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FRANCISCO NIETO V.: MI DIAGRAMA
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De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 07/06/2012 19:10

 

MI DIAGRAMA 

 Con este artículo trataré de explicar lo que representa el diagrama adjunto, lo que nos
 servirá para aclarar muchas otras explicaciones dadas en otros artículos y conferencias.

Dado que en la mayoría de los artículos esotéricos que tengo escritos en mis blogs hablan
de los mundos en los que estamos evolucionando, de los planos por los que pasamos después
de la muerte y de los diferentes cuerpos que utiliza el Ego en cada renacimiento, he diseñado este
 diagrama para que los lectores de mis artículos puedan comprender mucho mejor lo que digo
 en los mismos. Por consiguiente, a continuación explico brevemente lo que representa
este diagrama desde diferentes puntos de vista.
El esquema evolutivo donde la humanidad actual está desarrollando sus poderes latentes
 espirituales en dinámicos, consta de siete mundos. Comenzando por el superior, el más sutil
 en su “materia” y el más alejado de nuestro estado de conciencia está el Mundo de Dios del que
 nada se puede decir excepto que desde ahí planifica sus creaciones y manifestaciones con
 sus correspondientes mundos y oleadas de Espíritus virginales para que se conviertan en
 dioses a imagen y semejanza a Él.
Cuando Dios diferencia de Él mismo a los Espíritus, Sus hijos, es decir, nuestro Espíritu, lo hace
en el Mundo de los Espíritus Virginales que es el primer mundo de materia algo diferente al suyo propio
 donde se manifestó una vez elegida cierta porción del espacio. Estos Espíritus tienen conciencia
divina y todas las posibilidades de su creador pero no tienen la conciencia como individuos
separados, como un Yo. Es conveniente recordar dos cosas, la primera es que Dios en su
 manifestación o creación lleva consigo una serie de Jerarquías Creadoras de elevadísimo
 desarrollo espiritual fruto de anteriores creaciones, y segundo, que los mundos no están
separados sino que se compenetran entre sí dado que la “materia” de cada uno de ellos
 es más sutil desde el Mundo de Dios hasta el nuestro. Estos mundos no solo son de diferente
grado de densidad como ocurre en nuestro mundo con el sólido, líquido y gaseoso, sino
que también son estados de conciencia y de distinta vibración. Como ejemplo pero en
nuestro propio mundo y a muchísima menor escala, compárese las vibraciones del sonido
con las del calor y verán la diferencia, por tanto ¿cuál puede ser la diferencia entre las
vibraciones entre mundos? Si es grandísima la diferencia entre el estado de conciencia
 de una célula y el hombre ¿Cuánto no va a ser entre Dios y nosotros o entre Su mundo y el nuestro?
Como los Espíritus deben descender para experimentar y para desarrollar sus
virtudes latentes a la vez que adquieren los diferentes vehículos y estados de conciencia,
 los mundos se van formando o diferenciando del más sutil a otro más denso, según sean las
 necesidades de nuevas condiciones para que se produzcan dicha evolución
de los Espíritus Virginales.
Al igual que Dios se manifiesta dentro de Sí Mismo creando diferentes grados de
 materia y, al igual que en nuestro cuerpo hay materia sólida, líquida, gaseosa, células,
moléculas, átomos, protones, neutrones, éteres y otras partículas que aún no se han
 descubierto, también es Espíritu Virginal se manifiesta como tres Aspectos o poderes y
 en tres diferentes mundos; estos son: Mundo del Espíritu Divino, Mundo del Espíritu de
Vida y Mundo del Pensamiento. El Espíritu siempre está en su propio mundo pero se
vale (con la ayuda de las Jerarquías Creadoras) de sus tres poderes para crear los diferentes
cuerpos que harán que nazca el Ego, esa Alma fruto de lo experimentado en los mundos
 inferiores que recoge el fruto de cada vida para que así y en su momento, nuestra
conciencia se pueda unir a ella.
En la región superior del Mundo del Pensamiento se centra el Tercer Aspecto del Espíritu, el
Espíritu Humano, y es en estas mismas regiones donde “nace” el Ego o Yo superior, el
