que no siempre la busco donde se encuentra. A veces la busco como el mundo: busco un poco de paz para vivir en paz, para no incomodarme demasiado, para no dejarme turbar en exceso. También yo busco, en suma, la paz como la busca el mundo: lejos de la cruz, huyendo de quien me turba, evitando a los que me hacen perder la paciencia, esquivando las molestias y cerrando los ojos antes los sufrimientos de los otros. ¿Cómo voy a poder vivir en paz si no me defiendo un poco de los otros? ¿Y cómo voy a vivir en paz si no me concedo alguna satisfacción? ¿Cómo se puede vivir en paz estando siempre sometido a presión? Todas estas son tentaciones frecuentes, lo sabes, Señor. Tentaciones que desvían mi mirada de ti, fuente de mi paz; tentaciones que me hacen olvidar tus palabras constructoras de una paz sólida y tenaz.

¡Vence, Señor, estas tentaciones mías! Haz oír tu voz a mi corazón turbado y enséñame tus caminos, que conducen a tu paz, a mi paz. No permitas que me olvide de ti por un poco de bienestar o por buscar una tranquilidad que, con frecuencia, es huir de tu presencia en mí y en mis hermanos.


Respuesta  Mensaje 35 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:24

PARA LA LECTIO DIVINA (3)

LA PAZ PROCEDE DE UNA MIRADA DE FE SOBRE LA REALIDAD DE UN DIOS PRESENTE

El Señor ha derramado la paz en tu corazón: él está presente dentro de ti, con el Padre y el Espíritu Santo. Eso no puede más que darte un sentido de seguridad y de fuerza: si Dios está contigo, ¿quién estará en contra de ti?

Sin embargo, a menudo estás inquieto y atemorizado: el mundo se presenta amenazante, los pasiones no dan tregua, todo parece desarrolarse «como si Dios no existiera», y Dios calla dentro de ti, juega a esconderse, no responde. Entonces tu corazón se espanta, te asalta la duda y tu paz queda asediada, cuando no se volatiliza. Ahora es cuando debes recordar que Dios está presente en la luz oscura de la fe, que has de ejercitar la fe en estos momentos para oír aquello que no oyes, para ver aquello que no ves, para aferrarte a un agarradero que has de buscar en la niebla. Es, en efecto, la fe lo que está en la base de la paz, que, de hecho, procede de la comunión con Dios. Fe en el Dios ya presente, pero no poseído aún en plenitud; fe que se madura en el tiempo de la ausencia del Esposo; fe que se perfecciona en la búsqueda del Esposo; fe que se purifica a través de los acontecimientos más duros y atroces.

La paz procede de una mirada de fe sobre la realidad de un Dios presente, aunque buscado con todo el ardor de un corazón herido por el sentimiento de su ausencia. La paz viene cuando se comprende y se acepta el misterio de la ausencia de Dios también en su presencia, en su silencio, en el sufrimiento y el misterio de la cruz como momento más elevado del amor de Dios y del testimonio de tu amor por él.

ORACION (3)

¡Cómo busco la paz, Señor, y cuántas veces la busco! Sin embargo, debo admitir que no siempre la busco donde se encuentra. A veces la busco como el mundo: busco un poco de paz para vivir en paz, para no incomodarme demasiado, para no dejarme turbar en exceso. También yo busco, en suma, la paz como la busca el mundo: lejos de la cruz, huyendo de quien me turba, evitando a los que me hacen perder la paciencia, esquivando las molestias y cerrando los ojos antes los sufrimientos de los otros. ¿Cómo voy a poder vivir en paz si no me defiendo un poco de los otros? ¿Y cómo voy a vivir en paz si no me concedo alguna satisfacción? ¿Cómo se puede vivir en paz estando siempre sometido a presión? Todas estas son tentaciones frecuentes, lo sabes, Señor. Tentaciones que desvían mi mirada de ti, fuente de mi paz; tentaciones que me hacen olvidar tus palabras constructoras de una paz sólida y tenaz.

¡Vence, Señor, estas tentaciones mías! Haz oír tu voz a mi corazón turbado y enséñame tus caminos, que conducen a tu paz, a mi paz. No permitas que me olvide de ti por un poco de bienestar o por buscar una tranquilidad que, con frecuencia, es huir de tu presencia en mí y en mis hermanos.


Respuesta  Mensaje 36 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:26

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador”

Jn 15, 1-8

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

A la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Esta expresión de Jesús, es una alegoría dentro de un fragmento evangélico de tendencia a ser parábola. Jesús se presenta como la verdadera vid. Es vid verdadera en cuanto se trasladan a él, en el orden espiritual, las propiedades de la vid. Al Padre se lo representa como el que trabaja esta viña: el viñador. Lo que aquí se quiere expresar es que Jesús, Dios-hombre, influye directamente, por la gracia, en los sarmientos. El Padre, en cambio, es el que tiene el gobierno y providencia exterior de la viña.

