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ALEJANDRA STAMATEAS: SOY UNA MUJER CONTROLADORA
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 21/11/2009 02:04
Soy una mujer controladora
Alejandra Stamateas
 
 
Controladoras son aquellas mujeres que quieren vigilar a toda la familia,  tomar las decisiones por todos y siguen con la misma actitud en el paso de los años.
Creen que los demás son objetos a su disposición y que pueden dirigir todo lo que hacen o dicen.
El otro es para ellas alguien a quien tienen que retener ("bajo sus faldas") y no se les puede ir. Dicen: "Si logramos ser uno no te irás y estaré segura toda la vida".
Los hombres, generalmente, controlarán a través del poder (también hay mujeres que lo hacen).
Es una característica masculina decir:  "Hacé las cosas como yo te digo o me voy", "...o no te doy más plata", "Si lo hacés, nos llevaremos bien, sino atenete a las consecuencias".
La persona que se agranda tanto es porque se siente muy pequeña.
Alguien dijo: "No te hagas tan grande, no eres realmente tan pequeño"
Las mujeres controlan a través de:
1-  La debilidad.
Dicen: "Soy débil y sin vos me muero", "Tenés que cuidarme, hacer lo que quiero, no dejarme nunca".
La mujer que asume el papel de debilidad terminará perdiendo.
Por hacerse la débil, necesita de todo el mundo para salir adelante y con una actitud de pobrecita y de victima, vive manipulando.
Asumir el papel de debilidad te muestra incompleta y ése no es el lenguaje que Dios habla.
Dice Colosenses 2:10: Vosotros estáis completos en Él.
Cada vez que delante de tu esposo, hijo, líder, discípulo, quien sea, te presentas débil hablas el lenguaje del enemigo, porque es como decir: "Soy una mujer incompleta".
Dios te creó y terminó completa.
El que usa la debilidad para manipular, siempre será dependiente de alguien.
La mujer que está completa en Cristo Jesús es independiente, manifiéstalo para que tu estima no se resienta.
Al principio muchas mujeres se muestran independientes pero una vez que atraparon "al  hombre" se dicen débiles para controlar.
2- El servilismo.
Es la mujer "ama y sirvienta"; "dueña y esclava" a la vez.
Dice: "Me convertiré en tan indispensable, que estará atado a mí y no podrá dejarme"; "Si no soy útil nadie me amará ni valorará, por eso me mostraré como "súper útil", la que hace de todo"; "Si tengo a mi marido con todo planchadito, la cena preparada, la camisita en orden y lavadita, la habitación acomodada, nunca se va a ir de mi lado"; "Si le hago todo va a depender tanto de mí, que nunca se va a ir".
¡Mentira! No uses el servilismo para controlar a nadie, porque terminarás perdiendo.
No soy indispensable para nadie, soy reemplazable
No hay nada mejor que dejar libre a la gente que amamos.
3- La culpa.
Dicen: "No te acordaste de mi cumpleaños"; "No me llamaste al trabajo"; "No hiciste lo que te pedí"; "Siempre te olvidás de esto"; "No me pasaste a buscar";  "No me grites, porque me agarra dolor de pecho"; "Si me hacés esto me va a ...." "No me digas eso, porque me hace mal".
Controlan y manipulan a través de la culpa, de la enfermedad, de palabras hirientes, para que el otro se sienta culpable.
Quieren dejar el siguiente mensaje:
 "Yo soy buena y vos sos malo".
Viven en pelea constante, siempre quieren ganar la competencia y soltar la herida que más les sangra. Eso de bueno no tiene nada y de nada sirve ser buena.
Debes ser sabia.
Dios no dice que seas buena;
en el cielo no habrá buenos sino justos.
Todo control es la manera de aferrarse al otro y es por no estar a solas.
La peor herida es la de haber sido abandonas y no haber recibido amor cuando lo necesitamos.
Sería bueno que las mujeres habláramos sin echar culpas a nadie, porque no estamos solas, el Rey de reyes está de nuestro lado.
Todas las formas de control tienen en común: la falsedad.
Muchas mujeres controlan cuando en realidad quieren que la persona se vaya, pero tienen miedo y se aferran porque es lo único que conocen.
-Se aferran a sus hijos, porque es lo único que tienen, y en vez de relacionarse con ellos, se aferran, los controlan, no los dejan vivir en paz.
-Si tus hijos no tienen paz es porque vos no tenés paz; porque te gustaría dejarlos volar, pero no sabés cómo, ni que pasará cuando quedes sola.
-Si controlás a un hombre que te trata mal, es porque querés dejarlo  y no te atrevés a estar sola.
-Te aferrás a tu vecina, a tu mamá, a tu amiga, a tu familiar, porque no querés enfrentarte a la vida sola porque tenés miedo.
Tenés  capacidad para enfrentarte sola a la vida.
El control que ejerces sobre otro te está deteriorando porque no podes ser libre.
Cuando alguien no es libre, no deja libre a los demás y nunca será feliz.
 
