REFLEXIÓN VIERNES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2015
“La blanda respuesta quita la ira, más la palabra áspera hace subir el enojo.” Proverbios 15:1.
¿Quién no ha llegado a experimentar un enojo? La biblia dice: “Airaos pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo” Efesios 4:26. En esos momentos de acaloramiento verbal ¿Qué palabras salen de su boca? ¿Es tan prudente y sabio para cerrar su boca y permanecer callado? ¿Es tardo en airarse? ó ¿Es como un fósforo que con cualquier chispita se enciende?.
Se ha llegado a preguntar ¿cómo podemos dar un mejor uso a nuestra lengua? Definitivamente cuando se presenta alguna discusión, se requiere de una palabra blanda para calmar el enojo. Esta palabra suave y bien pensada, actúa como un extintor: -Apaga el fuego.- No así, la palabra áspera e hiriente que lo único que logra es avivar la llama y prolongar la contienda verbal.
¿Cómo son tus palabras? ¿Hay en ellas bondad y sabiduría? Si no queremos pasar por la vergüenza de tener que pedir perdón por las hirientes palabras que decimos, en un momento de ira, debemos aplicar a diario estos cuatro consejitos: Dar siempre una respuesta amable. Pensar antes de hablar, Hablar palabras que edifiquen y Hablar palabras saturadas de amor y misericordia. Nunca debemos olvidar que el Señor es Omnisciente y omnipresente y que “En todo lugar están los ojos del SEÑOR, observando a los malos y a los buenos.” Proverbios 15:3 y que no hay nada en la creación, que esté oculto a Dios.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial: Nada escapa a tu mirada, tus ojos contemplan la tierra y nada que diga ó haga escapará de ti. Enséñame a andar sabiamente con todos los que me ven y me escuchan, que mi conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, sabiendo cómo responder y como actuar en cada situación de mi vida. Enséñame a ser pronto para oír, tardo para hablar y tardo para la ira. Enséñame a retener mis palabras y pon en mí un espíritu sereno, poderoso y glorioso nombre de mi señor Jesucristo.” Amén y Amén.
-Feliz fin de Semana-
ARBEY SERNA ORTIZ