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Bendito sea mi cuerpo
Siento agradecimiento por mi cuerpo y por la bendición de la vida.
Cuando no me siento en mi mejor forma física, decido orar y
visualizar que mi cuerpo está rodeado de una luz divina.
Con gratitud bendigo mis huesos, músculos, tendones y ligamentos,
los cuales me apoyan y me dan libertad de movimiento.
En silencio, bendigo los sistemas intrincados q
ue llevan a cabo los procesos de mi cuerpo bajo una guía divina.
Mi cuerpo está continuamente sanándose,
reparándose y renovándose de maneras asombrosas
gracias a la vida divina. Mi cuerpo es la creación de la idea
perfecta de Dios. Doy gracias por su salud y bienestar.
Mi cuerpo responde con energía y vitalidad cuando mantengo
en mi mente pensamientos de gratitud y bendigo todas sus funciones.


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