Personalidades múltiples

Por Bernardo Stamateas

Lucas 22: 31; Juan 21: 3-9; 15- 17

Dios ha puesto sueños grandes en tu corazón y hará todo lo necesario para que los alcances.

Al igual que Pedro todos pasaremos por tres fases:
 
1- Simón.
Era el nombre de Pedro. Simón es la primera personalidad que todos tenemos, es inmadura, infantil, cuando no recibe lo que quiere hace “pucherito”, reacciona violentamente, le gusta oír chismes, no se deja corregir.

2- Simón Pedro.
Representa a la gente con una parte de Simón y otra de Pedro, una parte madura y otra inmadura, son los que hacen dos goles a favor y dos en contra, tiene reacciones desproporcionadas a los estímulos que los provocan.

3- Pedro.
Es llamado así en el libro de los Hechos, ya no Simón, ni Simón Pedro, y representa a la personalidad madura, que es una roca, que ya fue tratado por Dios, que está habilitado para producir un avivamiento en el lugar en que se mueve, donde el Espíritu Santo cae, y están pueden alcanzar grandes cosas.

Todos somos o hemos sido un poco Simón, mucho de Simón Pedro pero el Espíritu Santo no nos dejará, trabajará en nosotros,  hasta que seamos Pedro.

-Un día Jesús pasó y le dijo: “Sígueme”, entonces dejó todo y lo siguió.
-En otra oportunidad un fariseo se acercó para preguntar si Jesús pagaba los impuestos y Pedro se enojó mucho.
Jesús le explicó que al hijo de los reyes no le corresponde pagar pero, por lo que él había dicho, lo envió a buscar un pez y  encontraría en su boca una moneda con la que pagaría por ambos. 

- Pedro representa a las personas con las revelaciones más gloriosas y más tontas.

Un día Jesús preguntó: “Quién dicen que soy yo”. Pedro respondió: “Tu eres el Cristo, el hijo del Dios viviente.”

Otro día, Jesús dio un mensaje muy duro y la gente comenzó a irse, entonces Jesús miró a los discípulos y les dijo: ¿Quieren irse también ustedes? Pedro respondió: “Señor a quién iremos si tú tienes palabra de vida eterna.”

Estaban en el monte donde Jesús fue transfigurado y sus ropas se hicieron blancas, Pedro dijo: “Señor hagamos una casita y quedémonos a vivir acá.”
Y Jesús dijo: ¡No! ¿Cómo nos vamos a quedar a vivir acá?

- Pedro representa a los que oyeron las palabras más amorosas y más duras.

El Señor y le preguntó: “Pedro me amas”
-“Señor, tu sabes que te amo”, respondió
-“Pedro me amas”;
-“Tú sabes que te amo”.

Lo estaba restaurando por cada maldición declarada, lo sanó a través de un pacto de amor.
Pedro escuchó las cosas más celestiales del Señor, las promesas más gloriosas pero también las expresiones más duras.

Un día le dijo: “Señor no es necesario que vayas a la cruz”
Y el Señor le dijo: “Apártate de mi Satanás.

- Pedro vivió el mayor poder y el silencio más grande que un hombre puede soportar.

Había cinco mil que no tenían para comer y Pedro junto con los discípulos, repartieron el pan y los peces dando de comer a la multitud, pero cuando vio a Jesús golpeado, arrestado, al Dios que levantó a Lázaro, al que nunca había visto triste, que hoy estaba angustiado, sudando gotas de sangre, por primera vez, Pedro se derrumbó emocionalmente.

Cuando trescientos soldados fueron a arrestar a Jesús en Getsemaní, Pedro le cortó la oreja a Malco, y Jesús se la pegó porque habría sido una masacre (trescientos contra trece).

Simón representa a los que hacemos cosas maravillosas, tomamos decisiones ungidas y tontas a la vez; damos cinco pasos adelante y cinco para atrás, por eso Jesús nos entrenará para que Simón muera y Pedro tome control de nuestra vida.

- Pedro es el cristiano maduro.

Madurez no viene milagrosamente sino es un proceso que Dios hace, donde el Espíritu Santo nos sana emocionalmente.

