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General: ¿POR QUÉ TENEMOS MIEDO?
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 15/09/2016 13:28

Esta mañana me llegó la versión digital de la revista "San Pablo", que envía semanalmente la editorial católica del mismo nombre. Leí con atención dos artículos, y les comparto uno de ellos porque me ayudó con mi devocional. 

Cuando escuchamos este llamado de alerta del Papa, constatamos que la realidad no es menos cierta, ya que todavía hay pastores que ponen su confianza más en las “alcancías parroquiales” que en la pastoral de la generosidad o en la sana providencia. “¿Buscamos tal vez el apoyo de los que tienen poder en este mundo? O ¿nos dejamos engañar por el orgullo que pretende gratificaciones y reconocimientos?”.

En los primeros siglos de la Iglesia primitiva, cuando Nerón inicia la persecución del los cristianos, siembra una gran estela de “temor” e “incertidumbre”. Durante el reinado de Herodes se da muerte a Santiago y luego se encarcela a Pedro. Pero, como indica los Hechos de los Apóstoles, a este último lo liberó un ángel mientras estaba prisionero: “Pedro se da cuenta de que el Señor lo ‘ha librado de las manos de Herodes’; este se percata de que Dios está con él porque lo ha liberado de las cadenas.

Sí, el Señor nos libera de todo miedo y de todas las cadenas, de manera que podamos ser verdaderamente libres”. Entonces, ¿por qué tenemos miedo? Y, si lo tenemos, ¿qué refugios buscamos en nuestra vida pastoral para estar seguros? Sí, verdaderamente, creemos que los apóstoles se abandonaron en las manos de Dios, a semejanza del apóstol Pablo, quien en sus cuatro viajes de misión, sin asegurar traslados, ropa, comidas, honores o reconocimientos, se embarcó por Asia menor, Grecia y tantos otros lugares sin tener la seguridad de que regresaría a Antioquía o a la misma Jerusalén. Para quienes esperan seguridades de cualquier cosa menos de Dios, la confianza en él puede ser un refugio más confiable: ella disipa todo temor y nos hace libres de toda esclavitud y tentación mundana”.

En el caso de Pedro, basta recordar la herida de aquella decepción causada a su Señor en la noche de la traición: “¿Me amas?”. Es la pregunta que Jesús, constantemente, hace a todo cristiano. Seamos como Pedro. Él no confía en sí mismo ni en sus propias fuerzas, sino en Jesús y en su divina misericordia: “Señor, tú conoces todo; tú sabes que te quiero”. Es aquí donde desaparecen el miedo y la pusilanimidad. Pedro experimenta que la fidelidad de Dios es más grande que nuestras infidelidades y más fuerte que nuestras negaciones.

Así, esta pregunta también interpela a los pastores de hoy: “¿Me amas?”. Y la única vía para responder a esa pregunta es “fiarse de él, ya que ‘sabe todo’ de cada uno, no confiando en nuestra capacidad de serle fieles a él, sino en su fidelidad inquebrantable”. Hoy, Jesús diría a muchos cristianos tibios: “No pierdas tiempo en preguntas o chismes inútiles; no te entretengas en lo secundario, sino mira lo esencial y sígueme...”. Sin duda que hoy el Señor tiene a muchos seguidores, pero a pocos “enamorados” de su persona.



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Atlacath Enviado: 16/09/2016 03:14
GRACIAS POR COMPARTIR .
SALUDOS DE 
ATLACATH.


 
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