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ALEJANDRA STAMATEAS: TENES QUE PENSAR MAS
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 21/11/2009 01:03

Tenes que pensar mas

Lucas 16: 1-8

Este administrador actuó con astucia; si leemos otras versiones, se utiliza la palabra sagacidad, que significa, entre otras cosas, “personas que piensan más”.

Hay personas que piensan más que nosotros, y el mundo no está gobernado por el dinero sino por las ideas. Mucha gente está dedicada a encontrar la manera de que consumamos más, y siempre quieren vendernos algo nuevo. Por eso su tarea es pensar cómo hacer para que gastemos dinero.

El problema es que los hijos de la luz, lamentablemente, no pensamos sino en sobrevivir, tenemos el pensamiento limitado y nuestra vida también ya que somos el producto de nuestro pensamiento. Así como nos vestimos es nuestro pensamiento; según el perfume que usamos indicará nuestra manera de ser.

Dice la Biblia : Así como es el pensamiento en su corazón, es su manera de ser. O sea tal como pensamos, somos.

Las mujeres tenemos el mismo número de células cerebrales que los hombres, la misma capacidad intelectual, pero usamos más espacio del cerebro para las emociones, por eso estamos atentas a nuestras emociones y a las de los demás; nos guiamos por lo que vemos al mirar los rostros: “hoy te veo mal”, “me parece que estas triste”, tratando de ver en la cara del otro una respuesta emocional.

Los hombres, en cambio, utilizan mayor espacio de su cerebro para el impulso sexual, sus pensamientos flotan en el área sexual con más frecuencia que en las mujeres; es decir, las mujeres pensamos en sexo dos o tres veces por día mientras que ellos durante las veinticuatro horas. Tal como es su pensamiento en su corazón (“sexo”), es él.

¡ Pero hay una buena noticia ! El cerebro es una máquina de aprender, y como no hay nada fijado, todos poseemos la capacidad intelectual de cambiar los pensamientos.

¿Por qué a veces nos estancamos en un pensamiento sin poder pensar en otra cosa? ¿Por qué nos detenemos en una idea fija, un pensamiento negativo, en las emociones del otro (“si me miró bien o no”, “si me acepta o no”)? ¿Qué nos impide pensar más?

Muchas veces no pensamos más:

- Por comodidad . ¿Para qué voy a pensar más? Estoy ocupado pensando en mi trabajo, en la iglesia, en el estudio, ¿para qué más?
- Por acostumbramiento . Siempre pensamos lo mismo, hasta se nos hace un surco en el cerebro, porque es más fácil y no pensamos lo nuevo porque estamos acostumbrados.
- Por los miedos . Son el factor más limitante porque cuando pensamos más accedemos al futuro y, como contiene una promesa de bendición, el miedo impide atraparla.

Hay dos tipos de miedos: los ajenos y los propios.

1º Los miedos ajenos.
Son los que nos inculcaron en casa: mamá, la abuelita, la tía, los hermanos mayores, y nos fueron trasmitidos pero eran suyos.

Tal vez un mayor te apagaba la luz cuando eras chica e hizo que temieras a la oscuridad pero es un miedo ajeno.

Quizás tus padres te trasmitieron:
-miedo a la pobreza, “ojo no te metas en ese negocio”, “no vayas a pagar en cuotas”, “llegaremos a ser pobres”.
-miedo a la frustración, “trabajá o estudiá, las dos cosas juntas, no.”
-miedo a que te suceda lo malo, “no llegues tarde”, “cuidado cuando salís de noche”, (como si de día no te pudiera ocurrir lo mismo)
-miedo a los accidentes. Los padres sólo decimos: “Cuidate” pero no les enseñamos a cuidarse por miedo.
-miedo a que te equivoques,
-miedo a que seas un vago o vaga, y te dicen: “si seguís así vas a ser un vago”.

“¿De qué vas a vivir, si estás todo el día tocando la guitarra?”

Antes, una persona triunfaba si era un profesional: médico, odontólogo, etc., pero hoy todo es distinto, podemos triunfar con cualquier cosa porque el mundo está hecho de otra manera.

Triunfar no tiene que ver con lo que hacemos sino con la actitud de triunfador que tenemos dentro.

Para desprendernos de los miedos ajenos debemos deshacer la trenza generacional.

Por un lado están los miedos de mamá, por otro, los miedos de papá, que se van trenzando con los propios miedos, de tal manera que no llegamos a saber claramente cuáles son los miedos que nos pertenecen y cuáles son los familiares.

Hasta no deshacer esa trenza generacional y devolver los miedos prestados, debemos cuestionarnos si el temor es nuestro o de nuestros padres.

