ESFUÉRZATE Y ALIÉNTESE TU CORAZÓN, PORQUE HA PASADO EL INVIERNO
Por Laura Araceli Cordero Tapia©
México, D.F.
BASE. Salmo 27:13-14
“Hubiera yo desmayado,
Si no CREYESE que veré la bondad de Jehová
(si no hubiera creído que había de ver)
En la tierra de los vivientes.
Aguarda a Jehová (Espera al Señor) (Ten confianza en el Señor DHH)
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; (¡Ten valor, no te desanimes!)
Sí, espera a Jehová”
(¡Sí, ten confianza en el Señor!)(Ten gran valor y espera en Yavé (4)
INTRODUCCIÓN
En ocasiones, llega el momento en que atravesaremos por un valle de sombra de muerte, el cual puede ser una enfermedad prolongada, una pérdida fuerte e importante, una mala racha económica o de problemas con la familia, en el trabajo, etc. Y no me refiero a “problemitas”, me refiero a problemas serios que nos desgastan física, emocional y espiritualmente, donde hay momentos en que parece que “no han cortado la luz” y que Dios nos ha dejado solos... momentos donde palpamos en una profunda oscuridad, y pareciera que no hay término, fin, salida, solución... Donde nos encontramos a punto de desmayar
Meditando sobre algunos pasajes bíblicos tratados en el presente trabajo, y en mi propia situación, ya que desde marzo de 2003 he batallado contra una enfermedad que no termina de irse (cuando los textos médicos dicen que en 12 semanas se resuelve), y en todo lo que Dios me ha estado enseñado al respecto, hubo 3 profecías en la Congregación a la que asisto:
“...Has preguntado y has dicho que he guardado silencio... contestaré... entenderás lo que no has entendido... verás lo que no has visto... oirás lo que has preguntado...contestaré... y tu vida fluirá... es tiempo que seas lleno, seas saciado... serás como fuente de agua viva” (16/04/06)
“Es tiempo de clamar... la lluvia ya está... es tiempo de restituir... de buscar lo perdido... busca y hallaréis...” (23/04/06)
“Tiempo ha pasado y dices: “tú no me oyes, no me haces justicia” , pero te digo: busca en lo profundo de tu corazón y hallarás lo que yo he demandado de ti... pero no quieres obedecer... no quieres hacer lo poco que he demandado de ti... búscamele, dice Dios”. (23/04/06)
El Señor ha estado hablando a mi corazón al respecto, y fue así como nació el presente trabajo, el cual comparto con todos aquellos que saben qué es atravesar un valle de sombra de muerte.
Oro para que el lector sea grandemente bendecido y fortalecido en Dios y en el poder de Su fuerza.
Laura Cordero.
1. LA BATALLA POR MENTE
“Hubiera yo desmayado, si no CREYESE
(Si no hubiera creído que había de ver)
Que veré la bondad de Jehová
En la tierra de los vivientes...”
Hay momentos que son tiempos totalmente oscuros, un atravesar un valle de sombra de muerte...
Todo se torna oscuro, sombrío, la esperanza se debilita cada vez más.
Todo paso por un valle oscuro (un tiempo de necesidad, de dolor, de escasez, de tribulación, de enfermedad) es un momento oscuro, el cual parece eterno – pero, gracias a Dios: ¡no lo es! - donde lo primero que comienza a ocurrir, es que se intensifica la guerra en nuestra contra.
El enemigo comienza a lanzar sus malignos dardos de fuego... recordemos: anda alrededor como león rugiente... buscando intimidar, paralizar, distraer, confundir, apartar con sus rugidos amenazadores... acorralando... mintiendo.... engañando y buscando la mínima oportunidad para robar, destruir y matar.
