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ALEJANDRA STAMATEAS: DEJA DE TENERTE LASTIMA
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 21/11/2009 01:08

Deja de tenerte lastima

ALEJANDRA STAMATEAS

 

1 Reyes 17: 1-7

Estoy desesperada por tomar mi posición y ocupar el lugar que Dios me dio, y si no estás como yo, desesperado, mejor que salgas de mi camino porque correré a conquistar mis sueños y tomar lo que me corresponde.

A través de una experiencia personal, Dios me enseñó, específicamente, este mensaje. Las luchas internas por las que atravesamos son, teóricamente, porque tenemos las promesas y no las poseemos. Este mensaje es para quienes aun no poseen las promesas que Dios les dio.

La riqueza del injusto está preparada para el justo , dice la Biblia.
Todos pasamos por momentos en los que parece que las promesas no llegan y con el paso del tiempo, nuestra fe se debilita transformándose en períodos de lucha interna.

Dios nos preparó para cada uno sus riquezas, y no sólo es dinero sino posesiones.

La mayor trampa del enemigo es que llenemos con emociones el tiempo transcurrido entre la promesa y su cumplimiento. Es como si fuéramos caballos de carreras con toda la expectativa a punto de largar y, cuando suena la campana, nadie les abre la puerta; así, aunque estamos preparados, nunca corremos la carrera.

El adversario quiere que vivamos expectantes del cumplimiento de la promesa y que quede sólo en una posibilidad. Lo peor que nos pasa es que, teniendo la fuerza para patear la puerta o volar el obstáculo y correr para ganar la carrera, no lo hacemos.

Hay una fuerza sobrenatural en vos y aunque no te abran la puerta, tenés la capacidad en el nombre de Jesús para buscar tu sueño.

Cuando llegaste a Presencia de Dios dejaste de ser un "pobrecito o pobrecita" para convertirte en un poseedor de todo, porque el Señor te dio la excelencia para poseer lo que tu corazón anhela.

¡Dejá de tenerte lástima! Sacá el espíritu de tristeza o pobreza, el Espíritu Santo te habilitó para manejar aquello de lo que no tuviste control y te dice: "Sos la niña de mis ojos, todo está a tu favor, te pertenece y el diablo no puede intervenir en tu destino, no morirás y Mi palabra será cumplida."

Elías estaba junto al arroyo y Dios le envió cuervos que lo alimentaban, no tenía que hacer nada, estaba muy cómodo.
Muchas veces, cuando Dios nos da todo, creemos que le conocemos y es que nos acostumbramos: "Estoy tranquila, Dios va a obrar"; "No haré nada porque si Dios quieres que me pase, me pasará", y quedamos esperando lo que nunca pasa nada.

¡Movete! Dios es quien te dice: "Estoy esperando que lo hagas."

Así aparecen las oraciones de eco .
Hacés una pregunta y Dios te responde de la misma manera. Le decís: ¿Por qué no soy prosperado? Y Dios pregunta: ¿Por qué no sos prosperado si yo te hice exitoso para que estés bien?
Dios te hace la misma pregunta porque está esperando que te muevas.

Muchos tienen mentalidad de desierto y dicen: "Dios me dará", como Dios le daba al pueblo mientras estaban en el desierto, pero al entrar en la tierra prometida le dijo a Josué: "Esfuérzate y sé valiente, todo lo que les prometí ya lo tienen así que deben trabajar la tierra."

Mentalidad de tierra prometida.

"Dios está esperando que yo le entregue lo que El primero me dio a mí."

Dios llamó a Moisés y le dijo: " No importa tu impedimento, me interesa tu disposición."
Los humanos somos los únicos que vivimos preocupados por nuestras limitaciones, hablamos de nuestros fracasos y defectos. Y a Dios no le interesan tus limitaciones ni tu perfección sino tu disposición.

"No puedo", y Dios dice: "Quiero ver si tu corazón está dispuesto, las limitaciones no existen para mí."

Para conquistar los sueños de Dios y tomar sus promesas debemos determinarnos y mantenerlo, aún cuando sea errado. Tenemos que aprender a equivocarnos, soportar el error y ser lo suficientemente valiente para aceptar el haber tomado la decisión incorrecta, será la única manera de determinarse.

Hay poder en la determinación.

Hay un poder que queda retenido cuando no tomamos determinación y somos pasivos ante la promesa de Dios. Cuando nos damos cuenta que Dios está esperando nuestra determinación, se soltará un poder sobrenatural que traerá más rápidamente la respuesta esperada.

