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REDES: LOS SUEÑOS. UN TOQUE DE CREATIVIDAD, SOLO UNO.
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De: ESKARLATA  (Mensaje original) Enviado: 16/06/2009 14:40
Los sueños nos permiten ordenar y organizar los recuerdos, pero también abren un espacio para la creatividad y para el juego. Y cuando estamos despiertos, qué nos permite ser creativos? , La capacidad de absorber todo lo que llega del exterior, de dejar entrar los estímulos irrelevantes a su mundo, esa es una clave para la creatividad. Tal vez el cerebro de Einstein tiene otra de las claves.
 
El tacto es otra clave, pero en este caso para un buen desarrollo del bebe. El tacto implica una conversación en dos sentidos, pero ahora hemos perdido la capacidad de tocar. El tacto esta completamente subestimado. Los estudios cientificos con ciegos nos dan las respuestas.

Mark Lyhtgoe es un científico al que le interesaran las cosas que le interesan a todo el mundo. Difícil, ¿no?. Es director del Centro de Imagen Biomédica del University College of London. Además de su interés en la investigación de puntos tan candentes como el origen de la creatividad, está plenamente volcado en la colaboración entre científicos y artistas, ofreciendo un punto innovador al estudio de las neurociencias.

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Mark Lythgoe es Director del Centro de Imagen Biomédica del University College of London. Además de su interés en la investigación de puntos tan candentes como el origen de la creatividad, está plenamente volcado en la colaboración entre científicos y artistas, ofreciendo un punto innovador al estudio de las neurociencias.

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Eduard Punset:

Una vez, hablando con un neurólogo, un psicólogo, sobre los sueños, ¡me explicaba que el mecanismo que rige los sueños es mucho más sofisticado que el mecanismo del pensamiento consciente durante el día! Evidentemente, según él, por ejemplo, con los sueños... al soñar se destruyen las barreras del tiempo y del espacio y se puede hacer cualquier cosa, comparado con esa tarea tan sosa de pensar cada día [risas] de modo consciente.

Mark Lythgoe:

¡Veo que conoces mis pensamientos! Has estado leyendo la mente últimamente... tengo un montón de esos pensamientos conscientes tan sosos...

Eduard Punset:

Los tienes, ¿eh?… no… pero mi pregunta es la misma que le formulé a él y que no me respondió: si esto es así, ¿sería posible en el futuro, tal vez, soñar durante el día, mientras estamos despiertos, y pensar de un modo insípido y aburrido durante la noche?

Mark Lythgoe:

Bueno ante todo hay que decir que el tema de los sueños es increíblemente controvertido. Algunos creen que son importantes para nuestra existencia, para nuestro bienestar físico; pero otros están convencidos de que no tienen importancia, no contribuyen en absoluto a nuestra vida cotidiana. Yo pertenezco al bando cree que sí son importantes. Probablemente haya que

considerar un poco de historia para esto... muchas personas han hecho descubrimientos maravillosos gracias a los sueños, ¿sabes? Se han levantado a media noche, y se han puesto a hacer garabatos… ¡esto me ha pasado! He estado trabajando, concentrado en algo durante el día y de repente... ¡maravilla! Me levanto a media noche y [chasquea los dedos] ¡ya lo tengo! Algo parece surgir de la oscuridad, de las aguas turbias, y cristaliza ante tus ojos…

Eduard Punset:

En un descubrimiento.

Mark Lythgoe:

¡Como un descubrimiento! El anillo de benceno, la hermosa simetría del anillo de benceno, la tabla periódica… ¡pero no sólo los científicos! El Kubla Khan, el maravilloso poema sobre Kubla Khan, se transcribió tras un sueño. O sea que no sólo está relacionado con la ciencia, con los descubrimientos científicos, los sueños pueden ser increíblemente creativos. Creo que abren un espacio para la creatividad, ¡pero también un espacio para el juego! Me parece que es el único lugar al que se puede acudir para probar cosas que no se pueden hacer en el mundo real... De pequeño, siempre soñaba con peleas de espadas, sin parar.... son cosas que no se pueden hacer en el mundo real. Y los sueños te brindan la oportunidad de probar cosas. Poner a prueba una hipótesis física: ¿puedo hacer eso? ¿Funcionaría? ¿No funcionaría? Hay quien dice que nos permiten ordenar y organizar los recuerdos. Literalmente los repasan, y quizá por eso a veces soñamos con lo que ha pasado durante el día, porque estamos intentando decidir los temas importantes, los que queremos verificar. Eso es lo que

provoca la «poda» neuronal, pulimos y perfeccionamos todo aquello que queremos seguir haciendo.

