|   El humo y el otroVicente  Herrera Márquez
 
 
 Ayer  cuando fumaba no podía distinguir… las cepas de la uva.
 En cambio desde  que deje el cigarro…
 tampoco las puedo distinguir.
 Pero sí puedo asegurar  que el vino y la comida…
 me saben ¡Muuuucho mejor!
 
 Ayer cuando fumaba  me cansaba
 al correr cien metros en el prado…
 y dos o tres en la  cama.
 Hoy mis músculos se solazan…
 aunque no llegue ni a ochenta en el  prado
 y apenas uno en la cama,
 porque mis poros transpiran
 destilado  de hombre y no sudor de tabaco
 
 Ayer cuando fumaba creía  que…
 cigarrillo y alcohol eran hermanos,
 y me convencí que si eran  complementos,
 a mi salud le haría mucho mejor.
 Pero el infarto me dijo que  uno era muy malo
 y el otro, con cuidado y esmero, era bastante  mejor.
 
 Hoy que ya no fumo mis pulmones agradecen
 el respirar con  mucha más libertad
 y mi paladar goza con el vino
 en la medida que  recomienda el doctor.
 Pero sí, paladar y pulmones, ya hartos,
 despotrican  contra el smog de ciudad.
 
 Con esto que digo bien se que…
 los  tabacaleros me van a maldecir.
 Pero espero que los viñateros…
 con cariño  me sepan bendecir.
 Y dejando modestia de lado,
 quiero que siempre me  recuerden,
 bautizando una cepa o un vino
 con mi nombre y mis dos  apellidos.
 Y hasta que muera me abastezcan…
 con la medida justa y  diaria…
 de buen Cabernet Sauvignon.
 
 
 
 
 
 Incluido en  libro: Todos los Vientos
 ©Derechos Reservados. Registrado  con el N ° 175330 en el Registro de Propiedad Intelectual, Republica de  Chile
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