El tema central es la necesidad de estar unidos a Jesús -- Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes --. Pero hay dos modos de estar unidos a Jesús. Se habla de los fieles en general, tal como está redactado, aunque aquí apunta, originariamente a los apóstoles porque dice: La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.

Un modo es por la fe, bautismo, pero sin obras. -- Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía --. Al que así se comporta, el Padre lo cortará de la Vid-Jesús. El Padre, que ejerce el gobierno y providencia exterior, consumará la separación que, culpablemente, tenga ese sarmiento. Es efecto de la fe sin obras, que es fe muerta (Sant 2:17). La fe que no opera por la caridad (Gal 5:6). Así se anuncia el peligro trascendental en que están estos sarmientos. ¿Cuándo serán separados de Jesús? No se dice. En la muerte, por la pérdida de la fe.

Dice Jesús: Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Los sarmientos cortados y echados al fuego acaso se refiera especialmente al juicio final, como se ve en los sinópticos (Mt 13:40.42; 25.41). También se hace ver la libertad del hombre y la culpabilidad de su no cooperación a la gracia -- El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer --. La forma sapiencial en que es anunciado y el hablarse según la naturaleza de las cosas, no considera el caso en que el sarmiento desgajado pueda ser nuevamente injertado; lo que sería aquí el arrepentimiento y penitencia.

Pero hay otra forma de estar unido a Jesús: por la fe, el bautismo y la fructificación en obras. Al que así está, el Padre lo poda para que dé más todavía. Cuando en las vides los sarmientos son excesivos, hay que podarlos para que la demasiada proliferación no reste vigor a la savia. A su semejanza se hará con el fiel sarmiento esta poda: se le quitarán los obstáculos que le impiden a la savia de la gracia fructificar y expansionarse. Pero aquí esta comparación es parabólica, pues la savia de la gracia no se agota en Jesús ni la proliferación de los cristianos es obstáculo al vigor de la savia. Se enseña aquí la gran doctrina de las purificaciones, en general, será el negar se a sí mismo o todo lo que es apego egoísta e impedimento a la fructificación de la gracia. Esta enseñanza de Jesús es el mejor comentario al libro de Job: por qué sufre el justo.

La doctrina general — sapiencial — encuentra en al decir Ustedes ya están limpios una aplicación directa a los apóstoles. La obra de purificación a que aludió evoca la limpieza en que ellos estaban a la hora del lavatorio de los pies (Jn 13:10). Tienen fundamentalmente esa pureza a causa de la palabra que Yo les anuncié, la palabra que les he hablado, es decir, el Evangelio: toda la enseñanza que Jesús les hizo, ya que sus palabras son espíritu y vida.

Estando ya unidos a la Vid, sólo necesitan, pues, tener toda esa vitalidad, permanecer en ella, en Él. Es permanencia mutua: Él en ellos y ellos en Él.

El verbo que se usa, permanecer, es el término propio y técnico de san Juan. Lo usa 40 veces en su evangelio y 23 en su primera epístola. Y formula aquí con él la íntima, permanente y vital unión de los fieles con Jesús. Es la palabra que usa para expresar el efecto eucarístico de unión (Jn 6:56.57). La dicción puede tener sentido preceptivo o condicional: permanece o permanecer para. Fundamentalmente el sentido no cambia. Lo esencial es estar unidos a Jesús, así es como dice, porque separados de mí, nada pueden hacer, siendo esta es la sentencia fundamental de todo el pasaje.

Es uno de los textos que enseña la absoluta necesidad de la dependencia sobrenatural de Jesús. -- El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto -- El pensamiento progresa. No solamente sin la unión a Jesús no se puede nada — aspecto negativo —, sino que, permaneciendo en El — aspecto positivo —, se da mucho fruto. La acción de la savia-gracia tiende a expansionarse. Cuando el cristiano responde a las mociones de la misma, da fruto y el Padre le poda para que se expansione más la gracia, dé mucho fruto.

Dice Jesús: Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán, en esta promesa, Jesús nos da la clave para permanecer unidos a El, esta unión es con el recurso de la oración. La formulación que hace es universal: se nos dará cualquier cosa que pidamos, si le pedimos algo conforme a su voluntad, El nos oye. Pues es oración que se hace permaneciendo unidos a Jesús, y, movidos por su savia, nada se pediría que no convenga (cf. Jn 14:13).

Dice Jesús: La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, Es decir, en esto será glorificado mi Padre: en que ustedes den fruto. La misión de Jesús es glorificar al Padre. La glorificación, pues, del Padre está justamente en esto, que demos muchos frutos. Es la valoración a la santidad, sea general, sea, en concreto, a la del apostolado. Por eso dice: y así sean mis discípulos.

El fruto que Dios espera de nosotros, es la santidad de una vida fiel a los mandamientos, especialmente en el amor. Nosotros, principalmente por el bautismo, estamos injertados a Jesús, somos sus sarmientos, de El Tomamos la savia, que es la vida divina, la gracia santificante. Pero tal como crece el sarmiento, ese crecimiento lo debemos hacer en Jesús, por medio de la santidad. Crecer en Jesús, es permanecer en El, es tener vida intima con El, cobrando conciencia de que El Vive en nosotros y nosotros en El. Permanecer y estar unidos a Jesús, es pensar y amar con El, hacer una vida agradable a Dios. El discípulo de Jesús, cuando es verdadero, Glorifica al Padre.

