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ALEJANDRA STAMATEAS: CUERPO DE MUJER, MENTE DE NIÑA
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CUERPO DE MUJER, MENTE DE NIÑA Capítulo 1 Conflictos de las Mujeres – Niñas Alejandra Stamateas
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- “Él no me deja” - “Cuando mis hijos crezcan, lo haré…” (Porque ahora no puedo porque mis hijos son chicos), o sea: “mis hijos no me dejan…” - “Mi mamá tuvo la culpa de que yo”, por ejemplo “no estudiara, me casara con ese hombre, no pudiera desarrollarme en otras áreas de mi vida”. - “A mí, nadie me entiende...” (Los demás, los otros, no me entienden). - “Ya se darán cuenta de lo que soy...” - “Necesito un hombre que me cuide...” - “Él me maltrata, pero no me hace faltar nada...” - “Él lo hace por mi bien...”
-“Le voy a gastar toda la plata...” -“Me fui a lo de mamá y lo dejé solo...” -“Él me prohíbe…” -“¿Qué le puedo ofrecer yo a él...?”
-“Habiendo tantas, justo se vino a enganchar conmigo...” -“A mis hijos no les gusta que yo...” -“Que no se entere mi mamá…”
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Voy a enumerar algunos de los problemas más comunes en las mujeres-niñas: conflictos emocionales, sexuales, económicos y de pareja que sufren las personas a las que les cuesta dejar su rol de niñas y transformarse en mujeres.
Participante ¿Hay alguna manera de lograr la independencia del otro? Porque si la dependencia es una conducta aprendida, debe poder desaprenderse de alguna forma. No debe ser muy fácil porque si uno pasa mucho tiempo practicando ese tipo de conducta... Respuesta: Sí, se puede lograr. No es fácil, la sociedad no ayuda; la iglesia a veces tampoco, pues pretende dejar a las mujeres en un estado de niñez, porque el hecho de que crezcan las vuelve una amenaza. Precisamente porque la iglesia, siempre ha sido un lugar donde los hombres han tenido poder y autoridad. Por ese motivo no dejan que la mujer desarrolle sus dones. Es interesante observar que, en nuestra cultura, nacer mujer o varón no es lo mismo. Aunque todos digan que sí. Frases que los pediatras o los obstetras escuchan en las salas de partos y en las de espera con respecto al nacimiento de una mujer: - “A ésta, no la anotes en el registro civil” - “¡Ufa! ¡Otra chancleta más!” - “Qué le voy a decir a mi marido”-, decía una mujer después de tener a su tercer hija mujer:-“cómo le voy a explicar a mi marido que tuve otra nena”- En este caso ella se echa la culpa del sexo de la criatura, cuando es el varón el que lo determina. En realidad el que determina el sexo es Dios, ¿no es cierto? - “¡Otra chancleta!” Chancleta ¿qué es? Algo que se pone en el pie, para arrastrar, para caminar. Es algo muy bajo, es como decir: “es humillante tener una mujer” He recopilado algunos comentarios que recuerdan las hijas mujeres o mamás que han tenido hijas mujeres: Una mamá decía: “Me da vergüenza confesar que el nacimiento de mi hija me descolocó, al principio no me gustó nada” Una hija decía: “Los comentarios que recibí sobre mi nacimiento, fueron siempre acerca del gran desgarro que le había producido a mi madre al nacer, por que yo era de gran tamaño” Otra hija decía: “Mi padre estuvo dos meses sin hablarle a mi madre, porque había tenido una chancleta”
O sea, para la sociedad, no es lo mismo tener una mujer, que tener un varón. En el momento del nacimiento, una nena no sabe nada acerca de sí misma. No sabe si es bueno o malo ser mujer. No sabe si es linda, si es fea. Porque ser mujer o ser varón para un bebé es exactamente lo mismo.
Los mensajes verbales y no verbales de la sociedad referidos a la desventaja de ser mujer, le va a producir un efecto negativo en su identidad. Lo que digan y los gestos que hagan, con respecto a su género, afirmarán cuan desprestigiada está su imagen femenina. Desde temprano los deseos y necesidades de la hija, son menos tenidos en cuenta que los de los otros hijos y esto se justifica con la frase de que “una mujer sabe arreglarse sola mucho mejor y que es más capaz de conseguir lo que necesita”.
Por ejemplo, las mujeres que manejamos un auto, sabemos que para los hombres, una mujer que maneja es un peligro, un desastre. Y Ustedes saben que estadísticamente, las mujeres manejando, ocacionan menos accidentes que los hombres. Pero sin embargo es detestable para ellos ver a una mujer manejando. Es como si fuera una vergüenza nacional.
