MIRA CON OJOS DE BENDICIÓN

Isaí mandó a buscarlo,[a David ] y se lo trajeron. Era buen mozo, trigueño y de buena presencia. El Señor le dijo a Samuel: "Éste es; levántate y úngelo." Samuel tomó el cuerno de aceite y ungió al joven en presencia de sus hermanos. Entonces el Espíritu del Señor vino con poder sobre David, y desde ese día estuvo con él.

—1 Samuel 16:12–13

Cuando Samuel fue hacia David, vertió el aceite de la unción sobre su cabeza para indicar que él sería el próximo rey de Israel. Fue muchos años antes de que David llevara realmente la corona, pero desde el momento en que fue ungido, ya fue el rey a los ojos de Dios. Cosas buenas comenzaron a sucederle casi de inmediato porque empezó a mirar el mundo con ojos de bendición en lugar de mirar con ojos de fracaso. Cuando venció al oso y al león, supo que podía vencer gigantes. Y así como él tomó autoridad y superó todo lo que amenazara su ascenso al trono, tú debes tomar autoridad y vencer todo lo que pone en peligro tu ascenso a la esfera del éxito y la prosperidad.

Decreto y declaro que estoy ungido para mi misión. Ningún arma forjada contra mí prosperará. Aunque no he alcanzado mi tierra prometida, decreto que andaré en la plenitud de todo lo que Dios me ha prometido porque su Palabra no volverá vacía. En el nombre de Jesús, amén.