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General: EL CAMINO DEL CORAZÓN...."CORPUS HERMETICUM"
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA  (Mensaje original) Enviado: 17/11/2019 14:58

El camino del corazón

El tratado VII del "Corpus Hermeticum" se inicia planteándonos un interrogante: ¿Adonde se encamina el hombre, dominado por la ignorancia? Ese desconocimiento, que hace que el hombre se encuentre como ebrio, exige que este levante los ojos del corazón. El alma del hombre está degradada, presa en la materia de su cuerpo; solamente a través del camino del corazón podrá el hombre llegar a alcanzar el conocimiento y acercarse a Dios. El texto, más adelante, volverá a insistir en que el hombre debe mirar a Dios con los ojos del corazón. En otro caso, poseído por la materia, será incapaz de acceder al conocimiento.

Esta idea de seguir el camino del corazón para acercarnos al Supremo ya la había expresado Petosiris, sumo sacerdote de Hermópolis, en los tiempos de la segunda dominación persa de Egipto. En efecto, en las inscripciones de su tumba, Petosiris nos dice que Sishu, su padre, fue un hombre que supo llenar su corazón con el camino de Dios. En otra inscripción nos dice, igualmente, que sea "bendito aquel cuyo corazón le conduce a servir a Dios".

En términos similares se había expresado también, muchos siglos antes, Ptahhotep, que vivió en los tiempos del Imperio Antiguo y que en su "Sabiduría" nos ha dejado escrito lo siguiente (máxima 11):

"Durante tu existencia, sigue el camino que te marca tu corazón,

pero tampoco cometas excesos al seguir esta norma.

No escatimes tiempo para hacer lo que tu corazón te dice.

No hacerlo sería la abominación del ka"

Para los egipcios el corazón era el órgano inmaterial en el que reposaba la conciencia y la espiritualidad del hombre. En la máxima que hemos reproducido, Ptahhotep nos está diciendo que debemos llevar una existencia en la que estemos abiertos al corazón, es decir, a la espiritualidad, ya que es a través del corazón como el hombre puede acceder a lo sagrado. Eso sí, Ptahhotep, sin duda un hombre prudente, nos dice también que no debemos cometer excesos en la aplicación de esta norma, es decir, no debemos ser fanáticos o dogmáticos. A fin de cuentas, aun cuando hemos de buscar la espiritualidad, no debemos olvidar que somos hombres y tenemos un cuerpo que debemos cuidar.

Insiste luego en que no debemos escatimar tiempo para hacer lo que nuestro corazón nos dice, ya que solo así podremos abrir nuestra conciencia a lo sagrado, a lo espiritual. Desperdiciar ese momento mágico en que hemos accedido a lo trascendente sería "la abominación del ka", es decir, el desperdicio de una energía inmensa (ka).

En otra de sus máximas (14) nos habla Ptahhotep de que el hombre solamente podrá ser considerado como tal cuando su corazón prevalezca sobre su vientre, es decir, sobre los deseos y la materia:

"El corazón de quien escucha a su vientre desaparece,

él suscitará, a su vez, el desdén en lugar del amor.

El corazón será desnudado y su cuerpo no será ungido.

Tener un gran corazón es un don de Dios"

En suma, el hombre en el que los deseos terrenos prevalezcan sobre la espiritualidad verá como su corazón es desnudado, es decir, queda inactivo y pierde sus funciones; su cuerpo, cuando muera, no será ungido, es decir, no participará en los ritos que ofrecen la esperanza de resurrección en el más allá.



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