Hace unas semanas atrás, después de una tormenta con fuertes vientos, vimos caer el nido que una parejita de zorzales que estuvieron construyendo por meses en uno de los árboles de nuestro jardín.  Ver el nido en el suelo nos generó exclamar: “pobrecitos”. Después pensamos en ayudarlos y volver a subirle el nido al árbol, pero seguramente no lo hubiesen aceptado. Comenzamos a ver lo que hacían los pájaros: ellos se pusieron a cantar y a construir un nuevo nido.

 

Hace días atrás en un accidente casero, me caí y se quebró mi cadera. Claro que tengo dolor y mucho, entonces me acordé de los zorzales que en el medio del dolor de su nido caído, de haber perdido el esfuerzo de meses de trabajo, la que era su casa, el lugar donde sus polluelos nacerían, frente a ese dolor enfrentaron el sufrimiento con actitudes positivas, y seguían cantando y trabajando en un nuevo proyecto de vida.

 

Hoy puedo contarles que se puede separar el “dolor” del “sufrimiento”. No podemos evitar el “dolor”, pero podemos evitar el “sufrimiento”. Sufrir nos lleva a tomar actitudes negativas como la angustia, la amargura, la congoja, la depresión. Comenzamos a tener pensamientos destructivos que exacerban los problemas. Varias personas muy queridas, al enterarse de mi caída comenzaron a llorar, a preocuparse, a angustiarse. Ellas estaban sufriendo sin tener dolor y eso a mí no me ayudaba en nada.

 

La diferencia entre “dolor” y “sufrimiento” es la elección que todos tenemos para encarar los problemas y poder seguir en el medio de las circunstancias aparentemente negativas. Yo no puedo evitar que me duela la cadera quebrada pero puedo elegir no sufrir, y declarar que este tiempo es maravilloso para tomarme vacaciones, para pensar y programar el futuro, para imaginar nuevos proyectos y encontrar una nueva forma de levantarme.

  

Cuántos proyectos se te cayeron? Cuántas relaciones te defraudaron?  Recuerda: separar el “dolor” del “sufrimiento” te colocará en inmejorables condiciones de continuar edificando el futuro que es allí donde vivirás el resto de tus días.

 

 

Elias Bajer  (elias @ businessandswing.com)