¿El miedo a la pobreza, a fracasar, a conocer gente, a crecer económicamente es mío o de mis padres? ¿El miedo a que me pase algo, a caer en depresión, a no progresar, a la frustración tiene que ver con mis propios temores o con lo que aprendí?

¿Y cómo pongo en práctica el deshacer esa trenza?

Debo chequear y reconocer a quién le pertenecen y devolvérselos. Por ejemplo: “Le devuelvo a mi mamá sus miedos porque yo soy una hija de Dios y Jesucristo me prometió que todo me saldría bien, que nunca me abandonaría, que jamás estaría solo y que en Jesús ya tengo la victoria, por lo tanto no hay miedo que me pueda vencer.

¡No te enganches! Llená tu mente de pensamientos firmes y te irá bien, no porque todo lo que hagas bien sino porque Jesucristo te prometió la victoria en todo.

2º- Mis miedos.
El miedo a:
•  ser rechazado por mis compañeros del sexo opuesto,
•  no ser aceptado en un grupo,
•  no ser querido.

Y en vez de pensar un poco más y encontrar la manera de ingresar al grupo, descubrir qué cambiar para ser diferente, te encerrás, aislás, llenás de frustración, de ofensa o ira.

Hablé con una chica que antes iba a otra iglesia y le pregunté por qué dejó de ir, me dijo que no sabía, que nunca se lo había puesto a pensar, que ella cantaba en el coro pero un día no fue más. De repente preguntó: ¿qué hacen en tu iglesia cuando a uno le dan ganas de ir a bailar? O sea, ella nunca pensó más. Tal vez en su mente tenía la idea de que, porque quería ir a bailar, Dios le había cerrado las puertas de la iglesia, y no pudo ir más allá por la creencia de que Dios pensaba así.

Aprendé a pensar más. Hay muchas respuestas para lo que te está pasando y Dios tiene una respuesta especial para cada pregunta que no entendés.

-Miedo al abandono, al rechazo, “Mi pareja me puede dejar”, “me pueden echar”, “se puede ir de mi lado”. Y por ese temor te hiciste celosa, obsesiva, controladora de los demás, porque tu pensamiento está centrado en el abandono, donde quedaste detenido, y no hiciste nada por avanzar.

¿Cómo enfrentamos los miedos?

1º- Con firmeza .
Todos tenemos adentro un Simón y un Pedro, y debemos elegir con quién responder al enfrentar nuestros miedos.

Cuando Jesús conoció a Pedro, éste se llamaba Simón que representaba debilidad, temor, inseguridad. Simón fue quien negó a Jesús. Pero Jesús cambió su nombre, lo llamó Pedro porque le vio una fortaleza especial a Simón, le dijo: “ Te llamarás Pedro, roca, piedra, porque en tu interior hay una fuerza única.”

Cuando Pedro caminó delante de Jesús convirtió a tres mil personas, levantó paralíticos, venció sus miedos.

Sé firme, y ante el temor declará: “Miedo, no te tengo miedo”. Ante la pobreza, la frustración, la tristeza, la soledad, la enfermedad, respondé firmemente: “No tengo miedo.”

2º- Mantenerme enfocado.
Tener en claro qué quiero lograr en la vida y enfocarme en el sueño.

Dios ya habló de tu vida, antes de que nacieras, de todo lo que harías, y nada ni nadie puede frenar, ni quitar, ni llevarse lo que te pertenece porque Dios ya lo decretó.

Hay palabras de bendición y de victoria que Dios te dio, cargás con su bendición por eso debes enfocarte y hallarás la victoria prometida.

Aunque no te des cuenta, cuando un hijo lleno de la bendición de Dios entra a un lugar, por más oscuro que sea, ocurre algo a nivel espiritual porque carga con la bendición de Dios, es luz allí.

Nadie te podrá quitar jamás que ilumines el lugar donde te encuentres, enfocate en lo querés y decidí por el deseo de tu corazón y todo te saldrá bien.

3º –Dar fruto.
Estas hecho para producir y no para ser un parásito.

Muchos adolescentes y jóvenes son parásitos, viven demandando y diciendo “dame, dame, dame”.

Debes cambiar de actitud, dejar de ser demandante y empezar a ser ofertante, porque el que ofrece es el que tiene.

Transformá la mentalidad demandante de adolescente y ofrecé lo que Dios puso en vos, hacete un ofertante.

Producí algo: una idea, un pensamiento, un concepto, una palabra; estas hechos para producir.

La mejor manera de dominar el miedo es siendo productivos y cuando algo te sale bien el miedo se va.

