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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 10/11/2011 21:53

 

 

13. Y viniendo Cristo a las partes de Cesarea de Filipo, pregunto  a

sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el  Hijo del hombre?
14. Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros,  Jeremías,

o alguno de los profetas.
15. Él les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
16. Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el hijo  del Dios viviente.
17. Entonces, el Cristo respondiendo, díjole: Bienaventurado  eres, Simón, hijo de Jonás;

porque no te reveló carne ni  sangre, mas mi Padre que está en los cielos.
18.  Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, sobre esta piedra  edificaré mi iglesia; y

las puertas del infierno no  prevalecerán contra ellas.
19. Y a ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que  ligares en

 la Tierra, será ligado en los cielos.
20. Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él  era Jesús el Cristo.

 (Evangelio según San Mateo, Cap. XVI: 13 al 20).

Representa un esfuerzo conseguir recordar todo lo que dicen estos pocos versículos,

de profundo . Vds. saben que ya los hemos comentado, pero como hay tanto para decir, y

 como éstos versículos, aunque no parezca, tienen también vinculación con el pensamiento

del mes, vamos hoy nuevamente a hablar de ellos.
 Primero, observen cómo en la antigüedad sabían del renacimiento. Todos aseguraron que Cristo

era éste o aquel. Se equivocaban, pero manejaban la ley del renacimiento. ¿Lo comprueban? 

No se equivocaban los discípulos. Los discípulos entre ellos,

sobre todo Pedro, dicen: Tú eres el Cristo.

 Porque los discípulos no fueron elegidos al acaso, por casualidad. Todo lo que rodeó

al Cristo cumplió un plan; una plan para que Él tuviera la existencia que correspondiera,

 y acompañado de seres que lo pudieran secundar y a quienes el Cristo les da las llaves.

 Esto es lo más hermoso!. Las llaves son claves musicales, son encantamientos que abren

 los mundos y los estratos; si, es magia. Pero no lo interpreten como la magia grosera

 que se comenta por ahí. La magia es poder y lo que es poder “blanco”, es sublime y

superior. Tan sublime y superior, que el Cristo dice: Lo que tú atares y desatares así será.

Pero, ¿por qué? Porque las iniciaciones son poderes, y aquel que las alcanza tiene ganados

sus derechos; los derechos de hacer, per ¿de qué forma? Con la máxima responsabilidad.

Ven, amigos, ¿por qué la regla de esperar? Qué importa esperar, si el ser que se va

 capacitando, algún día alcanza la posición de sentir y entender cómo debe de aplicar esos

poderes. Ese es el motivo de la espera. Pedro y sus compañeros fueron y recibieron medios

 más adelantados de ascensión espiritual porque ya vinieron preparados, alcanzando llaves,

 como dicen los versículos que acabamos de oír, pero que en verdad representan

poderes superiores. El Cristo preparó para la nueva dispensación a sus discípulos, y

entre ellos se destacó Pedro, que fue el que fundó la primera iglesia.
 Ahora, ¿por qué esto que hemos escuchado tiene vinculación con el pensamiento del mes?

 Porque el Cristo dice: Petrus - Piedra. ¿Qué había hecho Pedro? Había realizado la tan

ansiada alquimia espiritual, la ansiada transformación interna, que es a la piedra a que nos

 estamos refiriendo, que él llegó a elaborar. El llegó a elaborar lo que todos tienen la posibilidad

 de alcanzar, que a nadie le es negado: hacer del interno un santuario; y la iglesia superior

no es solamente la que se levanta con paredes materiales, sino también

 la que se levanta dentro de cada ser.
 La enseñanza Rosacruz es eminentemente intelectual, con la esperanza de que llegue a

despertar el corazón. Hay una decepción inmensa con la humanidad, porque la humanidad

desenvuelve el entendimiento cada vez más, con suma facilidad, podemos asegurarlo, pero

no acompaña con el sentimiento correspondiente. Y tienen que saber que el entendimiento,

 la intelectualidad, la capacidad de pensar, son medios de que se dispone para que el

crecimiento espiritual sea alcanzado solamente por el sentimiento.

Cuando decimos que queremos formar místicos - científicos, es porque no tenemos

 ninguna duda que todos se transformen fácilmente en científicos, pero observen que

anteponemos el misticismo como la necesidad más imperiosa y urgente. A ese respecto

hay enorme dificultad. Sabemos que intelectualmente podrán alcanzar todos los

 conocimientos que es posible alcanzar. Pero esos conocimientos no los van

 a transformar. Al contrario. Se corre peligro de que crean que porque conocen,

ya hay progresado. El esfuerzo del movimiento Rosacruz y el motivo de que se haya

 impulsado como medida para el mundo, es que fracasados todos los demás

 métodos se intenta que la persona comprendiendo, entonces desenvuelva ese

misticismo de que hemos hablado, ese sentimiento que aproxima, que acerque

 unos a otros. Pero sabiendo Vds., que acompañan la enseñanza de tiempo,

con interés, con esfuerzos - a veces con tiempo inclemente vienen, acompañan - por qué

esperar a que sea el entendimiento que les abra puertas, que Vds. pueden abrir

 inmediatamente, si están dispuestos a ese cambio interno. No más el engaño

 de la materialidad ni de la separatividad, que es totalmente necesario para el

desenvolvimiento individual, pero que solamente es una apariencia. No somos

 entidades separadas. Como las hojas de un árbol, no pueden creerse separadas,

 cuando tienen vida porque hay una savia que a todas les da vida y las mantiene

 unidas. Esa es la realidad. Eso es lo que queremos imprimir en Vds. eso es lo

 que pretendemos. Queremos que se descubran a sí mismos: hagan lo que

hizo Pedro, hagan los méritos que hicieron los Apóstoles, hagan. Los Apóstoles

son Vds. mismos, si quieren serlo; es nada más que querer. Pero no desenvuelvan

 ni orgullo, ni vanidad, ni todas esas cosas inútiles que son como anclas, que no

 dejan ascender. Desenvuelvan sentimiento, sean - como una expresión que nos

quedó tan grabada, tan bonita y hermosa que es - “sembradores de

 armonías”. Vean, tendríamos que agregar a nuestras finalidades este lema.

