El adulterio es una
acción destructora que causa mucho daño al alma del adúltero(a).
Hoy en día hay una epidemia de adulterios en nuestra sociedad contemporánea.
Las causas más comunes son:
La Inconformidad. Cuando alguno de los miembros del matrimonio
se siente inconforme y no sabe expresarlo, eso puede conducir a un enfriamiento
paulatino de la relación que abre la posibilidad de que otra persona intervenga
y comience a suplir esa necesidad. Si no se sabe controlar la situación, la
posibilidad de adulterio es muy alta.
La rutina es una actitud de desgano que ignora la necesidad de
mantener viva la relación con acciones pro-activas para el matrimonio. Es
lamentablemente muy fácil caer en la rutina por causa del excesivo trabajo, de
las múltiples obligaciones y el no saber cómo organizar bien el tiempo. La
rutina enfría el amor y abre espacio para una relación de adulterio.
La intolerancia es una actitud que definitivamente va
destruyendo una relación. Cuando uno de los cónyuges mantiene una actitud
intolerante de manera muy frecuente, va minando las energías de su pareja y
esta generalmente opta por quedarse callado(a) y se separa emocionalmente. Si
conoce a alguien que le trata con amabilidad y cortesía, es muy probable que se
sienta atraído(a) a esa persona.
El egoísmo y el orgullo son también actitudes que lesionan
fuertemente las relaciones. Si uno de los miembros o los dos, tienden a pensar
más en sus necesidades y gustos sin tomar en cuenta las del cónyuge. Estas
actitudes generan discusiones y frecuentemente ofensas mutuas que lastiman
mucho las relaciones. Si aparece otra persona con un trato diferente, entonces
la posibilidad de adulterio se asoma.
La debilidad espiritual de las personas hace que no tengan la
fuerza para evitar las tentaciones del adulterio y entonces se dejan llevar por
la emoción del buen trato y la amabilidad de otra persona, al punto que les
hace pensar que con esa persona si podrían llevarse mucho mejor que con su
pareja. En realidad, en la mayoría de los casos no sucede eso, pero en el
proceso, se destruyen una o varias familias.
Al que comete adulterio le falta sensatez; el que tal hace
corrompe su alma Prov. 6:32. La práctica del adulterio corrompe el alma de las
personas y las vuelve insensatas e incapacitadas para hacer feliz a una familia
y protegerla debidamente.
Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos
pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios Mc 7:21. De
las motivaciones internas del corazón salen los malos pensamientos. Por esta
razón debemos llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a la palabra de
Dios, para que esta prevalezca y nos libre de toda tentación.
Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lujuria. Gal 5:19. El adulterio es una manifestación
de nuestra naturaleza humana pecaminosa, que solo se puede combatir con
crecimiento espiritual.
Si tu matrimonio está en riesgo de adulterio, busca ayuda de
inmediato con un Pastor o un Ministro especializados en matrimonios. No dejes
pasar el tiempo. La atención al matrimonio es de prioridad máxima.
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te
ha dado. CUÍDALO!
Luis y Hannia Fernandez
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