No tenés que vivir como tus padres en una

casa llena de humedad, con las paredes despintadas, con un auto viejo. No tenés que estar en una pareja con peleas constantes como ellos, ni vivir con miedo porque no saben si alcanzará el dinero para pagar las cuentas.

A las mujeres: no tienen que vivir como sus mamás que llegaron a los cincuenta y dejaron de arreglarse porque tienen una depresión profunda, sienten una frustración tremenda porque nunca hicieron lo que quisieron. Y les hablo especialmente a las mujeres que hoy, que tienen diecisiete años, veintidós, veinticinco o treinta y se han transformado en las mamás de sus mamás, porque las ven mal, descuidadas, que no quieren salir de su casa, no quieren estudiar, ni crecer, que se dejaron estar.

No tenés que repetir la historia de tu madre, ¡no sos su mamá!

A los varones: que ven a un padre descuidado, con el pelo grasoso, la barba crecida, que se le asoma la panza, tiene la ropa rota, que habla mal, que dice malas palabras todo el tiempo, que trata mal a tu mamá, ¡no tenés que repetir la historia!

Debes pasar de tener una mentalidad de barrio a una mentalidad de reino; no estas hecho para el barrio sino para el reino de Dios y esa mentalidad es de dominio y autoridad.

¡ Pensá más ! Tal vez tu viejo pensó pero se detuvo, quizás tu mamá pensó en grandes cosas pero se detuvo porque no se atrevió a ir un poquito más profundo.

¡Producí!, aunque sea sólo una idea, tal vez la idea que producís una sola vez luego se multiplique y sea algo grande.

Por ejemplo, el que inventó el micrófono inalámbrico, pensó en uno pero se multiplicó en miles.

¿Saben como se inventaron los panchos? Había un alemán que vivía en Estados Unidos y tenía un restaurante pero estaba empobrecido. Todos iban a comer salchichas alemanas y las vendía con unos guantes muy finitos de algodón porque no tenía dinero para invertir en platos, cubiertos, etc., entonces entregaba la salchicha con el guante y la persona se comía la salchicha y se guardaba el guante. Terminó fundido, ya no tenía más plata para invertir en el guante de algodón, pensó cómo hacer para seguir vendiendo las salchichas en algo más económico que las sostenga y se le ocurrió abrir un pan alemán al medio y colocarla allí. Así nació el pancho, y le puso por nombre “hot dog” porque él tenía dos perros salchichas que andaban por alrededor y la gente solía decir que él hervía a los perros para hacer los panchos.

¡Pensó un poco más! No se frustró ni se detuvo.

Algún día alguien pagará millones por tus ideas creativas, hay alguien que tiene el dinero que pagará tu idea. Por eso transformate en un pensador original, no pienses como todo el mundo, atrevete a pensar un poquito más, pasá una noche más ideando y lo lograrás.

Shakespeare dijo: si estás en Roma no tenés por qué vivir como un romano.

No vivas como los demás.

Alguien pagará por tus ideas, en Dios tenemos los mejores pensamientos y recordá: que el mundo no es gobernado por el dinero sino por las ideas; y si tus ideas son buenas porque tenés mentalidad de reino, dominarás la tierra, te harás multimillonario y llenarás el mundo con ideas del reino.

En la Biblia están las mejores ideas, las más creativas, sólo tenés que incorporarlas a tu pensamiento y te será fácil soltarlas porque Dios ya te dio todo, déjalas fluir.

Cuanto más pienses en la Palabra de Dios más sabio serás.

Hay una idea dentro tuyo por descubrir, tal vez hoy sea una semilla pequeña, o haya crecido un poco más, pero está, no tenés que esperar mucho más para soltarla, Dios ya envió a alguien con mucho dinero para que la pongas por obra.

Pensá en otra dirección, no pienses como un dominado sino con mente de reino que domina, y no temas a nada ni a nadie, enfrentá tus miedos con firmeza porque Dios te lo prometió y lo hará.

Declará: “A mí no me va a ir mal”. Y no es orgullo sino tener firme las convicciones. Estás destinado para el éxito y todo está adentro tuyo.

Embarazate sicológicamente de tus deseos y planificá en tu mente lo que querés lograr, agrandá tu mente y lo verás nacer.

Pensá más, no sigas la corriente porque llegarás más lejos, tenés un Dios poderoso, al Rey de reyes y Señor de señores. Despertá, hay más dentro tuyo, más poder. Tener una idea es poder.

Idea = poder.

Decí: Señor Jesús, yo declaro que soy un pensador original, y que dentro de poco me pagarán por mis ideas, es hecho en el nombre de Cristo Jesús. Amén.

Por Alejandra Stamateas

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