Realiza un ataque a nuestra mente... ¿qué ataca?:
• Pensamientos
• Emociones
• Palabras
• Voluntad (Acciones)
Desenfocándonos de la Verdad (Dios y Su Palabra) para enfocarnos en las circunstancias (llámese enfermedad, problema, persecución, injusticia, pérdida, dolor, soledad... o como se llame)
Y tratar de echar a andar un círculo de pensamientos obsesivos, donde no podamos pensar más que en el problema
Y magnificándolo:
Poniendo temor
Angustia
Ansiedad
Desesperanza
Desesperación
Desánimo
Pensamientos sobre un Dios enojado, distante y que nos ha abandonado (o está a punto de hacerlo)
Autocompasión
Depresión
Pesimismo
Culpa falsa (pensamientos de condenación)
Enojo contra Dios
Cosas similares a estas
TODO lo anterior, da como resultado una seria OPRESIÓN por parte del enemigo
Todo planeado para tratar de hacernos desconfiar, dudar de Dios, de Sus intenciones y Su Palabra... quiere apartarnos de Él.... como el lobo, a la oveja de su pastor, para poder atacarla sin piedad
Comienza uno a pensar lo peor, y eso trae como consecuencia, que comencemos a sentirnos solos, abandonados por Dios, rechazados por Él... olvidados por Él...
Ya el salmista pensaba así:
“Me acordaba de mis cánticos de noche,
Meditaba en mi corazón,
Y mi espíritu inquiría:
¿Desechará el Señor para siempre,
Y no volverá más a sernos propicio?
¿Ha cesado para siempre Su misericordia?
¿Se ha acabado perpetuamente Su promesa?
¿Ha olvidado Dios el tener misericordia?
¿Ha encerrado con ira sus piedades?
(¿Está tan enojado, que ya no tiene compasión?)
Salmo 77:6-9
Todo lo vemos oscuro, no vemos Su Luz ni Su calor...
Empezamos a dudar y a experimentar muchos sentimientos negativos... y comenzamos a enojarnos contra Él: “yo te he servido”, “¿Por qué permites esto?”... y las cosas van subiendo de tono... a medida que el tiempo se prolonga o la tormenta –a nuestro parecer- se intensifica: “¿Es que ya no me amas?”, “¿Es que no te importo o no te importa lo que me está pasando?”...
¿Y el diablo? “atizando el fuego”:
“...Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,
Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?”
Salmo 42:9-10
“¿Hasta cuándo, Jehová, me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
Salmo 13:1-2
Y la lucha se va intensificando:
“Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma,
Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie;
He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido;
Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios
(¡Mis ojos están cansados de tanto esperar a mi Dios!)
Salmo 69:1-3
“Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia...
Porque ha perseguido el enemigo mi alma;
Ha postrado en tierra mi vida;
Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.
Y mi espíritu se angustió dentro de mí;
Está desolado mi corazón.
Respóndeme pronto, oh Jehová,
Porque desmaya mi espíritu;
No escondas de mí tu rostro,
No venga yo a ser semejante a
Los que descienden a la sepultura”
Sal 143:1,3-4,7
“No me desampares, oh Jehová,
Dios mío, no te alejes de mí.
Apresúrate a ayudarme, oh Señor, mi salvación”
Salmo 38:21-22
“Porque mis enemigos hablan de mí,
Y los que acechan mi alma consultaron juntamente, diciendo:
(se han aliado y hacen planes contra mí)
Dios lo ha desamparado; perseguidle y tomadle, (persíganlo y atrápenlo
Porque no hay quien le libre”
Salmo 71:10-11
Lo que en esos momentos muchos no entienden (o quizás lo olvidaron, enfocados en todo, menos en el Señor) es que SON MENTIRAS: tanto lo que el enemigo vocifera en nuestra mente, como los pensamientos carnales propios, así como los sentimientos producidos de la suma de esos pensamientos... lo cual persistirá mientras NOSOTROS lo permitamos (mientras aceptemos esos pensamientos mentirosos)
¡Es una guerra! Y debemos aprender a tomar las armas que Dios nos ha preparado, pero con la armadura bien puesta, la cual nos protege... y seguir a nuestro General, con la Espada del Espíritu lista para atacar, para defendernos con ella.