Eduard Punset:

Muchos dicen que son como un espacio de aprendizaje. Un poco lo que decías... quizá son un lugar para aprender.

TCR: 00:53:59

Mark Lythgoe:

Eso creo. Me parece que es un concepto parecido, en cierto punto, al de la creatividad: se accede a un espacio muy concreto, y creo que hay que estar en un espacio determinado para ser creativo... soñar te permite acceder a ese espacio.

Bloque 2: Creatividad

Eduard Punset:

Otro de tus temas es la creatividad. Has hecho una contribución muy importante en ese campo. ¿Qué es exactamente la creatividad, y con qué se relaciona? Dicen que todos tenemos un cerebro diferente, que no hay dos cerebros iguales... pero algunos son más creativos que otros. ¿Por dónde empezamos?

Mark Lythgoe:

Bueno, la investigación que inicié se centró en un hombre muy interesante. Llegó a mí como consecuencia del trabajo que he estado haciendo con los artistas. Este hombre sufrió una apoplejía, ingresó en el hospital, en la UCI, y cuando despertó del coma en el que había estado sumido durante un par de días, le pidió a su mujer que le diera un bolígrafo y un papel. Se trata de un hombre que nunca antes había hecho nada artístico, ninguna escultura, ningún escrito: trabajaba en una obra. Pero le pidió un bolígrafo a su mujer y escribió una frase, y luego otra... ¡y la segunda frase rimaba con la primera! Escribió un poco más, ya tenía el verso de un poema... y empezó a escribir poesía sin parar: páginas y páginas de poesía. Cuando salió del hospital, le pidió a su mujer rotuladores y lápices de colores, y empezó a pintar murales increíbles, para cubrir sus paredes, en el comedor, el salón, la cocina... a media noche, se levantaba, cortaba la madera de una mesa para hacer una escultura... y estoy hablando de una persona que jamás había sido un artista.

Habló conmigo de ello, lo describía como burbujas que afloran a la superficie, burbujas a punto de estallar de creatividad. Sentía un impulso que nunca antes había sentido. Y que se manifestó a través del arte.

Eduard Punset:

Así que en este caso estaba vinculado con una patología…

Mark Lythgoe:

¡Con una parte del cerebro!

Eduard Punset:

Una parte del cerebro.

Mark Lythgoe:

Sí, una parte del cerebro que, tras la apoplejía, había muerto. ¡Y se volvió más creativo! Y no solamente un poco, sino profundamente creativo. Lo que creo que pasó es que tenemos dos circuitos en el cerebro: el excitador y el inhibidor, que intenta reprimirlo. Y me parece que las partes del cerebro que guían el proceso inhibidor se bloquearon, y afloró esa parte, como él decía…

Eduard Punset:

Tras la hemorragia...

Mark Lythgoe:

Tras la apoplejía. Y afloró esa parte a la superficie, perdió la inhibición. Por eso empezamos a estudiar la idea de la pérdida de inhibiciones, si eso podía hacer que alguien fuera más creativo. Y es una idea fantástica... mientras me escuchas, ahora, o si estás en un tren o un avión leyendo un libro, consigues concentrarte en lo que tienes delante, e ignoras todas las conversaciones que tienen lugar a tu alrededor. Harás caso omiso de

cualquier otro sonido a tu alrededor, porque estamos conversando, o porque estás leyendo tu libro. De esa manera filtras todos los estímulos irrelevantes.