Cristo Jesús, viva en sus corazones

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

  Fuentes: Algunos comentários y referencias están tomados de la Bíblia de Nácar-Colunga


Respuesta  Mensaje 37 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:26

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

¡SUPREMA BELLEZA LA DE LA FE! ¡GRANDIOSO PANORAMA EL DE UNA VIDA DIVINIZADA!

Debo caer en la cuenta de que el cristianismo no es sólo un mensaje, sino una vida. No afecta sólo a la mente, sino que nos hace dar un salto cualitativo en el orden del ser. No es sólo algo iluminador, sino transformador. Es la vida divina derramada en mí por Cristo, que vivifica mi existencia gracias a mi comunión con él. ¿Quién puede darme la vida divina, la participación en la vida inmortal, una vida más allá de toda imaginación, sino Dios mismo? No puedo subir al cielo, sólo puedo recibir lo que del cielo me viene dado. Y lo recibo estando en comunión con Cristo, la vid, y con los hermanos, los otros sarmientos. El Padre da la vida al Hijo y el Hijo la transmite a los que están unidos a él: ésa es la realidad que lo transforma todo.

¿Pienso alguna vez en la unicidad de la “vida divina”? Esta expresión puede parecernos a veces vaga, dado que no es verificable con instrumentos humanos, pero es decisiva, porque es la razón de mi “ser hijo” de Dios, de mi vida definitiva con él, una vida que será vida de «familia» con la inaccesible y gloriosa Trinidad, puesto que ahora soy “consanguíneo” suyo. El punto de soldadura insustituible entre lo divino y lo humano sigue siendo Jesús y la comunión con él. Jesús es insustituible para mi vida de hijo de Dios; él me convierte en un sarmiento sano con su palabra, él me hace llegar la linfa vital de la inmortalidad, una linfa que viene de la eternidad y sumerge en la eternidad.

¡Suprema belleza la de la fe! ¡Grandioso panorama el de una vida divinizada!

ORACION (3)

 

Oh Jesús, ¡cuán grande y decisivo eres! Contigo estoy vivo, sin ti estoy muerto. Contigo me arrolla el río inmortal de la vida divina y me lleva hacia el océano divino, ilimitado y sin ocaso. Contigo lo soy todo, sin ti no soy nada.

Te doy gracias, Señor, lleno de admiración, por haber venido a unirme con la eternidad; más aún, con el Padre, fuente de la vida perenne. Atame a ti, para que no sea yo un sarmiento cortado, un sarmiento sin fruto. Mantén viva en mí la conciencia de la necesidad de mi comunión contigo. Por eso te presento toda la necesidad que tengo de la Palabra que me une a ti, de la eucaristía que me alimenta de ti, del mandamiento nuevo que me une con mis hermanos y produce el fruto precioso de la fraternidad, del testimonio de tu nombre, que llena de racimos maduros mi sarmiento.

Pódame, Señor, con tu Palabra y sostén mi compromiso de dar frutos duraderos en los campos de la fraternidad, de la veneración y del amor a tu santo nombre, nombre de vid, nombre de vida, nombre de frutos que maduran para la eternidad.


Respuesta  Mensaje 38 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:27

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”

Jn 15, 12-17

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

La situación histórica de esta sección queda sugerida por el lugar paralelo del amor al prójimo, evangelio según Jn 13:34.35, donde Cristo nos dice: “Les doy un mandamiento nuevo, ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros”.

El amor mutuo que han de tenerse no es filantropía, ha de estar calcado en el ejemplo de Él: que se amen como El los ha amado. Precisamente por este modo es por lo que antes llamo también a este precepto “un mandamiento nuevo”.

Como ejemplo que clarifique este amor suyo, pone lo que es prueba humana, esto es dar la vida por los amigos. No es que Cristo restrinja la universalidad de su muerte, sino que utiliza la comparación usual humana.

Al hablar de amigos, le lleva a llamar a sus apóstoles amigos. Ya que los servidores ignoran lo que hace su señor. El Antiguo Testamento tenía más aspecto de servidumbre. Sin embargo los amigos conocen sus intimidades. Y El les revelo el gran secreto y mensaje del Padre, es decir el Evangelio, las intimidades de Dios. Pero la verdadera amistad exige obras. Así como nos dice: Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.

Como amigos de Cristo son predilectos. Y esto evoca la elección que hizo de ellos para el apostolado, como lo indica el término lingüístico según san Juan (Jn 13:18), donde les dice: “no hablo de todos ustedes, yo se a quién he escogido”.

Directamente se refiere no a la predestinación, sino a la elección, vocación, al apostolado, que les hizo al llamarlos a cada uno en su día, san Juan 6, 70: ¿No les elegí yo a los doce?, y de este modo no piensen que este privilegio fue algo que salio de ellos.

