La increíble historia del Pobre Monje Pierre Amón

La máquina obedece al hombre, pero éste aún no sabe aún bien utilizar aquellas posibilidades que le da la Inteligencia artificial , pero, más prodigiosas aún que las poderosas  Computadoras , está la mente que creó estas computadoras u ordenadores , y es que la mente humana está provista de una poderosa Maquina de procesar información y que esta ubicada en  su subconsciente psíquico, pero el cual obviamente aun no es dominado por el ser humano.

 

Existe una tradición monástica esta la tesis de nuestros extraños  poderes aun dormidos . En un convento de monjes Grandmont  en el año 1657 de nuestra era , se dice en la tradición , que , el padre Pierre  Amón rezaba, meditaba, y por una renuncia total a su baja naturaleza , intentaba alcanzar las cimas de la perfección en Dios.

 

Pero su humildad profunda le hacía dudar cruelmente de la excelencia  de sus sentimientos, de su piedad, y, si se le hubiera preguntado quién era el ser más indigno de la creación, con una extrema sinceridad, habría respondido que él mismo. Devorado por ese complejo, el padre Amón fue una mañana a encontrar al padre superior y se atrevió a expresarle un deseo. -Yo no soy digno de ir a cantar a la capilla con mis hermanos, mi voz es bronca, desafinada, y no puede ser agradable al Señor. Por piedad, nombrarme para el puesto de hermano portero, y aun será hacer demasiado honor a mis capacidades. El padre superior se mostró muy sorprendido de aquel deseo de un monje al que todos amaban y tenían en alta consideración, pero le dio el puesto de portero.

Un mes más tarde, el padre Amón solicitó otro empleo:

 

Creí dijo el monje Amón  que seria capaz de abrir y cerrar las puertas, pero mi oído es un poco sordo y a veces no oigo la campana. Por favor, quisiera ir a labrar el jardín, a transportar el estiércol; ¡Dios quiera que cumpla convenientemente mi tarea. Su petición fue atendida, pero el padre Amón volvió varias veces a la carga, solicitando cortar la madera en la leñera, hacer de zapatero, de peón... en resumen, acabó por ser enviado al bosque cercano al monasterio de Grandmont en busqueda de algunas ramas y leños para encender el fuego de la cocina, y así pasaron 4 años .

 

 Y así se dedicó por todos esos años  para recoger haces de leña y llevarlos al convento sobre su espalda, deteniéndose en el camino, en las horas consagradas, para rogar y alabar al Todopoderoso. No obstante, cada vez más humilde y consciente de su inferioridad, el bravo monje desesperaba de ser amado por el Cielo y de hacerle honor. Se confió, pues, al padre superior:

 

No tengo la edad ventajosa para seguir trayendo leña , no tengo  la voz dulce para cantar a Dios; lo decía todo mientras mantenía  la mirada serena, Quien me ve siente gran piedad hacia los servidores de Dios a juzgar por mi aspecto miserable. Cuando doy a un pobre, mi óbolo no le aporta mucho, y cuando cuido a un enfermo, no siempre consigo conservar su vida. Mi buen padre superior, autorizadme a hacer la peregrinación a la Ciudad Santa a fin de rogar a la Santísima Madre de Dios que defienda mi causa tan culpable cerca de su Hijo bien amado. Su petición fue, y una vez más, atendida, y el padre Amón, llevando como todo equipaje un bastón de peregrino, emprendió el largo camino que conduce de Francia a Jerusalén.

 

Algún tiempo después, tuvo que atravesar un gran desierto próximo al monte Sinaí , pero tuvo la suerte de encontrar a dos monjes benedictinos , quienes aceptaron gustosamente viajar en su compañía. El Padre Pierre Amón se presentó simplemente como el Hermano Pierre , y no dijo más , mantenía silencio y oración. Pero, Una noche, llegaron cansados a una cabaña de adobe en donde decidieron pasar la noche.

 

La jornada había sido penosa, calurosa y larga, y, para reanimar sus fuerzas, tenían media cantimplora de agua, pero ni un simple bocado de alimento sólido.

 Que no quede por eso – dijo uno de los monjes benedictinos – voy a recitar esta especial plegaria a la que siempre responde el Cielo.

 

Se retiró a un rincón de la cabaña, murmuró algunas palabras, y de pronto, milagrosamente, una gruesa hogaza de pan apareció en sus manos.

 

¡El hermano Amón, atónito, contemplaba la escena, admirando, si el poder de la oración misteriosa, pero también la fe del recitador! ¡Cuán amado debía ser del Cielo para obtener aquella gracia insigne...!

