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¿Somos libres de creer lo que queramos?

Jesús ofrece una liberación completa a todo aquel que la acepta. La pagó cara, pues el precio fue darse a sí mismo en la cruz. Si lo desea, esta liberación puede ser suya.
La humanidad continúa en su espiral infernal como si Jesús no existiese, como si su resurrección, su señorío y su próxima venida fuesen pura imaginación.
Algunos dirán que cada uno es libre de creer lo que quiera. A lo mejor ahora mismo sí, pero el caso es que (y por eso nos dirigimos a usted con tanta insistencia) un día tendrá que ver las cosas como son. Para los que hayan rehusado creer mientras la gracia de Dios les era ofrecida, será demasiado tarde.
Tendrán que admitir la realidad cuando Jesucristo aparezca revestido de la autoridad de Juez soberano, cuando “todo ojo le verá” y a este mundo se le pida cuentas por haber despreciado a Dios y a su Hijo Jesucristo.
Tendrán que inclinarse una vez más cuando los muertos, resucitados para el juicio, comparezcan ante Su gran tribunal (Apocalipsis 20). Y por último tendrán que hacerlo en el infierno. Pero ahí, en ese terrible lugar, las almas lamentarán eternamente haber despreciado la gracia de Dios… esa misma gracia que precisamente hoy se le ofrece a usted.