La finalidad de esta elección es para que vayáis. El sentido es: a seguir su camino, Mt 9:6; 19:21; es la misión de apóstoles; y no se pone término geográfico a su misión, “Id pues y hagan discípulos a todas las gentes”, (Mt 28-19): es decir que den mucho fruto de apostolado. Es la vocación a la santidad antes dicha. Y es a lo que lleva la sección siguiente, en que habla de las persecuciones que tendrán por causa de él.

Para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero, es decir, el fruto de su apostolado que sea de una eficacia permanente allá donde ellos arrojen la simiente.

Y otra vez se pone la oración como medio eficaz de apostolado. “Así todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él se lo concederá”. El apóstol tiene en la oración un recurso de éxito, pero tiene la obligación de usarla como medio normal del fruto de su apostolado. La forma rotunda con que está expresada la concesión de todo lo que pidan tiene una explicación semejante a lo anteriormente expuesto.

La sección termina con una exposición impactante: Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros. Pero solo hay un precepto: el amor.

Toda la voluntad de Cristo se resume en esta palabra, amor, amar, de este modo y solo así se cumple la voluntad de Dios y la misma voluntad del Hijo, que no es otra que la voluntad del Padre.

Amar es entregarse, es darse, es saber que podemos hacer nosotros por nuestro amado Jesucristo que vive en nuestro prójimo, y entregarnos a nuestro prójimo como Cristo se entrego por todos nosotros. Así como nos pide Jesús, ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado.

Nos dice Jesús: No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes. Tenemos que comprender, que no le hacemos un favor a Jesús acatando su llamada, El nos esta haciendo a nosotros una ayuda, por tanto debemos estar agradecido del Señor, El nos llama a la santidad en nuestras vidas, entonces no es suficiente alborozarse por este llamado, es necesario comprender cual es la razón y el fin de esta elección, así como nos lo dice Jesús: Y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero

El Señor les Bendiga y les regale su amor.

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 


Respuesta  Mensaje 39 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:28

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS, COMO YO LOS HE AMADO.

«Mi mandamiento», el que resume todos los otros, el que distingue a un discípulo de Jesús de todos los demás, el que Juan llamará también «mandamiento nuevo», el típico e inconfundible de Jesús, es sencillo y exigente: « Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.». Seguir a Jesús consiste en amar al hermano hasta dar la vida por él, precisamente como hizo Jesús, el Hijo que bajó para dar la vida por mí.

Dar la vida no significa sólo «morir» por los hermanos. Puede ser incluso hermoso y deseado, en ciertos momentos en que sentimos en nosotros un particular impulso de generosidad. Dar la vida significa gastar nuestra propia vida para que sean felices los que viven junto a mí. Significa que cada mañana debo preguntarme cómo puedo hacer para no ser una carga para los que viven conmigo. Significa soportar sus silencios y sus «malas caras», aceptar los límites de su carácter, no extrañarse de sus contradicciones ni de sus pecados. Significa aceptar a mi prójimo tal como es, y no tal como debería ser.

 

ORACION (3)

 

Hoy me siento obligado, Señor, a preguntarme hasta qué punto me tomo en serio «tu» mandamiento, ese que me distingue como discípulo tuyo, ese que te tomas tan a pecho. Si me examino bien, debo confesar que no es, de hecho, el primer mandamiento, el que me tomo más a pecho. Y es que he puesto por delante muchos otros valores que el entorno considera más importantes o que me gratifican más y con mayor facilidad.

Ilumíname, Señor, para que, en mi vida, esté por encima de todo la preocupación por construir la fraternidad, por aceptar con benevolencia a mis hermanos y hermanas, por olvidar sus errores, por recordar constantemente tu mandamiento. Concédeme la íntima convicción de que es la práctica de este mandamiento lo que hace nuevo el mundo, de que mi verdadera contribución como creyente la brinda mi actitud fraterna. Ayúdame a poner en lo más alto de mi escala de valores este mandamiento, que es el más antiguo y el más nuevo, que cada día deberé aplicar a nuevas situaciones, para renovarme a mí mismo, mi existencia y mi ambiente vital.


Respuesta  Mensaje 40 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:29

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

" Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre"

Jn 15, 26 - 16, 1-4

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

1.           “CUANDO VENGA EL PARÁCLITO”

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Paráclito”, se esta a refiriendo a quien conocemos como el Consolador. Dice Jesús que este el Espíritu de la verdad que yo les enviaré y que procede del Padre. No es aquí una simple fuerza o acción divina, es así como de la confrontación de textos en san Juan, se ve que lo está presentando como una persona divina; “Yo rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes” (Jn 14:17). Además, Jesús dice que él lo enviará; “la verdad que yo les enviaré”. Pero esto, por el método de alusión o insinuación, tiene un valor especial, porque en el Antiguo Testamento sólo Yahvé podía enviar este Espíritu, entonces Jesús se está poniendo, al enviarlo, en la misma esfera divina.