Eduard Punset:

Y para eso, tenemos algo especial…

Mark Lythgoe:

Tenemos una parte especial del cerebro que nos permite centrarnos. Ese paciente había perdido la capacidad de centrarse en algo. ¡Lo que tenía era toda la información procedente del mundo a su alrededor! ¡Y algo tenía que hacer con eso! Debía crear algo artístico para ser capaz de sentirse entero... En mi opinión, las personas que son capaces de absorber todo lo que llega del exterior, de dejar entrar los estímulos irrelevantes a su mundo, son las personas más creativas, porque pueden recurrir a muchas ideas distintas del mundo que las rodea, a diferencia de ti y de mí, que quizá debamos ir a una galería de arte o ver una película para obtener más ideas. ¡Esta gente tiene un bombardeo de ideas procedente de todas partes!

Eduard Punset:

Los científicos también han estudiado el cerebro de Einstein, por ejemplo. Y han descubierto que en el lóbulo izquierdo había algunas anomalías estructurales, como quiera que se llamen... vamos, ¿se ha estudiado el tema y se han realizado experimentos que permitan afirmar de un modo científico que hay estructuras en el cerebro que hacen que una persona sea más creativa que el resto?

Mark Lythgoe:

¡Vaya, qué buena pregunta! ..…fue un momento tan increíble cuando finalmente llegué a ver el cerebro de Einstein, que por supuesto no se conserva en una sola pieza, sino en varias. Y realmente llegué a sostener el cerebro de Einstein en las manos: fue un día, muy, muy especial para mí. Es decir, ¡allá estaba el cerebro que había cambiado totalmente el mundo moderno! Eso era… y como alguien interesado en la neurociencia, cuando tienes un cerebro que es tan valioso, ¡te preguntas si ésa es la clave para comprender la creatividad y los genios!

Y tienes razón: hay ciertas cosas sobre el cerebro de Einstein que lo hacen especial. Lo que no sabemos es si esas características especiales convirtieron realmente a Einstein en el genio creativo que consideramos que fue hoy en día.

Bloque 3: Tacto

Eduard Punset:

Hablemos un poco de los sentidos, y de uno en particular, el tacto.

Mark Lythgoe:

De acuerdo.

Eduard Punset:

Siempre he creído, y al parecer estaba equivocado... antes de leerte creía que lo más importante era la vista. Somos primates visuales, y la vista realmente nos ha permitido percibir el universo. Pero tú dices que no, que desde que estamos en el útero materno, a las 12 semanas o así, ya nos gusta sentir que nos tocan, ¿no? ¿Hay pruebas de esto, de que el tacto es tan importante, más incluso que la vista, quizá?

Mark Lythgoe:

¡Es una buena pregunta! ¿Sabes? Es difícil imaginar, al ver el mundo y obtener tanta información de la vista, que pueda haber algo más importante que la vista. Pero podría ponerte un ejemplo, simplemente el de los ciegos, ¡que pueden tener una vida tan rica y maravillosa igual como una persona sin problemas de visión! Pero, por supuesto, experimentan el mundo a través del tacto...

Eduard Punset:

Mark, he oído… quizá me equivoque, pero he oído que un ciego recuperó la vista y empezó a ver todas estas imperfecciones, pero además no podía ver las cosas que no podía tocar. ¿Es cierto?

Mark Lythgoe:

Sí… De nuevo, es imposible imaginarlo desde nuestra perspectiva. ¿Sabes? Imagina que alguien ha sido ciego toda su vida, y de repente recupera la vista, y otra persona pone ante él un objeto redondo y un cubo, y le pregunta: ¿cuál de estos es el cubo? Mirará el objeto redondo, y el objeto cuadrado, ¡pero no podrá distinguirlos! Porque nunca antes ha visto ese objeto, y por supuesto su manera de verlo todo, su manera de obtener información del mundo, es a través del tacto. En cuanto palpe los objetos, sabrá cuál es cuadrado y cuál redondo, y a partir de ese momento lo recordará siempre. Pero lo sorprendente es pensar que si nunca antes has visto algo, ¡no puedes saberlo!

Eduard Punset:

Cuando nadie toca a un bebé, cuando nadie le acaricia, vosotros, los científicos, afirmáis que esa carencia puede perjudicar su vida posterior, la gestión de sus emociones. ¿Es cierto?

