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BERNARDO STAMATEAS: AMISTADES SANAS
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 16/11/2009 02:49

Amistades Sanas

Friday, March 30th, 2007

Por Bernardo Stamateas

Cómo encontrarlas y cuidarlas

Jeremías 1:4-10; 17-19

Las máscaras son actitudes que usamos para escondernos de los demás, para que no vean que nos avergüenza, un defecto o un error.
Todos en algún momento hemos usado máscaras.

La autoestima
se forma por tres mecanismos básicos:

Valoración reflejada.
Es verse cómo lo ven los demás y moverse como los otros dicen (ya sea un grupo de personas o uno en particular).
Comparación social.
Nos comparamos con los demás en todo (salud, edad, dinero) para sacar una conclusión de cómo somos.
Dicen los investigadores que “si nos comparamos con el que está mejor, sentimos que estamos igual a él; pero al compararnos con el que está peor o igual, lo vemos inferior.”
Consenso falso.
Vemos que nuestros defectos los tienen todos y por eso no son tan importantes.
Minimizamos nuestros errores y defectos para convencer a los demás de algo que no existe o para tapar lo que no queremos que vean.

Satanás es un artista de las máscaras, y la Biblia dice que se disfraza como ángel de luz.

Hipócrates fue el fundador del teatro griego y lo representaba con una máscara de risa y otra de tristeza.
Así se llamaban los actores “hipócritas” porque usaban máscaras para convencer de algo que no eran.

Con el correr del tiempo la palabra “hipócrita” cayó en desuso y comenzó a usarse negativamente.
Hoy decimos que hipócrita es la persona que oculta quien es en realidad.
Por ejemplo:
-La máscara del adinerado: es la que usa la gente que en algún momento de su vida tuvo dinero, lo perdió y quiere seguir manteniendo la misma vida. Tal vez tiene un departamento que no puede sostener o pagando la cuota de un colegio que no entra en su presupuesto, pero necesita mantener la imagen de lo que fue.
-La máscara de víctima: la usan los que dicen “me hacen”: “los demás me hacen enojar”; “me rechazan”, “me lastiman”,”soy la pobre víctima que manejan como quieren”.
-La máscara de “todo está bien”. Preguntás: ¿Cómo estás? Y responden: “Bien, todo perfecto”, y su matrimonio se está cayendo a pedazos; sus finanzas destruyendo; su vida espiritual hundiendo, pero -para ellos- está “todo bien”. De esa manera nunca buscan ayuda ni piden nada.
-La máscara de la “estúpida”, la “tarada”, “la dormida”: la usan muchas mujeres.

Las máscaras dan risa.
Cuando te disfrazás de lo que no sos, provocás risa.

Se hacen costumbre.
La gente se acostumbra a la máscara y en un momento dejan de dar risa, pero al querer sacarla ya no puede porque quedó pegada y lo que empezó siendo divertido termina triste.

Genera usar otras máscaras para tapar las anteriores.
Cuantas más máscaras usas, más necesitas.

Las máscaras se usan por miedo.
Fueron inventadas por Adán y Eva cuando desobedecieron a Dios (cuando Dios los fue a buscar se escondieron, se pusieron un delantal porque se vieron desnudos, se cubrieron adelante porque no se veían atrás)

Cada vez que miras tu defecto, tu desnudez, o la desnudez de otro, necesitas una máscara.

Una verdadera amistad se fundamenta en ser quien sos. El que no tiene máscaras se conecta con los mejores.

La gente íntegra, sin máscaras, que no se avergüenza de ser quien es, es requerida por todo el mundo.

La sociedad nos avergüenza constantemente mostrando nuestros errores y defectos, y nos pone máscaras, pero las sacaremos todas para ser libres en el Nombre del Señor.

Para ser libre de las máscaras y ser yo mismo:

1- Reaccionaré a la voz correcta.

A lo largo del día oímos muchas voces, pero debemos saber a que voz reaccionar. Si nos sentimos mal es porque reaccionamos a la voz incorrecta.

Solamente debemos reaccionar a dos voces:
a la voz de Dios y a la voz del mentor.

A la Voz de Dios:

Jeremías dijo: “Yo soy un niño”.
Tenía la máscara del “no puedo, soy un niño”. Y en primer lugar Dios le respondió:
Jeremías sacate esa máscara porque antes que te formase Yo te conocí.”
Te formó la cultura, la gente, pero yo no te hablo de lo que los demás formaron en vos sino te digo que es mentira, porque
antes que te dieran forma Yo te conocí, te bendije, te escogí, te llamé, te levanté como profeta a las naciones y mi presencia estuvo contigo”.