¿Por qué no tomamos decisiones?

Por tres motivos:

•  Queremos vivir experiencias sobrenaturales de confirmación .
"Si Dios le habló a Moisés a través de la zarza quiero que a mí me hable de la misma manera, si no confirma mi sueño de forma sobrenatural no me moveré."

Y de esa forma no estás esperando un milagro sino un espectáculo para divertirte, porque si quisieras lo sobrenatural en verdad dirías: "Señor habla, que tu sierva oye." Eso es sobrenatural, discernir dentro de tu espíritu la voz de Dios.
¿Cuántas veces Dios te habló pero te diste vuelta? Porque esperabas un espectáculo y Dios te dice: "Yo no hago espectáculos, pongo una palabra en tu espíritu y espero que estés atento, la captures y sueltes en el nombre de Jesús."

•  Si otra persona no me ayuda, no lo haré.
"Aquel lo hace pero yo estoy solo, no puedo, necesito ayuda, no tengo fuerzas, ni recursos, ni capacidades", "Señor, ¿cómo querés que lo haga si estoy sola, no puedo determinar nada en mi vida porque no sé esto ni aquello, no tengo esto ni lo otro."

Y pretendemos subir al siguiente nivel con la condición de que otros nos ayuden. Y mucha gente no nos puede ayudar porque no entiende, porque Dios nos introduce en otra atmósfera y los que creen conocernos no pueden porque están en una atmósfera espiritual distinta.

Tendrás que determinarte a ir solo, sin apoyarte en nadie. No busques bastones en la gente, escuchá la voz del Espíritu que dice: "no te rindas", "no te detengas", "seguí adelante y te daré la victoria".

Liberate de las ataduras que te esclavizaban.

•  Me moveré si me aseguras éxito.
Moisés le dijo: ¿Cómo creerán que me enviaste ? Y Dios le dijo: Tomá la vara .

La vara representa el Espíritu de Dios y nos da el don de convocatoria.
Si el Espíritu de Dios está en nosotros convocaremos gente por la vara, porque la vara atrae y el éxito llegará a nuestra vida. Aquellos que son parte de tu destino compartirán tu éxito, los que primero vieron el poder de Dios en tu interior.

Hay una vara que se levanta en tu vida y el poder del Espíritu de Dios.

Hay poder en la boca.
Antes de entrar a la Tierra Prometida, Dios le dijo a Moisés que hablara a la roca y saldría agua de ella, porque hay poder en nuestra boca.

En algunos momentos debemos discernir si usar la vara o la boca; porque hay momentos para orar, ayunar, emocionarse, encerrarse en un seminario, y en otros momentos debemos dejar de usar la vara para usar la boca y decretar, en el mundo espiritual, lo que queremos ver hecho en el mundo natural.

Dios dijo: "¿Por qué clamas a mí? Dile al pueblo que marche. ¿Por qué vuelves a usar la vara y no usás tu boca?
No es tiempo de usar la vara sino los decretos de tu boca que transformarán primero las situaciones sobrenaturales en el mundo espiritual.

Pero no sabemos cuándo cambiar, cuando deberíamos usar la vara usamos la boca, y cuando deberíamos usar la boca usamos la vara, porque nos falta discernimiento. Cuando debemos decretar algo, acumulamos oraciones por años, sobre un mismo tema, como si la respuesta de Dios dependiera de las oraciones acumuladas.

"Pastora, hace veinte años que estoy orando para que mi marido se convierta", y seguís usando la vara en vez de decretar que tu marido ya se convirtió, se congrega y está adorando. Si seguís usando la vara es porque no podés discernir el tiempo y ya no es tiempo de vara sino de tomar las promesas.
Dios le dijo a Moisés que le hablara a la piedra porque quería enseñar al pueblo, no sólo que su gloria estaba en él sino que operaba con poder a través de Moisés.
En un momento Dios te dice: ¡Basta! de poner en oración", decretá y movete sobre lo decretado.

Es tiempo del decreto de la boca de Dios.

Moisés seguía aferrado a la vara, a sus imperfecciones y dijo: "no sé hablar", y no lo pudo corregir en todo el proceso del camino del desierto por eso con la piedra usó la vara otra vez.

"Basta de vara" es tiempo de decretar.

El diablo sabe que hay áreas en las que no te puede tentar por eso te tiene haciendo "nada". Somos muy espiritual pero no sabemos nada; somos cobardes; buenos e irreprochables pero inservibles; respetuosos pero improductivos; cuidamos el detalle de no ofender a nadie pero descuidamos soltar el poder; cuidadosos y no poderosos; espirituales pero negamos el poder que Dios soltó de hablarle a la montaña: "échate en el mar".