Al Paráclito, por la función que va a desempeñar de testimoniar a Jesús, se lo llama, como en el capítulo anterior, el Espíritu de la verdad

2.           “ÉL DARÁ TESTIMONIO DE MÍ”

Dice Jesús: “él dará testimonio de mí”, es decir va a testificar el mensaje que Jesús traía del Padre. El Evangelio, esta centrado en la temática de san Juan, en que Jesús es el verdadero Hijo de Dios. Y lo va a testimoniar con las maravillas que realizará a favor de Jesús y su obra. Fundamentalmente en Pentecostés, con el cumplimiento de la promesa que hizo Jesús de enviarlo desde el cielo (Jn16:7ss), acusando así al mundo del gran pecado contra Jesús (Jn 16:9ss),  (ss = siguientes). También los carismas en la primitiva Iglesia (Hecht 10:44ss; 19:5-6; 1 Cor c.12; Gal 3:5), y, en general, los milagros de todo tipo, que, hechos por el Espíritu Santo, testifican la verdad del mensaje de Jesús.

3.           “LES HE DICHO TODO ESTO PARA QUE NO SE ESCANDALICEN”

Jesús además les anuncia la persecución por causa suya; “Les he dicho todo esto para que no se escandalicen”, es decir para que no pierdan la fe en la prueba. “Porque los expulsarán de la sinagoga”; más aún, llegará un momento en el que les quiten la vida pensando que así dan culto a Dios. El horizonte de estas persecuciones es judío: los expulsarán de la sinagoga, no en sentido local, sino de la congregación de Israel. Y como la hora de Dios para la expansión mesiánica llega, llegará también la persecución al máximum: la muerte.

4.           Y LOS TRATARÁN ASÍ PORQUE NO HAN CONOCIDO NI AL PADRE NI A MÍ”.

Directamente las palabras son dirigidas a los apóstoles para la hora de su ausencia, sin embargo el contenido doctrinal tiene mayor amplitud. Sucede que la excomunión de la comunidad judía era practicada desde la vuelta de la cautividad (Esd 10:8), esta tenía diversos grados; el último llevaba agregado la prohibición de todo para el excomulgado. Esta son las persecuciones que por falso celo hizo Saulo de Tarso, es el motivo por el que se mata a San Esteban  (Hech 6:8ss) y sobre el 44 a Santiago el Mayor (Hech 12:1ss).Y con este falso celo creerán prestar un servicio a Dios. El término usado significa ofrecer un acto de culto litúrgico. En la literatura rabínica se lee: “Al que derrama la sangre de los impíos se le ha de considerar como si hubiese ofrecido un sacrificio”. Tal es la paradoja del fanatismo de Israel contra los seguidores del Hijo de Dios.

El motivo de hacer esto es la ceguera culpable, tantas veces expuesta o aludida en san Juan, por no haber conocido ni al Hijo ni al Padre, que le envió. Así es como lo dice Jesús: “Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí”.

5.           “LES DIGO ESTO DE ANTEMANO”

Para que no pierdan la fe en la prueba. La advertencia –profética- que les hace, tiene para ellos un sentido apologético: que no se escandalicen a la hora de su cumplimiento. -Les digo esto de antemano, para que, cuando llegue la hora, recuerden que ya estaba anunciado- Cuando los poderes de la tierra los persigan, que sepan que Jesús se lo anunció; no es fracaso en su doctrina, es la permisión del plan del Padre. Así les anuncia la persecución y el triunfo, o mejor, el triunfo por la persecución.

6.           NO LES DIJE ESTAS COSAS DESDE EL PRINCIPIO, PORQUE YO ESTABA CON USTEDES.

Antes, desde el principio, no les anunció esto porque estaba Él con ellos, y este vaticinio es sobre la suerte de ellos en la hora de su ausencia. Si aparecen vaticinios de persecuciones en el Sermón de la Montaña (Mt 5:11; Lc 6:22) , en la instrucción a los Doce (Mt 10:16-19) y a los discípulos (Lc 12:4) y en el Apocalipsis sinóptico (Mt 24:9 par).- , no son obstáculo a esta afirmación de ahora; porque varios de estos anuncios están agrupados artificiosamente y otros no están lejanos, en su anuncio, de los días de la pasión. De ahí que el término desde el principio no tenga una interpretación estricta desde su vocación al apostolado; ni el momento de decirse esto en este discurso excluye el que no se les hubiese dicho, más o menos claramente, en otras ocasiones. Pero su presencia no exigía decírselo o recordárselo con el apremio apologético de su inminente partida.

7.           SER APÓSTOL DE JESÚS, ES UNA OBRA ESPECIAL

Después de este análisis, vemos que ser apóstol de Jesús, es una obra especial, que solo puede realizar el Espíritu Santo, en efecto es el que va a descubrir al discípulo de Jesús el sentido de sus palabras y del mismo modo todo su mensaje evangélico. Es el Espíritu Santo, el que también descubre en nosotros la nobleza de nuestros ideales, la dimensión de nuestro apostolado y lo que nosotros nos proponemos como apóstol del Señor.