La única manera de ser feliz, es siendo libre.
Un principio:
Todo lo que domino me domina; todo lo que controlo me controla.
Tarde o temprano terminaré perdiendo lo que controlo.
"¡Cuidé tanto a mi hija y está en cualquiera" Porque no lo cuidaste, lo controlaste.
"¡Cuidé tanto mi relación de pareja y mi marido se fue con otra mujer!"
Porque no cuidaste, controlaste.
No fuimos creados por Dios para señorear, dominar y controlar seres humanos, sino para la tierra, los animales, la naturaleza.
Ser dueño de una persona es una ilusión, nadie es dueño de nadie, los seres humanos no respondemos al control sino a la siembra.
De acuerdo a lo que siembre,  cosecharé.
A las mujeres nos han criado con culpa y nos movemos a través de ella, pero tenemos que transformarla en responsabilidad.
Por ejemplo, cuando las mujeres comen algo se sienten culpables:
"Por qué comí esto que no tendría que haber comido, me siento culpable".
En vez de comer con responsabilidad: "porque estoy cuidando mi cuerpo", "por eso hago gimnasia". 
No por culpa, por responsabilidad.
Si pudiéramos enseñarle a nuestros hijos: "¿Querido, sabés por qué no podés llegar tarde? No por culpa, ni porque papá o mamá te van a retar, sé responsable con tu vida, de cuidarte".
Si pudiéramos trasmitir eso desde la infancia, no lo criaríamos con temor sino con responsabilidad.
En nuestra infancia todo era temor, todo culpa, todo "no se puede", todo "tené cuidado", por eso controlamos a todo el mundo: "No hagas esto", "Vení para aquí", "Mirá los ladrones", "Mirá la inseguridad".
¡Echá la culpa afuera!
Tengo que hacerme cargo de mi vida y es por siembra.
Salmo 8:3-6.
 "Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas. Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas en él memoria?"
David tenía baja estima.
Cuando no sos libre porque no sabés quién sos, ni feliz porque no podés definirte, vas a pretender arruinarle la vida a los demás, controlando.
Y David dijo: ¿Quién soy yo? Delante de las estrellas y la luna, soy una porquería, no soy nada.
Pero después se corrige, y dice: Nos coronaste de gloria y de honra.
Dios te coronó de gloria y de honra.
Dios te hizo pensando en una reina, por eso te dio corona de gloria y honra.
Ahora podés decir:
"¡Sé quien soy!, Soy una reina coronada de gloria y de honra"
-Hasta que no te estimes como una mujer preciosa, te aferrarás a la gente y pensarás  que necesitás de ellos para salir adelante.
-Hasta que no entiendas que sos una creación de Dios, estarás controlando y midiendo el amor que te dan y no podrás soltar el potencial que tenés.
Tómate sólo de Dios,
Él tiene la provisión que necesitas.
Los hijos aprenden por su propia experiencia, por eso hay que dejarlos libres,
no tenemos derecho de señorear sobre ellos; guíalos pero no los controles.
¿Qué estás sembrando en tus hijos? ¿Cuánto amor? ¿Cuántas palabras buenas y poderosas?
Dios no te hizo una mujer más, sino ÚNICA.
Creé en vos y no lo digas de la boca para afuera, en Cristo estás completa y mereces la bendición que está sobre tu cabeza.
Liberá a la gente de vos,
Soltá al que te dañó,
Dejá de controlar con el enojo, con el llanto, con los celos.
(Celos no es igual a amor, podés celar y no amar, esa es una manera de controlar.
Dejá de celar a tus hijos, marido, a tu vecina, liberá a la gente).
Cuando dejes a la gente libre, empezarás a vivir en libertad.
Si te atrevés a ser guiada por el Espíritu de Dios, dejarás el control y te va a llevar para acá y para allá, y Dios te dirá qué hacer, cómo sembrar.
No te preocupes, no estás sola, dice el Señor.
Yo te di fuerzas, y esa fuerza es tu potencial, y aunque muchas veces luchaste, no lo harás más, lucharás en mis fuerzas.
 Soltá lo que te está dañando, lo que te amarga y esa amargura es como un veneno que viene por dentro; soltalo y quedate en paz, lo que estás esperando viene a tu vida.
 
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Pastora Alejandra Stamateas


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