 Queremos ser sembradores de armonías, queremos ser sembradores de bien,

de bondad y de unión. Estaríamos trabajando para tres o en tres sentidos: para

nosotros mismos, que evitamos muchos errores comunes; estaríamos trabajando

para los demás, porque si hacemos algo de bien, alguien tiene que alcanzar ese

 bien; así que ya son finalidades. Pero la tercera y la más importante, o la más grave:

 el Cristo está encadenado a nuestros errores; si Él sirve a la Tierra es porque la

Tierra necesita una depuración, un mejoramiento, un cambio, año a año.

 Estamos conscientemente encadenando a un excelso Ser que espera que con

 el transcurrir del tiempo, muchos, muchos seres que ya van sintiendo esta

situación ocupen su lugar y lo liberen. Quiénes deben ser esos seres, si

no todos esos conjuntos que existen por el mundo buscando ser mejores?.

 Acompañemos esos conjuntos. Acompañemos de la forma más modesta, de

la forma más humilde; que no se confunda nuestras ansias por mera gloria,

 como dice el pensamiento del mes, o por vanidad, porque nada conseguiríamos

realizar, nada conseguiríamos adelantar. Pero si lo hacemos porque sabemos

vivificar dentro de nosotros sentimientos de verdadera nobleza, de verdadera

abnegación, entonces sí estaremos poco a poco formando parte

de un conjunto, que en ese sentido procura superarse.
 Amigos, vamos a hablar por los enfermos del mundo, como es nuestra finalidad, pero

 siempre decimos algo, previamente, como lo que acabamos de hacer con la finalidad

 de vigorizar nuestros propósitos y nuestra disposición. Y no se sientan solos.

Siéntanse muy acompañados, porque como los Cielos precisan que la Tierra, o

 los seres humanos, correspondan a toda la labor que ellos realizan, entonces,

naturalmente, aquellos bien intencionados son los que están siempre más

acompañados, impulsados a persistir; porque todo aquel que sea bien

 intencionado, en el fondo es una promesa, es una esperanza, que ellos procuran

 robustecer con ese amor de que los cielos son la máxima expresión.
 No ocultamos que al decirles esto, estamos vibrando en ansias, para que todos

 sientan lo que creemos que les hará adelantar mucho!
 Haremos nuestra oración, oración simple porque no pretenderíamos decir palabras

 bonitas, cuando nos dirigimos a nuestro Padre de los Cielos, que tanto, tanto os

conoce. Pero, dentro de lo que sentimos, de lo queremos aspirar para que el dolor

del mundo vaya reduciéndose y vaya dando lugar a la serenidad y

 el bienestar de todos, podemos decir:
Dios de los Cielos, Tú que siempre esperas por nosotros, como los que te secundan

también esperan, y a veces tengan que tomar medidas para que reaccione el conjunto

humano, como la enfermedad, el dolor, o el sufrimiento, para que tengan la

virtud de remover la apatía, la incomprensión, el error, Señor de los Cielos, nuestro

 ruego es que todos podamos sentir finalmente nuestra verdadera realidad y

 nos pongamos por encima de todo lo que sea error. Rogamos, Sí, por los

 hermanos que transitan por los senderos del mundo, dominados totalmente por

 necesidades materiales, no buscando la verdadera finalidad anímica y

 envolviéndose en circunstancias que después se transforman en lo que conocemos

 como quebrantamiento de la salud, u otros males, que aunque no sean físicos,

igualmente producen dolor. Por esos hermanos, por esos compañeros pedimos,

Señor, que Tú luz derrumbe las barreras que nosotros mismos creamos.

Que Tú luz, que es expresión de amor, conmueva las fibras más internas

 nuestras y alcancemos lo que Tú esperas; lo que Tú esperas, desde el día

que haz puesto en marcha el plan divino, de crecimiento espiritual. Por todos

 los enfermos del mundo, por todos los que sufren rogamos y pedimos

Tú misericordia, Señor, para que se alivien. Y si algunos amigos nos piden

recordar su nombre, lo hacemos con el mejor sentimiento que somos

capaces, deseando que éstos nombres que vamos a escuchar comprendan

a todos los que en el mundo, por más lejanos que estén de nosotros, lleguen

 a ser comprendidos también, sin excepción, porque no

 nos sentimos separados de nadie. Amén.

 Señor, nombres, muchos nombres, pero hermanos todos, que

 rogamos y les deseamos el mayor bien. Amén.
 Para finalizar, nuestro saludo querido:

 

 “Que las rosas florezcan en vuestra cruz”.


 

Conferencia dictada por el Sr. Roberto Ruggiero.

 

 

 
 



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