El verdadero apóstol del Señor, es absolutamente incondicional, y busca conocerlo con profundidad, es decir se empapa de Jesús, lo ama y hace de el sus vida, y a toda hora y por siempre la ocupa en extender su Reino. Nuestro ideal es vivir el gozo pascual y con especial interés en las dificultades.

Dejemos que el Espíritu Santo, se encargue de moldear nuestra realidad interior, que nos haga unos buenos y verdaderos hijos de Dios, amándolo intensamente. Dejemos que el Espíritu Santo, nos entregue la ayuda del los dones de la sabiduría, la inteligencia, el consejo, la fortaleza, la ciencia, la piedad y el temor de Dios. Dejemos también que moldee nuestra actividad externa, siendo dóciles a sus inspiraciones, para que nuestra tarea de apóstol y evangelizadora, que de alguna forma todos tenemos que hacer, se bien acompañada.

El Señor les Bendiga

   Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds 


Respuesta  Mensaje 41 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:30

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

EL CRISTIANO HA DE SER TESTIGO EN EL SENTIDO MÁS PLENO

La vida del cristiano es, a la vez, tiempo de tentación y tiempo de testimonio, tiempo de lucha y tiempo de colaboración en la obra del Espíritu destinada a dar testimonio del Resucitado. Así como el Resucitado fue al Padre en medio de la incomprensión humana, así también los discípulos serán incomprendidos, expulsados de los lugares importantes e incluso les quitarán la vida. Se perfila aquí una visión «heroica» de la vida cristiana, una visión en la que el cristiano ha de ser testigo en el sentido más pleno, es decir, en el de mártir. La realidad de Cristo resulta tan decisiva para la humanidad y, al mismo tiempo, tan heterogénea con el modo común de pensar, que quien se pone de parte de Cristo será, inevitablemente, marginado e incluso suprimido. Eso es lo que ha sucedido en el siglo XX con el elevadísimo número de mártires. Es lo que está sucediendo y, presumiblemente, sucederá en el próximo siglo con la marginación práctica de quienes, en medio del sincretismo general o del fundamentalismo que resurge, se ponen de parte de Cristo, armado con el solo poder del Consolador.

También hoy los discípulos, elegidos para ser custodios y testigos de la realidad divina de Cristo, están advertidos de la incomprensión y de la hostilidad con que serán perseguidos por el mundo. Y lo hará unas veces en nombre del progreso, otras de la emancipación y de la modernización, de la liberación de los tabúes, de las batallas de la civilización, de los Derechos Humanos y de todas las motivaciones que en estos años se han esgrimido, en no raras ocasiones también para hacer olvidar el pasado cristiano e imponer nuevos modelos de vida.

ORACION (3)

 

Se anuncian, Señor, tiempos duros. El rechazo de tu memoria se está afirmando en algunas partes de nuestro mundo occidental como si tu nombre hubiera sido la cobertura, si no la causa, de un momento oscuro de la historia de la humanidad. Haz, Señor, que no nos escandalicemos, sino que sepamos resistir, todos unidos, con la fuerza y el consuelo de tu Espíritu. Haz, sobre todo, que no tengamos que juzgar a quienes nos marginan, porque, en ocasiones, consideran «que dan culto a Dios» o, al menos, a la causa de la humanidad, a menudo de buena fe. Haznos conscientes de que también nosotros, los cristianos, hemos sido a veces, a lo largo de la historia, intolerantes y hemos perseguido a otros hermanos, creyendo dar culto a Dios.

Ayúdanos a ser humildes, a no caer en el victimismo, a dar testimonio de ti con firmeza y orgullo, aunque sin pretender ni aplausos, ni medallas, ni salvoconductos, ni reconocimientos, ni deseo de revancha. Haz que aprendamos a tener confianza sólo en la fuerza de tu Espíritu, para dar testimonio de ti también en el milenio que no ha hecho más que empezar.


Respuesta  Mensaje 42 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:31

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador

Lc 1, 39-56

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Poco después de los días de la encarnación, como ya sabemos por el sexto mes de Isabel, se puso en camino sin demora a la casa de su prima. No eran motivos de curiosidad lo que lleva a María a visitar a su pariente, lo hace por amor y por atender a su familiar, que es más anciana. Pero, sobre todo, era por el entusiasmo de felicitarla y la alegría de verla.

El evangelista, nos relata que Isabel vivía en la región montañosa de Judá, no cita el pueblo, pero por la tradición, sabemos que es cercano a Jerusalén, en el actual Kain Karim, a siete kilómetros al oeste, auque esto no es muy seguro. En todo caso, para llegar hasta allí desde Galilea, se empleaban de tres a cuatro días.

El fragmento del Evangelio, nos muestra que a la llegada de María a casa de Isabel, la saludó primero. Podemos imaginar que por el parentesco debían saludarse muy cordialmente, esto es con muestras de afecto y de mutuo cariño. Por el modo como hace el relato san Lucas, nos hacemos la idea de cómo es María, por eso podemos decir que con un gesto de delicadeza, ella se daría por enterada del hecho de su gozosa maternidad. Es en este bello ambiente, con una agradable y dulce exquisitez espiritual, como se suceden las escenas de la visitación.