Mark Lythgoe:

Sí. ¡Eso es algo importante del tacto! Miramos el mundo, escuchamos el mundo para obtener información sobre él. Y yo podría tocarte para obtener información sobre tu temperatura o sobre cómo te sientes. Y así conocería el mundo. Pero el tacto es el único sentido con el que sucede algo más: el tacto implica una conversación en dos sentidos. Tú me das información, pero yo también te doy algo a cambio. Por eso decimos lo de: «a ver si nos mantenemos en contacto» cuando queremos conocer a alguien.

Eduard Punset:

Es verdad…

Mark Lythgoe:

El tacto es una manera de comunicarse. Tú me das algo, y yo te doy algo a ti: tú respondes a esa información. Y esto quedó demostrado en un estudio realizado hace varios años, con los huérfanos de la Revolución de Ceaucescu. Por aquel entonces había muchos niños en orfanatos, decenas de miles, los orfanatos estaban repletos de niños. Y como había tantos, era muy difícil que quienes los cuidaban pudieran tocarlos diariamente...

Y el estudio demostró que los bebés y los niños muy pequeños a quienes nadie había tocado empezaron a padecer retrasos del crecimiento o del desarrollo. Cuando se les hizo un seguimiento, tenían problemas físicos o mentales…

Eduard Punset:

Vaya...

Mark Lythgoe:

E incluso hubo algunos casos en los que los bebés perecieron... fallecieron, aparentemente, a causa de las carencias de tacto.

Eduard Punset:

Y no lo sabíamos.

Mark Lythgoe:

¡No! Parece algo tan obvio… como somos una cultura tan visual, como nuestra cultura es así, hemos perdido la capacidad de tocar. ¡No recurrimos al tacto tanto como deberíamos! Casi nunca lo hacemos. ¡Los ingleses son

lo peor! ¡Ir hacia alguien con los brazos abiertos y darle un gran abrazo es algo que jamás pasaría aquí! Nos intimida demasiado. Sin embargo, toda mi filosofía sobre cómo tocar a las personas y cómo relacionarse con los demás ha cambiado tras conocer las investigaciones sobre el tacto. Está totalmente subestimado.

Bloque 4: Sentidos

Eduard Punset:

¿Hay algún otro sentido? Se habla a veces del sexto sentido, cuando no sabemos lo que pasa, y lo llamamos intuición… ¿crees que tenemos cinco sentidos fijos (el tacto, el oído, el olfato, etc.), o que hay más?

Mark Lythgoe:

Creo que hay más; es bastante simplón considerar solamente cinco. Hay muchos ejemplos fantásticos. Está el sentido del tiempo, entendemos el sentido del tiempo que transcurre de un minuto al siguiente. Percibimos también la sensación de caer al suelo, hay muchos sentidos de este tipo. Creo que existen sentidos ocultos, como lo que denominamos feromonas, sustancias químicas que no podemos oler, pero que nuestra nariz detecta y, por supuesto, los animales utilizan continuamente.

Así pues, no dudo que haya muchos más sentidos. También hay un sentido estupendo que no utilizamos muy a menudo, que se llama propiocepción.

Eduard Punset:

¿Y qué es?

Mark Lythgoe:

La propiocepción está en cada músculo, cada tendón, que cuentan con un pequeño receptor. Me gustaría demostrártelo con una prueba. No te aprobaré ni suspenderé, pero te haré una pequeña prueba. Yo la he hecho cientos de veces, pero sigo teniendo dificultades. Es una prueba para comprobar tu propiocepción. Veamos: levanta una mano hacia arriba, sobre tu cabeza, de manera que no puedas verla: la mano apuntando hacia arriba

con los dedos extendidos. Ahora pon tu dedo índice sobre la nariz, y luego intenta tocarte el pulgar con el índice. [Tanto Punset como Lythgoe hacen el ejercicio].

Eduard Punset:

Mi pulgar, ¿eh?

Mark Lythgoe:

Sí.

¡Oooooooooh! ¡Has estado cerca!

Eduard Punset:

Cerca. Más cerca que tú, ¿eh?