El monje Amón quedó impresionado , y no cabía en preguntar cuál era esa plegaria tan milagrosa.  

Al cumplirse la segunda etapa de atravesar el desierto, se reprodujo la misma escena milagrosa, como muy parecida a la de el maná que caída del Cielo: el otro monje benedictino se arrodillo a mitad del desierto , murmuró una plegaria, y la hogaza dorada salió de la nada.

El padre Amón alabó a Dios por aquel milagro, alabó a sus santos compañeros, alabó al Cielo entero, hizo su acto de contrición y comió buen pan de trigo, el mejor que jamás hubiera probado ya que su sabor era exquisito. Pero a la tercera noche, no pudo contenerse más, y suplico humildemente a sus santos compañeros de peregrinación  que le enseñaran la oración milagrosa, dirigida por supuesto a un bienaventurado todopoderoso ángel , o a la Santísima Virgen, cuando no al mismo Dios...

 

Uno de los monjes benedictinos dijo: hermano Pierre , A Dios no nos atrevemos a pedir tal milagro, ya que somos indignos  -dijeron los  monjes benedictinos; en cuanto a los bienaventurados ángeles , no pueden realizar tal milagro , y en cuanto a la Virgen Santísima tampoco; pero nosotros imploramos a un santo monje que corta haces de leña en el bosque cercano al Monasterio de Grandmont; es en verdad el hijo querido del Señor, ya que realiza todos los milagros que se le piden... Se llama el padre Amón...

El Hermano Pierre Amón, no dijo palabra , y se quedó sorprendido , pero no declaró el fuera ese Padre Amón del Monasterio de Grandmont.

Y los monjes benedictinos añadieron: gracias a la intersección del Padre Amón, no solamente se hace el milagro de aparecer panes  , muchos religiosos han curado enfermos ya  determinados como  incurables, e incluso gracias a él se han resucitado muertos y parado malas viruelas .

El poder interior del hombre, conocido en una remota antigüedad, se expresaba por la magia del verbo, de la plegaria o de la invocación.

 

Orar e invocar es hacer una llamada a la intercesión de un ente superior; sacar de sí mismo, y sin ayuda exterior, el poder creador de la materia, es mandar en lo Misterioso Desconocido. En realidad, parece que hay también participación de un principio superior que los creyentes y los empíricos identifican con Dios, o con el Demonio.

 

Rogar al padre Amón que haga aparecer un pan u otros tantos milagros , no constituye un sistema admisible para los racionalistas, que, mirándolo bien, serian menos hostiles a la creación directa por milagro personal. La tesis sostenida por la Judía Cábala primitiva se relacionaba con un poder  nacido del «Yo desconocido del hombre, con la obligatoria inter cesión de una entidad. El gran cabalista sefardita  Abraham ben Samuel Abulafia en sus notas personales inéditas, formuló el principio de esta ciencia que conocían ya los antiguos rosacrucianos .

Sus notas, que llevan el título de Libro de las Plegarias , fue par a inspiradas en el Libro todo poderoso del célebre monje, aunque esta parte de su obra se cree que fue destruida.

Dichas notas explicarían el Misterio Desconocido, en el caso del padre Amón, bajo una forma casi científica, que puede integrarse en la teoría de los universos paralelos de la física cuántica.

La Misteriosa Operación del Universo en constante creación.

Para legar a la materialización del pan, el fenómeno debe remontarse a la célula inicial y llevarla por el juego de la evolución hasta el estadio del grano de trigo.

 

Todo se realiza por el verbo que, analógicamente, desempeña el papel de pulsador en el trabajo de una computadora de inteligencia electrónica. Miles, millones de años desfilan en algunas fracciones de segundo, de la misma forma que millones de combinaciones se presentan en una computadora , como posibles eventualidades. En el universo increado-creado (o antiuniverso), todo está previsto, pero nada está determinado; es decir que todos los mundos, todas las soluciones, todos los desarrollos existen en forma de   millones de eventualidades  posibles en las que el libre albedrio efectúa una elección. El universo increado-creado corresponde, en nuestra cosmogénesis, al punto cero en el que un universo en contracción va a convertirse en un universo en expansión; es decir a un punto hipotético de universo de nada que contiene, sin embargo, todo el pasado y todo el futuro, todo lo ya creado convertido en nada y que va a volver a convertirse en creación . El universo increado-creado  y constantemente creado es, en suma, el tiempo presente, cuya existencia es teóricamente imposible. Del grano de trigo, la materialización se prosigue hacia las fases de campo de trigo, de cosecha, de molino de harina y de horno de panadero . Un universo de máquinas, de tiempo, de humanidad, es necesario para que se opere el desarrollo involutivo, y luego evolutivo, en una instantaneidad casi absoluta. Todo regresa al punto cero de increación después que se ha operado la creación útil: el pan . La energía-materia es tomada del padre Amón, quien participa inconscientemente en el fenómeno sin saber que es el generador de energía, la fábrica creadora -motriz de los sentimientos y los presados en flujo y reflujo.

