LATIDOS
Deja que mi pulso estalle justo
donde la sien pierde nombre,
quiera mi latido extender aroma
donde la sangre de la rosa corre.
Cierra la boca el alma
cuando el dolor adormece
aunque agite las aguas,
la corriente se sumerge.
No quiera la vida ser halcón,
tal vez, para volar, no sea dada,
si el pichón arriesga y salta,
¡ay pichón!,
sobrevive o derrama.
No quiera el pez pisar la arena,
salir del agua es gravoso,
se enrosca la cola sin impulso
ya ni miel ni beso culposo.
Cuando la lira conoce a la brisa
la piel se eriza y responde,
su rostro rosado en mí se mira
aunque cierre los ojos la noche.
Así sin saber se siente,
cobra la existencia auge,
no llora la vida si con la
rosa puede alcanzarte.
Claudia Ballester Grifo



.jpg)