Una mujer hizo una habitación para hospedar al profeta, lo esperaba siempre en su casa. El profeta preguntó a su sirviente qué le darían a la mujer por el hospedaje, y el siervo le dijo: "Dale un hijo" (no se le ocurrió otra cosa). El niño nació y transcurrido un tiempo, se murió; la mujer salió corriendo, todos los que la rodeaban le preguntaban hacia donde iba y ella respondió: "Está todo bien". Fue determinada fue hacia donde estaba el profeta, sacó todos los obstáculos que se le presentaron adelante y dijo: "el profeta tiene que decirme algo".

Se presentó ante él y dijo: "Me diste un hijo que no te pedí, así que, como me lo diste, ahora resucítalo". Ella se determinó.
Elías fue enviado por Dios a la casa de una viuda, había mucha hambre en el lugar, y le pidió un poco de agua, ella se lo entregó rápidamente; luego el profeta le pidió la única comida que ella tenía antes de morir. La viuda no advirtió que el profeta la estaba subiendo a un nuevo nivel.

Si querés ver el milagro en tu vida debes hacer lo que nunca hiciste, lo que te negabas, lo difícil es lo que Dios te pedirá hasta obtener su promesa.

Elías le dijo: "Lo último cocinalo para mi".
Delante del profeta, en el área de escasez comenzará la abundancia, y cuando hagas lo difícil recibirás todo lo que Dios te prometió, estarás en un nivel superior donde no verás más la escasez, donde no hay nada Dios mostrará su gloria; donde estás batallando duramente, donde estás débil, es donde Dios opera, ahí está tu fortaleza y en esa área subirás de nivel.

Hacé lo que no querías hacer.

El profeta le dijo a otra viuda: "Declárame lo que tienes en tu casa" (estaban a punto de llevar a sus hijos como pago de las deudas) Y la mujer respondió: "Sólo tengo una vasija de aceite".
La casa es tu vida y Dios puso dentro algo muy valioso, clamá al Espíritu para que te revele qué es lo valioso y no te muevas hasta verlo. Todo está adentro, nada afuera. Las mejores ideas, los mejores proyectos, la bendición, el mejor camino y Dios te dice que ese valor nadie lo puede tocar.

El profeta dijo: "Vende lo más valioso que tengas, si querés pagar tus deudas."
Lo valioso que Dios puso es para venderlo y vivir de eso; un don, un proyecto traerá las finanzas que necesitás, algo que Dios te pide.

Hay personas que deberían estar viajando a algún lugar del mundo para hacer un negocio multimillonario; mujeres que tendrían que estar en París presentando su colección de ropa; otros deberían estar exponiendo sus cuadros en las mejores galerías del mundo; pero el enemigo los dejó postrados cuando les dijo: "De acá no vas a salir", "lo podés hacer, pero tranquilo, no te apures, no estés ansioso, ya Dios te lo va a dar". Y quedaste estancado, sonó la campana y todos corrieron, llegaron a la meta menos vos y te frustras porque no te diste cuenta que la fuerza estaba en tus piernas para voltear la puerta y correr en el nombre de Jesús.

Mi testimonio:
Hace un tiempo llevé dos libros que escribí a una editorial y sin leerlos, los rechazaron. Me dio mucha bronca, y manifesté mi ira de todas las maneras posibles, se lo conté a mi familia hasta el hartazgo; estaba muy herida porque son dos libros buenísimos y, sin leerlos, dijeron que no y aun más me enojé cuando esa misma editorial publicó a otras mujeres que sólo mantienen la ignorancia de las mujeres.

Y el Señor me dio la respuesta: "No los leyeron porque sólo leyeron los títulos, y esos te los di yo; pero preparate porque, aunque me rechacen, los títulos son el valor que Yo te di y lo mío no es gratis, vale. Preparate, porque verás mi gloria. Podrán rechazarme pero nunca negarme, y lo que Yo te di tiene mucho valor."

Hay poder en tu vida, determinate a buscarlo. Dejá la vara, es tiempo de soltar el poder con tu boca, decretar lo que te pasará y ponerse en movimiento para que te ocurra.

Es tiempo de decretar lo poderoso en el mundo espiritual.

Tus manos representan los tesoros que tenés y cuando Dios te diga que hagas el milagro, tus necesidades serán cubiertas en todas las áreas.

Por Alejandra Stamateas

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