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Albergue TV-: carta a un maltratador-monicamily
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: pactemos  (Mensaje original) Enviado: 15/06/2009 20:14

Tema
Fecha: 07.03.2009 - 19.38    Autor:









                     Carta a un maltratador

Fernando Orden Rueda 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES Bioclimático, de Badajoz. II Premio del II Concurso Nacional Carta a un maltratador, convocado por la Asociación Juntos contra la violencia doméstica

Para ti, cabrón: Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado… porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras… Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu método de disciplina intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja?

Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe… La acobardas, la empujas, le das patadas…, patadas que yo también sufría.

Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos…Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender.

Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!–dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada.

Me puse contento antes de tiempo.

Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez…

Y sucedió.

Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre.

Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá. Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí.

Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cabrón: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida.

Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino. Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cabrón.

 


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Respuestas
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Fecha: 14.03.2009 - 3.23    Autor: talvez

 

Un documento impresionante! y real. Vaya, es  cierto, es la  carta que escribió un niño paisano mío. Supo "ponerse en la piel del otro" "calzar sus zapatos", éso que todos decimos ser capaces y mejor aún que lo practicamos.

Esta noche casualmente he visto una entrevista que hicieron al Profesor Universitario A. NEYRA. El, el verano pasado presenció como una "cucaracha" ( así él se refiere al maltratador" ) zarandeaba y pegaba e insultaba, humillaba, a una mujer. Por supuesto él se acercó e intervino, le reclamó que no era una conducta de hombre la que estaba teniendo. El tipejo, la cucaracha, reaccionó, por lo pronto cesando en su agresión a su víctima. Al ver que paraba, Neyra se dirigió a la puerta del hotel donde , por la espalda, a traición, cobardemente, la cucaracha le atacó y le dio tal golpe que lo dejó inconsciente y después entró en coma , situación en la que se mantuvo unos sesenta días. Ya todos estaban por asumir que no saldría, cuando por fin se recuperó. Todos nos felicitábamos por su conducta ya no de "caballero ni de héroe" sino de hombre, de ser humano y por supuesto de que hubiera vuelto a la vida.

Sin embargo él cuando se reconocío a sí mismo y se vio en aquel estado sintió que realmente se moría. Pasó mucho miedo porque veía que la muerte le rondaba, se encontraba hecho un guiñapo, ni parecido a lo que era antes de aquella cobarde agresión.

Tuvo otra recaída, casí esta vez sí se lo lleva la muerte pero volvió a salir adelante. Eso sí

ha quedado hemiplégico. Todos lo califican de un ser sensible, generoso, de principios e intolerante con las injusticias. Todos sentían la situación en la que se encontraba, pero todos sabían que él NEYRA era imposible que hubiera hecho vista gorda a aquella situaciónn ni intentara encontrar algún motivo justificación para aquello. NO, simplemente había una situación de maltrato e intervino. Desgraciadamente como tantos otros que no han tenido tanta repercusión mediática, resultó más dañado que la víctima a la que trataba de defender.

Tal vez sea ese resultado que cada vez con más frecuencia se da de un tiempo a esta parte, es decir que la intervención, la mediación de otra persona para impedir un maltrato, una injusticia termina con que el mediador resulte malherido, haga que cada vez son menos las personas que se deciden a intervenir. O tal vez sea que simplemente es mucho más cómoda y menos problemática la postura de "no exagerar" , no dramatizar, no inmiscuirse en cuestiones de parejas o ese otro "respeto" hacia todas las posturas ...

que nos hace mantenernos al margen, incluso huir o dar la vuelta para no ver.

Lo curioso y triste del caso además es que la mujer la "víctima" maltratada lleva todos estos meses "defendiendo" a la cucaracha a la que ella sin embargo lo percibe con otros muchos valores positivos. Y puesto que no es, según ella, una cucaracha sino un hombre que "sus motivos tenía" para estar "molesto" ese día con ella y que bueeeeeno que sí, que se pasó un poco, pero que el defensor, NEYRA, no tenía por qué haberse metido en una "discusión de pareja", que bueno que sí que gracias, que seguramente tuvo buena voluntad , pero que por "su culpa" (la del profe), ahora su ser querido ( su amor, su amante , su pareja ) estaba "el pobre", que ... aunque tiene de vez en cuando esos "prontos"...., pero que en el fondo es muy buena gente, está siendo enjuiciado y la sociedad habla ´mal de él , que no es un maltratador y que ella no se sentía maltratada, era sólo una discusión de pareja y él , el profe, no debió meterse.

Más aún:  LLeva meses defendiendo a su amante y tantos mismos meses como no se ha tomado la molestia de acercarse al hospital o llamar a sus familiares y seguir la situación crítica en que se encontraba un "desconocido" que intentó parar la humillación a la que estaba siendo sometida.   Situación que, como no algunos "testigos" decidieron negar, no saber nada , pero que otros por supuesto confirmaron que era frecuente esa conducta con ella, aunque .. claro, si ella seguía con él y sin denunciarlo.. pues qué iban a hacer los demás.

- Esta noche estuve en una mesa redonda tras una película en la que se denunciaba el maltrato que reciben los menores en los Centros de Tutela ( manda narices) de Menores.

Es un tema a parte, pero una de las intervenciones de los que asistíamos comentaba que parte del problema en que se encontraban ahora los menores venía precisamente del "parche" que intentaron los poderes púbicos echar sobre el problema que existía entre las relaciones familiares y que todo lo arreglan con "denunciar", denuncie a sus padres , denuncie a sus hijos, denuncia a sus maridos..

Y sí, claro que hay que denunciar, pero hay que tener luego los recursos adecuados para "tratar" las diversas situaciones y no sólo reprimir con castigos que a veces recaen sobre las propias víctimas.

 

Yo encuentro una cierta relación ( tal vez sea mi "manía" de relacionar motivos y consecuencias y paralelismos etc.), encuentro la relación en la necesidad que pareceos tener de "fórmulas mágicas" para 

1º- no tener que volver a enfrentarnos a situaciones que nos son molestas

2º- No tener que volver a pensar qué es lo correcto y peor aún, llevarlo a cabo con riesgo de nuestra propia vida ( a veces no es la vida física, a veces lo que tememos mucho perder es nuestra vida de relación, nuestra vida social )

Y yo me pregunto, verdaderamente merece la pena mantener a tan alto precio esa vida social que se arriesga en cuanto pones sobre la mesa unos determinados valores????

Mónica, muchas gracias por tu colaboración

Talvez
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No hay necesidad de apagar la luz del prójimo para que la nuestra brille” (BARUCH).
 

 

 



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