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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 29/01/2012 12:36

 

 

De aquel rincón bañado por los fulgores
Del sol que nuestro cielo triunfante llena;
De la florida tierra donde entre flores
Se deslizó mi infancia dulce y serena;
Envuelto en los recuerdo de mi pasado,
Borroso cual lo lejos del horizonte,
Guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
Del sembrador más raro que hubo en el monte.
 
                Aún no sé si era sabio, loco o prudente
                Aquel hombre que humilde traje vestía;
                Sólo sé que al mirarle, toda la gente
                Con profundo respeto se descubría.
                Y es que acaso su gesto severo y noble
                A todos asombraba por lo arrogante:
                Hasta los leñadores mirando al roble
                Sienten las majestades de lo arrogante;
 
Una tarde de otoño subí a la sierra
Y al Sembrador, sembrando, miré risueño:
Desde que existen hombres sobre al tierra
Nunca se ha trabajado con tanto empeño;
 
                Quise saber, curioso, lo que el demente
                Sembrador hacía en la montaña sola y bravía;
                El infeliz oyóme benignamente
                Y me dijo con honda melancolía
 
Siembro robles y pinos y socimoros;
Quiero llenar de frondas esta ladera
Quiero que otros disfruten de los tesoros
Que darán estas plantas cuando yo muera.
 
                Por qué tantos afanes en la jornada
                Sin buscar recompensa? – dije. Y el loco
                Murmuró con las manos sobre la azada:
                Acaso tú imaginas que me equivoco;
                Acaso por ser niño, te asombre mucho
                El soberano impulso que mi alma enciende
                Por los que no trabajan, trabajo y lucho
                Si el mundo no lo sabe, Dios me comprende!
 
Hoy es el egoísmo torpe maestro
A quien rendimos cultos de varios modos:
Si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro de cada día
Nunca el cielo pedimos pan para otros!
 
                En la propia miseria los ojos fijos,
                Buscamos las riquezas que nos convienen
                Y todo lo arrastramos por nuestros hijos.
                Es que los demás padres hijos no tienen?...
 
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
Y, en las guerras brutales con sed de robo,
Hay siempre un fratricida dentro del hombre,
Y el hombre para el hombre siempre es un lobo.
 
                Por eso cuando al mundo, triste contemplo
                Yo me afano y me impongo ruda tarea.
                Y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
                Aunque pobre y humilde parezca y sea.
 
Hay que luchar por los que no luchan!
Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
Fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
Brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
Lo mismo en la montaña que en la llanura;
Y hay que vivir la vida sembrando amores,
Con la vista y el alma siempre en la altura.
 
                Dijo el loco, y con noble melancolía
                Por las breñas del monte siguió trepando
                Hay que vivir sembrando! Siempre sembrando!
                Y al perderse en las sombras, aún repetía...
                Siempre sembrando.

 

          

 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: eledendo Enviado: 11/02/2012 21:06

 

 
... espléndida historia, Joan; evidentemente, intentar ser mejor y servir a los demás puede hacerse de muchas maneras, y el protagonista de tu historia lo hacía en diferido, pero lo hacía y como sabía; buena lección; mis saludos; Orión


 
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