pensador y recopilador de la quintaesencia de las experiencias de todos los cuerpos del
hombre en todos sus renacimientos. Por lo general, el hombre pierde la conciencia en
 estas regiones después de abandonar sus cuerpos después de lo que llamamos muerte.
Pero también es aquí donde se reconforta y prepara para un nuevo renacimiento después
de haber disfrutado durante siglos del cielo. Cuando el hilo de vida que parte del Espíritu
 para descender a la tierra y evolucionar a través de la forma, adquiere cierto grado de
conciencia (similar a los animales domésticos actuales) es cuando le facilitan lo que
conocemos como mente y es entonces cuando decimos que nace el Ego, el cual comienza
a utilizarla y a desarrollarla como ocurrió en la prehistoria. Desde entonces y hasta
 ahora hemos alcanzado el grado actual de desarrollo gracias a la mente y a que ese
mismo desarrollo ha permitido manifestarse a la voluntad que nos fue dada como
germen por Dios. Este Ego apenas puede manifestarse puesto que el hombre no ha
evolucionado lo suficiente, pero según espiritualicemos el carácter, según desarrollemos
y utilicemos la buena voluntad, y según vayamos elevando nuestra conciencia hacia
 los mundos superiores, el hombre se irá integrando en la conciencia del Ego, el
cual, a su vez, está integrándose en la conciencia del Espíritu.
En las cuatro regiones inferiores del Mundo del Pensamiento se encuentra la materia
 mental de la cual formamos nuestra mente concreta, es decir, la mente que utilizamos
 normalmente para pensar y que utiliza el Ego para controlar sus cuerpos y para
 manifestarse como voluntad, conciencia, inspiración o profecía. Por este motivo
se dice que, actualmente, la mayoría de la humanidad no puede ascender más allá de
estas regiones. Así es que el Ego, a través de la mente creadora de pensamientos, crea
 formas mentales que, al descender al Mundo de Deseos se acompañan de un
sentimiento, deseo o emoción para, por último, manifestarlas materialmente; así ha creado
 el hombre todo lo que vemos a nuestro alrededor. El hombre capta la idea de las regiones
 superiores del Mundo del Pensamiento, crea una forma mental porque tiene un deseo
o sentimiento, la vitaliza y, por último, la crea físicamente; esa es la manera en que el
 Ego utiliza sus vehículos para manifestarse y experimentar en la tierra y en cada renacimiento.
Pero por debajo del Mundo del Pensamiento está el de Deseos y, por tanto y como
 ocurre con todos los demás mundos, de ahí obtenemos la materia para formar nuestros
 cuerpo, en este caso el de deseos. Los minerales solo tienen cuerpo físico, los vegetales
 tienen cuerpo físico y vital (etérico) los animales tienen esos mismos y otro de deseos
de donde proceden sus sentimientos y deseos, pero no tienen mente como nosotros.
Sin embargo, el hombre se dejaba dominar totalmente por el cuerpo de deseos en la
prehistoria, por eso éramos como animales pero, desde entonces y hasta ahora hemos
 desarrollado la mente y la voluntad unos grados, lo que nos permite ser más humanos.
En las regiones superiores del Mundo de Deseos está lo que conocemos como el Cielo,
es decir, donde recibimos el beneficio y disfrute de nuestras buenas obras después de la
muerte. En las regiones inferiores está lo que para la mayoría de la humanidad es el
Purgatorio, o sea, donde recibimos el sufrimiento que hemos causado a los demás pero
 que nos servirá para aumentar nuestra conciencia y para que no volvamos a caer en los
mismos errores. De esto podemos deducir que, dependiendo de cómo seamos así
 tendremos más o menos materia de las regiones superiores o de las inferiores. Y así
 mismo, según la materia que tengamos en nuestro cuerpo de deseos perteneciente al
cielo o al Purgatorio así tendremos que estar más o menos tiempo en esas regiones
después de abandonar el cuerpo físico.
Si hace miles de años nos dejábamos dominar por el aspecto animal (regiones inferiores
 de este mundo) del cuerpo de deseos para luego no pasar de la primera o segunda
 región inferior, hoy, gracias al desarrollo obtenido, algunos casi no están en el Purgatorio
