Eres cuerpo estrenándose a la vida, poco en tu haber, proyectos en demora. Lentamente se irá redondeando tu configuración, mientras se agolpan curvas y prominencias a tu aspecto, algunas que ya asoman. Qué lento va el tictac de tus relojes, que intentas madurar sin más demora. Desarrolle la vida su programa sin prisas, rellenándote las formas, inaugurando surcos, y floreciendo rosas, que sólo son proyectos todavía, mas ya casi al llegar, bajo la ropa. No pienses que tal vez pasen de largo por tu estación los trenes que ambicionas, ni instigues el corcel en que cabalgas, pues a destino tal, no se galopa. Todo a su tiempo cuajará en ti misma; casi sin percibirlo, se incorpora la mujer que serás a la muchacha de la que intentas escapar ansiosa. Tanto horizonte azul dirá tu nombre, y tantos, al llegar, verás en sombras. Mas algo siempre habrá que te ilumine, y eso valdrá por lágrima y congoja. No te apresures, bella adolescente; verso tras verso, sin saltar estrofas.
Francisco Álvarez
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