Jesús dijo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Juan 6:47 |
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Creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos. Hechos 15:11 |
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¡El odre estaba vacío!
(Resumen de un pasaje de la Biblia) Agar, esclava egipcia maltratada por su señora y expulsada de la casa por su señor, huyó al desierto. Se fue sin recurso alguno, a excepción de un trozo de pan, un odre de agua y el hijo que ella había tenido con su señor. Vagó sin encontrar un refugio, y el agua del odre se agotó. Entonces al darse cuenta de que su hijo no tardaría en morir, lo dejó bajo un arbusto, se alejó un poco y dijo: “No veré cuando el muchacho muera” (Génesis 21:16). ¿Quién podría tener compasión de ella? ¿Quién podría socorrerla? Si alguien pasase por allí, ¿Tendría piedad de esta pobre mujer? Pero “los ojos del Señor contemplan toda la tierra” (2 Crónicas 16:9). Dios envió a un ángel, quien dijo a Agar: “No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho… Dios le abrió los ojos, y vio una fuente… y dio de beber al muchacho” (Génesis 21:17-19). ¡Cuánto nos parecemos a Agar! Hemos agotado el agua del odre (los recursos humanos) y no vemos la fuente inagotable que Dios ha preparado para nosotros. “El río de Dios (está) lleno de aguas” (Salmo 65:9). Basta con acercarse y beber. “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37). No permanezcamos en el desánimo, sedientos de paz y de felicidad. ¡Bebamos de esta agua que da la vida!
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