 y pasan directamente al Cielo. Sin embargo, como aún nos queda mucho por evolucionar,
diré que la meta más próxima es espiritualizarnos hasta el punto de pasar directamente al
Cielo y así no tener que renacer. Claro que para eso tenemos que dominar el cuerpo de
 deseos por medio de la razón y de la voluntad, es decir, que debemos hacer que nuestro
cuerpo de deseos sea nuestro servidor y no lo contrario para no caer en los deseos
materiales, placeres, pasiones, etc.
Por último y como mundo más denso está el físico, el cual se divide en dos regiones, éstas
 son: La etérica que comprende los cuatro subplanos superiores, y la física que son los tres
 inferiores. La región etérica es la que, con su materia etérica, da forma (crea un molde
 etérico) a todo lo que el hombre piensa se cree físicamente o no. Cuando creamos un
 pensamiento atrae materia de deseos de la región que corresponda según sea su naturaleza
y, por último, si es un deseo de crear algo físicamente el molde etérico servirá para que
 se agreguen los átomos físicos. Si el pensamiento es sobre algo que vemos y que nos
causa un sentimiento de tristeza, atraerá materia de deseos del Mundo de Deseos y se
vitalizará en las regiones etéricas para quedar flotando; si nuestros pensamientos
 van dirigidos de una forma voluntaria a determinada persona, le llegarán y le afectarán
para bien o para mal; si nuestros ojos ven una escena harán que se cree un sentimiento,
deseo o emoción en el cuerpo de deseos y, a continuación y como respuesta, crearemos
un pensamiento de acuerdo a lo que vemos.
Estas regiones etéricas sirven para crear moldes para las formas físicas, sirven para vitalizar
 las formas de pensamientos, para mantener vivo el cuerpo físico por medio del cuerpo
etérico, y para el funcionamiento de los sentidos y del organismo entre otras cosas. De la
región física no es necesario decir mucho más, aquí se da forma física a los moldes
 etéricos de todo lo que hemos creado físicamente, es decir, para que el cuerpo de un
niño se forme tiene que haber un molde etérico en el vientre de la madre, si no
 es así, no habrá cuerpo físico.
Así es que, como podemos ver, cuando decimos que morimos lo que hacemos es que
abandonamos el cuerpo físico en la región física; vamos y nos llevamos la película con
 las experiencias de nuestra vida a la región etérica; volvemos a ver y a vivir el aspecto
negativo de nuestra vida en el Purgatorio; algo similar volvemos a hacer en el Cielo del
Mundo de Deseos; y una vez olvidada la vida pasada y la personalidad, pasamos
a las regiones inferiores del Mundo del Pensamiento para disfrutar más aún y colaborar
con el desarrollo futuro de la humanidad de diferentes formas. Así muere el hombre para
integrarse la esencia de su vida en el Ego, el cual se fortalece para poder manifestarse con
 más poder en la próxima vida y estrechar el lazo de unión con el Triple Espíritu.
Algún día no necesitaremos renacer y nuestra conciencia de hombre desaparecerá para ser
el verdadero Yo superior o Ego; a partir de ahí comenzará la etapa que nos llevará a
integrarnos en nuestro propio Espíritu. Por último y cuando hayamos desarrollado los
poderes del Espíritu, nos integraremos en Dios y seremos a imagen y semejanza suya
 pero con conciencia individual; entonces seremos creadores y nos manifestaremos como
 lo hace Él. Ahora nos estamos haciendo maestros en el manejo y utilización de la materia
 física, en un futuro haremos lo mismo con la materia etérica y daremos vida a las formas
 físicas, más adelante (por supuesto sin cuerpo físico) manejaremos la materia del Mundo
de Deseos y crearemos cuerpos de deseos para las formas con vida, y así sucesivamente
 hasta llegar a ser dioses creadores de cosas inimaginables ahora para nosotros.
Dice un axioma hermético que como es arriba es abajo, piensen en lo que somos desde
 la conciencia hasta el cuerpo físico con su infinidad de vidas microscópicas y
 verán algunas analogías con todo lo que hemos comentado.
 

 

 

 

 

 
 





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