Mark Lythgoe:

Más cerca que yo, ¡sí! ¡Y lo he hecho muchas veces! ¿Pero qué has sentido? ¿Qué sensación has tenido? Para mí, la sensación es que he perdido el pulgar, ¿sabes?

Eduard Punset:

La audiencia, nuestra audiencia, en España y América Latina: ¿por qué no hacen este ejercicio y prueban a ver si tienen este sentido? Ponen el dedo sobre la nariz, ponen la mano abierta encima de su cabeza, y con el índice buscan el pulgar. Bueno, yo… casi, casi.

Mark Lythgoe:

Has estado cerca, pero es como si perdieras tu cuerpo en el espacio.

Eduard Punset:

Es verdad.

Mark Lythgoe:

Y para saber dónde está tu cuerpo en el espacio tenemos estos pequeños sensores llamados propioceptores. Están en cada músculo y en cada tendón, y te permiten sentir que tu mano está aquí, comparada con la otra mano.

Hubo un caso notorio, el de una mujer que nació sin esta sensación. Era como si no pudiera sentir su cuerpo en absoluto. Como la sensación de ¿dónde está mi pulgar? pero aplicada a todo el cuerpo. Una vez iba en coche, en un coche descapotable, y llevaba una camiseta. El viento soplaba entre los pelos de su brazo. Ésa fue la primera vez que sintió su cuerpo en el espacio. Lo conocemos como el caso de la dama desencarnada. Aprendió a sentir su cuerpo en el espacio a través del vello, a través de la sensación de la piel, en lugar de hacerlo como nosotros, con los propioceptores de la mano. Hay muchos sentidos que utilizamos. Y algunos están muy ocultos.

Bloque 5:

Eduard Punset:

Estaba buscando a un científico al que le interesaran las cosas que le interesan a todo el mundo. Difícil, ¿no?

Mark Lythgoe:

¡Muy difícil! No es fácil encontrarlo, creo, en ningún lugar del mundo.

Eduard Punset:

Pues lo he encontrado hoy, en Londres. Y me gustaría preguntarte: ¿por qué son tan aburridos los científicos, comparados con los artistas, que se comunican con mucha más facilidad? ¿Hay alguna explicación para eso?

Mark Lythgoe:

Eso es algo que me ha intrigado y preocupado durante muchísimo tiempo. Lo vi clarísimo cuando empecé a trabajar con artistas. Por ejemplo, si te llevara al Imperial College, la gran institución científica de Londres, pero sin decirte dónde estás, y luego te llevara a The Slade, la escuela de arte, sabrías exactamente cuándo estás en una institución científica y cuándo estás en una institución de arte, simplemente por la manera de vestir de la gente, ¡sin ni siquiera hablar con los científicos o los artistas! Los científicos visten de una manera muy concreta, formal, aburrida; mientras que los artistas llevan colores, son más sociables… ¡y me pareció evidente que los dos grupos trabajaban para culturas completamente diferentes! ¡Que eran especies distintas! Y entonces empecé a pensar que uno nace para ser artista o para ser científico. En mi opinión, se nace de un modo u otro.

Eduard Punset:

Es curioso. Alguna vez he pensado que el planeta está lleno de buenos artistas y cómicos [risas], y de científicos muy buenos, pero que es muy difícil conciliar ambas cosas. Acabamos de empezar en esto, estamos justo al principio.

Mark Lythgoe:

Lo que suele pasar al llegar a la ciencia es que se nos exige hablar de una manera determinada, escribir de una manera determinada. Yo llegué a la ciencia como Mark Lythgoe, ¡pero perdí a Mark Lythgoe por el camino! Y me volví esta persona objetiva que se comunica de una manera objetiva, sistemática, sin emoción, sin color… ¡sin nada de mí!

Eduard Punset:

Mark Lythgoe:

Creo que te vuelves un producto de la ciencia, lo que empeora, si cabe, las cosas; porque quizá llegas a la ciencia siendo rarito, pero sin duda, al salir, ¡eres aún peor que al empezar! Porque la persona, la persona subjetiva, no se exalta en la ciencia, al revés, no cuenta en absoluto.

Eduard Punset:

Es verdad.

Mark Lythgoe:

Y, por tanto, perdemos todas las dotes de comunicación.



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