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  El precio del soborno
   «¿Cómo se  reconoce a la persona iluminada?» -«Porque,  habiendo visto el mal como mal, la persona iluminada no puede hacerlo»,  dijo el Maestro. Y añadió:
 -«Tampoco  puede ser tentada. Si lo es, se trata de un impostor».
 Y contó la historia de un contrabandista que huyendo de  la policía, pidió a un monje con fama de santo que le escondiera la  mercancía, porque, dada su reputación, nadie sospecharía de él.
 El monje se irguió indignado y ordenó al tipo que  abandonara el monasterio al instante.
 -«¡Te  daré cien mil dólares por el favor!», le dijo el contrabandista.
 El monje dudó ligeramente antes de negarse.
 -«Doscientos mil ...»
 Pero  el monje volvió a rechazar la oferta.
 «¡  Quinientos mil! »
 Entonces el monje  esgrimió amenazante un grueso bastón y le gritó:
 « Marcha de aquí, ahora mismo, estás acercándote  demasiado a mi precio ».
 D/A   
 
 
 
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