Al oír Isabel el saludo de María, Apenas esta oyó el saludo de María, suceden dos bellísimos hechos, el niño, (Bautista), saltó en su seno de gozo, y ella fue llena del Espíritu Santo, y bendice a María y al Niño que guardaba en su seno.

Isabel, iluminada por el Espíritu Santo, se convierte en profetisa al descubrir el misterio de María y conocer que en su seno estaba el que era esperado a través de toda la historia del pueblo de Israel; El esperado por los Patriarcas y vaticinado por los Profetas.

Lucas, nos hace comprender que la bendición a María la hace con emoción y con una fuerte voz y la proclama bendita entre las mujeres, en otras palabras, quiere decir que es la más bendita de todas. Isabel, por revelación del Espíritu Santo, sabe que se halla ante la madre de mi Señor. Es la proclamación de hallarse ante el Mesías.

El Bautista saltó de gozo en el seno de Isabel Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre, como indicando el privilegio de hallarse el Precursor ante el Mesías. Algunos teólogos han pensado que en este momento fue la santificación del Bautista, y se plantearon problemas sutiles y gratuitos relativos a su libertad y conocimiento por razón del gozo.

Isabel esta inspirada por el Espíritu Santo, ella ve en María el instrumento providencial de la salvación que vendrá a través del Fruto de su vientre, el Salvador y Redentor de Israel, al que no se puede aclamar menos que bendito.

Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor. Nuevamente beatifica Isabel a María. En efecto, Isabel, elogia a María, que creyó, por lo que se realizarán en ella los misterios anunciados de parte de Dios. Con ello se exalta la fe de María.

Porque María creyó, ésta fue su grandeza, este es el fundamento de toda su alegría y felicidad, su fe, es decir María, es la Maestra de la fe. María, sin poder explicarse el modo como se iba a realizar el Plan de Dios, lo acepta cuando se le anuncia. María con su fe, hizo que la obra de Dios fuera una realidad.

María es La que ha creído y el acto de fe en el ángel, la constituye en María, Madre de todos los creyentes en Jesús, nuestro Salvador. Esto no fue oculto a Isabel, por eso llama a María, Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? En otras palabras, reconoce a María como la Madre Dios.

Bella enseñanza la de María, ella es feliz, es dichosa, porque ha creído, porque ha aceptado la Palabra de Dios que llegó a su corazón.

Ojala, la palabra de Dios, lleguen en estas fechas tan entrañables, a los corazones de todos los hombres y sea aceptada con amor, y así poder recibir las bendiciones del Señor.

Luego dijo María dijo: Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora………………..

El fragmento del evangelio, nos presenta el cántico de María, El Magníficat, responde a una explosión de júbilo en Dios, incubada desde que se había realizado en ella el misterio de la encarnación. El himno de María no es ni una respuesta a Isabel ni propiamente una plegaria a Dios; es una elevación y un éxtasis y una profecía.

María dijo entonces; Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, este canto es la una expresión elevadísima del alma de María, donde las lágrimas de alegría, gozo y esperanzas, se encierran en el Corazón de la Virgen María.

Podemos observar, en este cántico, la alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella, el reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo y como con esta obra se cumplen las promesas hechas.

Porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. La humildad de la Virgen María, es la causa de su grandeza, como ella, se humilla hasta en lo más ínfimo y Dios la eleva a lo más alto de la dignidad.

La alabanza que hace María a Dios por la elección que hizo en ella, engrandeciendo a Dios, ella esta profundamente agradecida, así es como le bendice y le celebra.

Este gozo de María es en Dios mi Salvador. Nunca como aquí cobra esta expresión el sentido mesiánico más profundo. Ese Dios Salvador es el Dios que ella lleva en su vientre, y que se llamará Jesús, Yehoshúa, es decir, Yahvé salva. Y ella se goza y alaba a Dios, su Salvador.

María atribuye esta obra a la pura bondad de Dios, que miró la humanidad de su esclava. Fue pura elección de Dios, que se fijó en una mujer de condición social desapercibida, aunque de la casa de David. Pero por esa mirada de elección de Dios, desde ahora es decir, en adelante, la van a llamar bienaventurada todas las generaciones.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, por esa dignidad tan grande a la cual María fue elevada. Como vemos hoy, todas las generaciones cristianas de todos los siglos, han cantado las glorias de esta Virgen humilde y amorosa, que fue hecha la Madre de Dios.

Es la eterna bendición a la Madre del Mesías. Profecía cumplida ya por veinte siglos. Y todo es debido a eso: a que hizo en ella maravillas, cosas grandes — la maternidad mesiánica y divina en ella —, el único que puede hacerlas, Dios.

Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Esta obra sólo podía ser obra de la omnipotencia de Dios. Y cuyo nombre es Santo. Es, pues, obra de la santidad de Dios. ¡Su Nombre es santo!, Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. El pensamiento progresa, haciendo ver que todo este poder es ejercido por efecto de su misericordia. Esta es una de las constantes de Dios en el Antiguo Testamento. Ya al descubrir su nombre a Moisés se revela como el Misericordioso (Ex 34:6).