Nadie debe determinar quién sos,
sólo Dios porque es el único que te conoce.

Dios nunca aceptó que un hombre hablara despectivamente de sí mismo.

Cuando Dios trata con tu vida te saca todas las máscaras que “te pusieron” y te dirá quién sos en realidad:
un profeta que te llevará a las naciones,
una columna de hierro, una puerta de bronce y nadie te podrá hacer frente porque todos los que peleen contra ti perderán.

Reaccioná a la voz de Dios diciendo: “Lo creo Señor”.

A la Voz de tu Mentor:

Mentor es el que está delante de ti y reconfirmará la Voz de Dios.

Cuando no reacciones a Su voz, Dios enviará a alguien que está delante de ti en la carrera para recordarte quién sos:
- que todo lo podés en Cristo,
- que no hay obstáculos que te limiten,
- que no hay enfermedad que pueda contra vos, porque antes que la enfermedad se forme en tu cuerpo Dios ya te conoció; antes que te metieran miedo o ansiedad, te dio como profeta a las naciones.

El mentor es el que ya alcanzó tu sueño.

Debes tener un mentor familiar (alguien que tiene una familia mejor, que es mejor papá),
mentores en la economía, espirituales y en todas las áreas, y Dios lo usará para expandir tu mente.

La Biblia dice: “Yo deseo que prosperes en todo como prospera tu alma y tu mente”.
3ª Juan 2.

Dios ligó tu prosperidad al crecimiento de tu mente.

Yo deseo que prosperes en todo como prospera tu mente”, es que si tu mente prospera, tu vida crece.
Dios y el mentor se meterán en tu mente para desafiar las creencias que te limitan -para volarlas, quebrarlas- y que sea llena de fe;
para que se extienda y crea lo que Dios dijo.


2- Mezclaré mi debilidad con lo opuesto.

Hace años estudio a la gente de éxito, me apasiona ver cómo gente –cristiana y no cristiana- logra las cosas.
Yo pensaba que exitoso era alguien que tenía miedo y cuando se los sacaba lograba el éxito; o que era ansioso y cuando Dios llevaba toda su ansiedad, lo lograba. Pero descubrí que:

“No tenemos que sacar la debilidad, ni mejorarla, sino mezclarle lo opuesto”.

Por ejemplo:
-Si tenemos miedos, debemos mezclarle tenacidad.
Pablo dijo: “Diga el débil, fuerte soy”.
-Los que viven analizando todas las cosas, deben mezclarle riesgo.
-Al fracaso, mezclarle éxito.
-Al aprendiz, mezclarle visión.
Lo opuesto.
Juntarse con gente que tiene lo que nos falta para recibirlo por ósmosis.

No ocultes tu debilidad, mezcla lo opuesto y tendrás el éxito esperado.

3- Tengo algo más grande que yo mismo, mi sueño.

Jeremías dijo: “soy un nene” y Dios le respondió: “no Jeremías, sos un hombre y te llevaré a las naciones”.
Irás donde nunca fuiste.
Tu trabajo y vocación no serán todo lo que Dios te llamó hacer sino el sueño será más grande que tu trabajo.

-Nehemías era mozo pero hizo una ciudad;
-Pedro era pescador y trajo un avivamiento;
-Moisés fue un pastor y se hizo libertador;
-Pablo hacía tiendas y escribió trece libros del Nuevo Testamento;
-Josué era un soldado y tomó la tierra prometida;
-Amós juntaba higos y fue un profeta de Dios.
Porque Dios le dijo a Abraham: “De tus lomos sacaré reyes, profetas y sacerdotes”.

Dios te da un sueño grande para vivir de manera grande.

En el Antiguo Testamento la gente vivía ochocientos, novecientos años porque tenía un sueño grande.
Las pavadas te acortan la vida, pero los sueños grandes la extienden.
Dios le dijo a Noe: “Construye un barco tan grande que no existe otro igual”. A Noé le llevó años construirlo, y después le dijo: “Poblarás la tierra”.
Tardó trescientos sesenta años en poblarla y Noé vivió como novecientos años, porque

si querés vivir largo y poderoso tenés que soñar cosas grandes;
los sueños te sacarán la artritis, la depresión, el perder el tiempo en cosas sin sentido y te meterán en cosas grandes, profundas y poderosas.

Dibujá tu sueño, fotografiá tu futuro, escribilo, hablalo, corré y que nadie te lo quite.
La gente querrá formar tu sueño pero Dios te lo dio antes que la gente y lo cumplirá, sí o sí.

El que te dio el sueño te dará los recursos, la fuerza y la salud para que lo alcances.

