Misterioso personaje, salido de la nada, buscando refugio entre las ramas de aquel frondoso árbol.
El pelo enmarañado, sucio… desencajado el rostro… perdida la mirada.
Desde el rincón de mi ventana te observo convencida de que no estás en realidad, que sos solo producto de mi imaginación, tanto inventar historias, personajes, ahora te presentas así de pronto, como escapado de alguno de mis relatos.
Creo me descubriste, estas bajando del árbol, te acercas a la ventana.
No hay duda, me viste, extiendes tu mano y me invitas a bailar el vals que suena en mi cabeza.
Acepto convencida que eres real, traspaso la ventana tomada de tu mano y bailando nos alejamos hacia tu mundo de banderitas celestes, y muñequitas rotas.
Embelezada te miro, tienes unos hermosos ojos claros, no estás sucio, tu pelo vuela al compás de la música, me entrego a tu mundo… Estoy feliz.
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