Y ninguna obra era de mayor misericordia que la obra de la redención. Pero se añade que esta obra de misericordia de Dios, que se extiende de generación en generación, es precisamente sobre los que le temen. Era el temor reverencial a Dios. Así, en el A.T., cuando el pueblo pecaba, Dios lo castigaba; pero, vuelto a él, Dios lo perdonaba.

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón., Con esta metáfora, se expresa el poder de Dios, que aplasta a los soberbios y exalta a los humildes.

Derribó a los poderosos de sus tronos, y elevó a los humildes., como enseñándonos a todos, que si queremos ser grande a los ojos de Dios y ser amados por El, debemos ser humildes ante los hombres, reconociendo nuestra pequeñez y miseria. Esta imagen celebra cómo Dios quita a los poderosos de sus tronos y ensalza a los que no son socialmente poderosos.

María: a una virgen, la hace madre milagrosamente; y a una esclava, madre del Mesías.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Así María, se coloca en la línea de todos los que son pequeños y humildes, los hambrientos de Israel, los que están vacíos de si mismos, pero llenos de Dios.

Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.

A María la elige para enriquecerla mesiánicamente. Es lo mismo que canta luego: los bienes prometidos a Abraham, que eran las promesas mesiánicas. Al fin, todo el Antiguo Testamento giraba en torno a estas promesas. Con esta Obra cumple Dios las Promesas, hechas a los Padres.

Con este hermoso himno, María, alaba a Dios por la elección que hizo en ella, reconoce la Providencia de Dios en el gobierno del mundo y nos recuerda como Dios cumplió las promesas hechas a los Patriarcas.

Nada será mas agradable a Dios, que lo alabemos como lo hizo María, con las hermosas palabra que el Espíritu divino la inspiró.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds 


Respuesta  Mensaje 43 de 43 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 22/06/2011 14:31

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

LA FE DE MARÍA SE MANIFIESTA TAMBIÉN EN EL HECHO DE IR A VISITAR A ISABEL

La bienaventuranza de la fe: el elogio dirigido por Isabel a María nos lleva a reflexionar, en este tiempo de espera, sobre nuestra fe. La fe de María se caracteriza como una adhesión a la promesa de Dios. María está totalmente segura de que Dios quiere y sabe ser fiel a la palabra dada. El misterio de Dios se oculta en aquel niño que, como todos los niños, se va formando en el seno de su madre. Creyendo, ha comenzado a constatar cómo Dios es fiel en realizar su promesa. También esto es cierto para nosotros: si no creemos, no experimentaremos nunca cómo el don de Dios, misteriosamente, puede ir formándose en nosotros.

La fe de María se manifiesta también en el hecho de ir a visitar a Isabel: un viaje inspirado por la premura de su prima que necesita ayuda -como suele decirse comúnmente y con razón-, pero también un viaje para ir a contemplar lo que Dios está haciendo en los otros.

También nuestra fe tiene mucho que aprender de esta actitud, ya que debemos tratar de darnos cuenta de lo que Dios hace en la historia de los demás. María e Isabel tienen esto en común, de lo que nos podemos aprovechar nosotros hoy: saben dialogar sobre lo que Dios hace en ellas. Ninguna de las dos habla de sí, sino de la otra, o de lo que Dios ha hecho, hasta el culmen del Magníficat.

La fe de María nos exhorta a insertarnos en el clima propio de los «pobres del Señor», es decir, de las personas humildes y sencillas que confían en Dios sabiendo reconocer su obra. Se nos invita a vivir en una actitud general de disponibilidad al plan de Dios que nos invita a volver a las palabras del salmo (39,8) que el autor de la carta a los Hebreos pone en boca de Cristo: «Aquí estoy para hacer tu voluntad» (Heb 10,7).

ORACION (3)

 

Has salido a mi encuentro, Señor Jesús, y me has concedido la gracia de conocerte. Llevado por la Iglesia, como por María tu madre, me has visitado y me has dado la fe. Gracias, Señor. Concédeme que, como el Bautista, pueda alegrarme, porque sigues viniendo a mí, porque continúa la gracia de tu visitación e incesantemente se renueva la sorpresa del encuentro.

Renueva en mí el don de tu Espíritu, para que, como Isabel, esté dispuesto a acoger al que habla de ti y, sobre todo, ser constante en buscarte donde te dejas encontrar, en la Iglesia. Visitada por ti, Señor, también mi pequeña historia se convierte en una historia donde el Padre sigue hablando.

Como María, que te llevó en el seno y te engendró, te pido que te formes en mí; engendrado como hijo de Dios a tu imagen, hazme de veras cada vez más ese hombre nuevo que eres tú.

«Mi alma glorifica al Señor»: mientras vamos preparándonos a celebrar tu nacimiento, concédenos reconocernos todos en las palabras de María, contar lo que el Padre sigue haciendo hoy con los humildes que le temen.



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