Focalizate en los resultados -tu mente tiene que estar en el resultado final- no en los detalles (perdemos mucho tiempo en pavadas, en cosas pequeñas).

Dios quiere darte los cielos y la tierra para que la pises con autoridad y gobiernes en su nombre, para eso romperá tu mentalidad.

Le dijo a Jeremías:
“Yo no hablo con niños, estoy hablando contigo porque te escogí antes que te den forma, te llamé como profeta; hablarás en mi nombre, irás a lugares donde nunca fuiste y vas a decretar lo que yo te diga que decretes. Te daré una frente de hierro y nadie te podrá hacer frente”.

¿Cómo sé que el sueño es de Dios?

Confundimos sueño con deseos:
si tuviste un sueño que no se dio y lo cambiaste por otro, ése no era un sueño sino un deseo.

Cuando es imposible hacerlo y no es planificación humana;
Cuando no es sólo para mi vida sino para las próximas generaciones;
Cuando trasciende aun la propia existencia, es un sueño de Dios.

4- Fe, me hará ver posibilidades donde no hay.

Necesito activar mi fe para vivir sin máscaras.

Todo empieza con fe. La gente que se sacó las máscaras y avanzó es gente de fe.
Jesús dijo: Para el que cree todo es posible.

El mundo de las posibilidades es para la gente de fe.

Mucha gente llegó a la iglesia con los mismos problemas de siempre, pero vio posibilidades que antes no veía.
Las alternativas de parte de Dios siempre estuvieron pero se le encendió la fe y creyó porque “Todo es posible para el que cree y logre el propósito de Dios”.

Viviré por cosas grandes y todo parecerá pequeño.

Siempre tendremos enemigos.
Si hay un Judas que te persigue, quédate tranquilo porque está el equipo completo para hacer cosas grandes para el Señor.
De Judas no hay que vengarse, ni perseguirlo, porque se mata solo es cuestión de tiempo.

Todos los que atentan en tu contra, caerán delante de ti (no porque los hagas caer sino porque ellos solos tropiezan, se muerden la lengua y tragan su propio veneno).

Los Judas son necesarios porque te hacen estar atento. ¡No te duermas!

El enemigo te dormirá para robarte algo, como Dalila lo durmió a Sansón.
Y Sansón nunca pensó que ella era un arma usada por Satanás, porque siempre la consideró su amiga.

Cuando llamás amigo a tu enemigo estás pronto a perder la cabeza.

Celebrá si te dice que te odia, porque cuando el enemigo se identifica, se convierte en derrotable

Jehú era un rey que iba en su carro y se le apareció Jonadab pidiéndole ir con él.
El rey le preguntó: ¿Tu corazón es como el mío? El muchacho respondió que sí, entonces subió y fueron juntos a pelear y a vencer.

No camines con quien no tiene tu corazón.

Dios le dijo a Jeremías:

1-Te llevaré a las naciones.

Esto es para todos nosotros. Dios te usará más allá de tus límites, en lugares que nunca fuiste, conocerás gente desconocida, escucharás idiomas que nunca oíste, verás lo que nunca viste, porque te usará en toda la tierra hasta donde te atrevas a creer.

2-Seré un profeta.

Profeta es el que tiene algo para decir. Antes de formarte Dios puso “palabras de sabiduría”; hay algo atractivo en tu boca y cuando no sepas qué hablar, Dios la llenará.
Te llevaré por profeta para que derribes y para que plantes.”
Serás un transfusor de mentalidades, derribarás pensamientos negativos, de vicios y plantarás pensamientos de fe.
No temas porque será palabra de autoridad.

Dios hará que seas una respuesta viviente a la oración de otras personas.

3-Serás columna de hierro y muro de bronce.

Nada te afectará, tendrás piel de rinoceronte: los enemigos no te afectarán; lo que te lastimaba, no te lastimará; los insultos, no te dañarán, porque

Dios te hizo indestructible, sos una columna de hierro, un muro de bronce.

El legalismo enseñó una mentira, que ser profeta a las naciones y columna indestructible, es humanismo. ¡Que nadie te engañe! Es el verdadero evangelio.

Sacá las máscaras que te pusieron, porque Antes que el colegio te diga qué podías hacer y qué no;
Antes que tu papá te maldiga o rete;
Antes de drogarte;
Antes, Yo te conocí, Saliste de mi boca y encarnaste en la tierra, puse en tu espíritu mis palabras para que hables por Mí, y te hice columna para que nada ni nadie te afecte.

Jeremías se sacó la máscara y dijo:
Donde me digas iré”, y su ministerio fue exitoso.




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