 

La ley de conservación de la materia, enunciada por Lavoisier, «nada se pierde, nada se crea; todo se transforma, se mantiene a todo lo largo de la transacción.

Es indudable que los años de oración , meditación , introspección, y religiosidad intensa  del Padre Pierre Amón , operaron  en alguna parte de su cerebro una conexión con otras realidades (otros universos paralelos) , algo que las ciencia moderna aún ni sospecha.

En Logias Masónicas sucedes cosas paranormales con bastante frecuencia , algo que evidentemente no sale a la luz publica , y que jamás se sabrá de ello, y es evidente que opera la misma formula del padre Amón.

A la exploración de Dimensiones paralelas a la nuestra.

Analizando con más detalle el pensamiento formulado por el verbo desencadena un impulso energético que pasa a un mundo paralelo. El potencial de ese Otro Mundo se encuentra así provisto de un excedente intolerable que provocó  la materialización del pan , con la necesidad de expulsarlo en tanto que como  si se a nuestro mundo de  tres dimensiones, que lo aspira como si se tratara de un bolsillo y ávido de llenarse.

Hay pues, una doble transferencia de energía-materia, de un mundo a otro.

La trasferencias son instantáneas en el tiempo fisiológico: ¡una erupción, una irrupción, una creación, una expulsión!

La energía transmitida por el verbo es restituida en forma de pan materia.

 

El cerebro del hombre, por el juego de lo Misterioso Desconocido, es un generador poderoso que podría crear una montaña, aunque con peligro de su equilibrio físico y psíquico. Sin embargo, la transacción es benéfica cuando se basa en la ex pulsión inconsciente de los residuos psíquicos. Es a través de esto como el hombre se refina, se libera, se espiritualiza, pasando sus residuos a Otro Mundo, el cual proporciona a cambio una energía nueva y neutra.

Más allá de milagros , más allá de espíritus, ángeles y demonios, el milagro de la materialización es un hecho científico , pero lamentablemente aun no dominado.

Cuando entre masones suceden materializaciones , y cosas paranormales, siempre me pregunto: qué gran cantidad de energía ser requeriría para tal efecto paranormal de materialización , y ni  toda la energía de los grandes aceleradores de partículas podrían materializar estos objetos que suceden entre masones.

Los antiguos grimorios explican la contaminación del Otro Mundo por esta ósmosis.

 

Con los residuos psíquicos del mundo de tres dimensiones, el Más Allá procrea una humanidad de monstruos que los empíricos llaman: demonios, incubos, súcubos, genios, silfos, ninfas, gnomos, dobles de seres que viven o que han vivido en la Tierra.

 

El espiritismo es la ciencia de invocar a esos monstruos y de hacer los pasar del Más Allá a nuestro mundo por el tamiz del punto cero. El misterio de la Cábala, según los grandes cabalistas  ,era el secreto científico conocido por los magos, autores de la versión oral del Maasseh merkabad. Que consistía en solicitar, a través del verbo, una transacción entre dos mundos paralelos.

El Maaseh Merkabah (en español: las obras del carro) (en hebreo: מעשה מרכבה) es un texto místico judío de la época de los sabios Gueonim, que incluye una colección de himnos. La obra forma parte de la tradición de la Merkabá, el misticismo del carro celestial, y la literatura de los palacios celestiales (Hejalot).

El Libro Mágico cabalista  del Maaseh Merkabah precisa: ¡entre el Mundo y el Antimundo! La versión escrita de la Cábala no podía divulgar este secreto mágico y peligroso; lo tiene, así pues, cubierto con tantos velos, que deliberadamente al lecto  lo ha extraviado entre tantos laberintos, que sólo algunos iniciados pueden todavía recuperar el hilo conductor.

 

Pero ni siquiera los propios iniciados poseen el poder de las materializaciones a voluntad  y de la transacción entre los mundos paralelos, más que  el método empírico y sin conocer el mecanismo científico del fenómeno.

Alcoseri