Once años atrás el Señor nos dio la visión de una vasija donde caía el agua del Espíritu Santo pero que se perdía por las rajaduras.
Le pregunté qué significaba y me dijo: “La vasija sos vos, el agua es mi Espíritu, y las rajaduras son las heridas que no están sanadas, por eso un día te lleno y al siguiente te vacías, porque debo trabajar y sanar las heridas”.
Mi primera reacción fue decirle: “No puede ser, porque las cosas viejas pasaron son hechas todas nuevas en Dios.”
Y me dijo: “¿Te acordás cuando tu papá te trató así, te pegó y te dijo eso?
-Sí, Señor.
¿Qué sentiste?
-Dolor.
-Y ahora, ¿qué sentís?
-Lo mismo.
Y de esa manera comenzaron a llegar los recuerdos y sentí rencor, bronca, odio, ganas de matar.
El Espíritu Santo me dijo: “Ahí tengo que sanarte.”
Así nació “Sanidad Interior de las Cuatro Puertas” que hemos aprendido en estos años y, desde ese día hasta hoy, pasaron miles y miles de personas por ella; la hemos llevado a otras naciones del mundo, porque descubrimos que si no tenemos las heridas sanas el agua del Espíritu Santo se perderá.

Madurez es un proceso muchas veces doloroso porque a Simón (la parte inmadura, impulsiva) no le gusta que lo corrijan, que le enseñen, pensar antes de reaccionar, sujetarse, congregarse. Quiere las cosas mágicas: la oración mágica, tocar la Biblia, que alguien le sople y todo se cambie.

Simón debe ser tratado para que nazca Pedro.

Cuanto más resistencia, más largo será el proceso

 

Si alguien te dijo algo de parte del Señor y te dolió, sos Simón.
Israel no pudo ser cambiado porque se resistió.
En Getsemaní, Jesús dijo: “Si es posible pasa de mí esta copa pero sea tu voluntad”, luego se paró y fue a la cruz directamente.

Cuanto más dócil sos, más rápido Simón y
Simón Pedro desaparecerán para dar vida a Pedro que trae la bendición.

Jesús le dijo: “Simón, Simón, Satanás te va a zarandear, pasarás por momentos difíciles, por valles oscuros, pero tranquilo, yo he orado por ti y tu fe no fallará. Y cuando vuelvas confirmarás.”

Siempre volverás de los problemas,  de las crisis, de los momentos difíciles porque tu fe no fallará.
Los que están hundidos en un pozo volverán a caminar en la cima de la montaña; el que está en la pobreza volverá a prosperar; el que está enfermo, volverá a caminar en salud, porque Dios mismo oró por Pedro y dice que volverá en victoria para confirmar a otros.

Jesús le dijo: “No serás más Simón, te llamarás Pedro, roca.

Roca significa que somos como Jesucristo, le decía: “Mi identidad será tu identidad, serás como Yo soy”.

No importa cuántos zarandeos pasaste, Jesús te prometió que tendrás su identidad, autoestima, la fuerza y el poder que estuvieron en Él.

Roca es alguien en quien nos podemos apoyar.

Dios hará que otros se apoyen en tu vida y serás bendición para muchos.

Cuando Jesús le dijo: “Te llamaré roca”, quería decir, “Tu futuro será estable”.
Jesús dijo: “Sobre esta roca.” La “roca” era la declaración de Pedro.
 
Tu identidad es una roca porque sos indestructible, nadie la puede fracturar, porque dentro tuyo habita el Señor, creador de los cielos y la tierra.

La fortaleza de Pedro estaba en el Señor,  era invencible al ver a Jesús invencible a su lado.
Pedro se durmió en Getsemaní  porque su mundo emocional se desmoronó al ver la debilidad de Jesús, con gotas de sangre, en una crisis depresiva profunda.

Cuando murió, Pedro siguió desde lejos todas las instancias del dolor, porque estaba derrumbado viendo al Señor sin reaccionar.
No entendía, miraba desde lejos calentándose en el fuego y una criada se acercó reconociéndolo como un seguidor de Jesús y le dijo: “No, no lo conozco”, al rato: “No me hables de ese hombre” y por tercera vez comenzó a maldecir.
Volvió a la barca y Simón volvió a nacer en su vida; nuevamente Simón Pedro: una parte madura y una inmadura.

Estaba pescando y no pescó nada, se apareció el Señor y le dijo: “Tira las redes a la derecha.”
Cuando recogió la red y trajo abundancia se dio cuenta que era Jesús.

Donde hay abundancia siempre está Jesús.

Simón tenía una crisis depresiva, estaba medio desnudo, y cuando vio al Señor, se vistió, se tiró al agua, se olvido de los peces, de la barca y nadó como cien metros hasta llegar al Señor que lo estaba esperando. Desayunaron, el Señor lo miró y le dijo: Simón me amas, por tres veces.
Cada palabra de Jesús era un golpe que le recordaba su negación; la parte inmadura de Simón había negado al Señor y Jesús lo estaba restaurando con palabras de amor.

Hacé un pacto de amor con Jesús y Pedro crecerá en tu vida

Simón pactó con Jesús, selló su amor para siempre y desapareció dando vida a Pedro.
Treinta y dos años después Pedro escribió su carta Primera de Pedro y dijo: “Sean como niños para las cosas de Dios, busquen la leche espiritual no adulterada” era Pedro maduro quien la escribía y que había pasado por el proceso de limpieza.

- Dios va a tratar con Simón.

Cuando se inauguró el libro de los Hechos, Pedro habla y tres mil se entregaron a Jesús.
Cuando sos roca todo lo que hables traerá cosecha del tres mil por uno.
Pedro pasó muchas horas al lado de Jesús mientras lo estaba formando pero cuando hizo el pacto de amor, cayó el Espíritu Santo y una palabra trajo tres mil.

Pedro iba caminando y vio a un hombre que estaba paralítico durante cuarenta años y le ordenó: “Míranos, no tengo plata ni oro pero ¡levántate!” Y cuarenta años de enfermedad fueron resueltos en un minuto.
Cuando Pedro crezca en tu vida los problemas de cuarentas años se resolverán en un momento, no podrán resistirse a la parte madura que tome control.

Pedro habló luego y se convirtieron cinco mil.
Tendremos unción de convocatoria, cinco mil representa la convocatoria. Los que antes no querían escucharte cuando Pedro se ponga de pie y hable, multitudes estarán escuchando y tomando nota porque fue procesado en las manos del Señor.

Cuando Pedro sea formado en mí,  haré temblar cualquier lugar

Cuando fue encarcelado, no sabían que ya no era Simón y Pedro se unió con los suyos y el lugar tembló.

- El día de tu graduación será cuando tengas madurez en el Señor.
 
Los lugares temblarán, la oración producirá un terremoto espiritual,  el nivel de autoridad aumentará.
Algunos se graduarán hoy, otros serán procesados, pero inaugurarás un libro nuevo en tu vida.
El avivamiento no viene con los Simones sino con la gente que pasó por el proceso de entrenamiento,  por la escuela del dolor,  por el dolor de reconocer los errores y al llegar el día de la graduación se pondrá de pie y todo lo no logrado en su vida lo conseguirán en pocos segundos.

Declaro profética y apostólicamente que el día de tu graduación llegó,
Pedro será levantado para traer un avivamiento,
tres mil por uno será tu cosecha,
los problemas que te atormentaron caerán; hablarás y multitudes te escucharán.
Cuando te persigan estarás rendido a Dios que te llamó y recibirás la llenura del Espíritu Santo hasta donde te lo propongas.

El Señor nos dice: ¿Me amas? ¿Me amas?

Toda la transformación que Dios hace en nuestras vidas termina con algo sobrenatural.

Prepárate para abrir los grandes capítulos de tu historia, para escribir los próximos años marcados como Pedro, indestructible, lleno del Señor. Habrá ataques,  dificultades, pruebas, pero Simón no estará más allí, Pedro será lleno del Señor.
Los que te descalificaron, ataron, lastimaron, maldijeron, todo caerá por tierra porque la verdadera identidad es Pedro, y el Señor no te dejará tranquilo hasta que no acabe la obra que El te prometió.

De tantas personas que Jesús podría haber elegido, escogió a Pedro porque aunque no calificaba en lo humano, en lo espiritual siempre tuvo el corazón de un niño.
Cuando nos equivocamos pero tenemos el corazón de un niño y reconocemos: “Señor hice tonterías pero mi corazón te ama.”
Te dirá: “Si me amas no importa todo lo demás Yo terminaré lo que empecé en ti, porque no es por tu habilidad sino por  tu disponibilidad”

Un corazón que dice: “Te amo a pesar de todo”, califica para traer el avivamiento.

Un corazón dócil que se deja tratar es una persona que califica para cosas grandes y se ha graduado para abrir los cielos.

Todos los que lograron algo pasaron por la escuela del Señor.
A cosas más grandes que vienen a tu vida, mayor entrenamiento.

Pastor Bernardo Stamateas

Presencia de Dios - Mensajes de Exito

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