Al hijo varón hay que darle enseguida la mamadera o el pecho; en cambio a la hija mujer se la puede dejar esperando; porque, supuestamente, “una mujer sabe arreglarse mucho mejor y es más capaz de conseguir lo que necesita”.
A pesar de que algunos padres valoran a sus hijas, hay muchos otros que creen que la mujer debe ser inhibida y aplastada en sus deseos y necesidades.
Un dato interesante es observar que, por ejemplo, la habitación de una hija mujer está mucho más cerca de la habitación de sus padres que la del hijo varón. La nena duerme en la habitación más cercana y al varón se lo manda a dormir al altillo, arriba, en la piecita del fondo. ¿Por qué será? Porque, se cree que la mujer necesita más control, porque hay que tenerla más controlada, porque la mujer es más “peligrosa”, la mujer corre más riesgos.
Tener una hija mujer supone que, el día de mañana, ella puede quedar embarazada. Nadie piensa que “si quedó embarazada la nena, es porque un nene la dejó embarazada”. Pero tener un hijo varón es como que te tranquiliza más en cuanto al futuro, pues no corre el riesgo de quedar embarazado; como si el embarazo fuera de uno solo. -“Y, no importa si el nene metió la pata...” -“Y..., es varón…”
Pero que la “nena quede embarazada, es un peligro”. Por eso los padres sienten que deben ejercer un control más estricto sobre sus hijas; ahora, eso sí, en cuanto a sus necesidades: “las nenas se las arreglan solas, pero los varones no”
¿Por qué hay una relación apasionada entre una madre y un hijo varón? A una madre tocale todas las hijas mujeres que tenga, pero no le toques al “nene”. Como al hijo varón, no le toques a la “vieja”, especialmente en nuestra cultura. ¿Por qué será eso? Es un comportamiento frecuente de las madres, cuando tienen un hijo varón: ya sea porque es el más grande, o porque es el más chico. O porque es el del medio, por lo que sea. La mujer fantasea con que, en el caso de que se muriera su marido, ese hijo va a hacerse cargo de
ella. Y le otorga toda la responsabilidad que pesa sobre un hombre, aún desde bien pequeño. La hija mujer, en cambio: “…y es la chancleta…,…y si está conmigo, es para hacerme café, mate. Pero el varón es el que me va a dar el sustento, en el caso de que algo me falte, o de que un hombre me falte…”
Entonces la relación entre “madres e hijos”, es muy diferente a la relación entre “madres e hijas”.
Ya veremos por que sucede esto y por qué es tan conflictiva la relación entre “madres e hijas”. Y por qué las hijas, por lo general, van a asumir una actitud diferente con respecto al padre que a la madre.
Por ejemplo, puede suceder que una madre haya sido golpeada durante toda su vida, pero la hija le va a tener más ira hacia la madre que no se defendió que al padre golpeador; aunque después elija un hombre violento como esposo. Pero al padre lo va a excusar diciendo: -“Pobre hombre,“aprendió a reaccionar así”. En cambio: “ mi mamá nunca se defendió y no me enseñó a mí a defenderme”-
Si una hija se niega a hacerle un favor a sus padres, es más castigada, recibe más reproches y es censurada por ser una persona egoísta ya que se supone que debe decir siempre que sí. Por ejemplo, si a esa hija la mandan a lavar los platos y ella no lo hace, se la castiga más que si el varón dice.-“no quiero ir a lavar los platos”- -“Andá a ordenar el cuarto”-. Se la castiga más a la hija por no ordenar el cuarto que al varón. ¿Por qué? “Y… porque él es varón, ¿viste? La nena tiene que aprender a hacer los quehaceres del hogar…”
Porque a las mujeres nos preparan para cumplir ciertos roles y a los hombres para otros. Y la mujer supuestamente tiene que estar dedicada a la casa y tiene que aprender desde chiquita. Lamentablemente este aprendizaje no la convierte en una mujer madura.
Cuando las mujeres no resuelven esta crisis en el momento adecuado y no maduran a ritmo normal mientras crecen, van a querer madurar todo de golpe cuando son adultas y ahí es donde se cometen los peores errores. -“Yo no pude hacer esto: ir a los bailes, estudiar, emborracharme, salir con amigos, etc”
-“No hice tal cosa…” -“No disfruté de tal otra...” -“Y lo quiero hacer ahora, cuando tengo treinta y cinco, cuarenta o cincuenta años”
Pero Siguen Actuando Como Niñas.
Antiguamente, si una familia tenía tres hijos varones, uno tenía que ser sacerdote, otro militar y el otro médico. O sea la familia tenía resguardadas esas tres áreas: la espiritual, la de la salud y la seguridad. Y la mujer era para casarse, para tener hijos y reproducir más varones que siguieran ocupando esos lugares.
Nuestra generación todavía tiene guardado en el subconsciente estos conceptos y en algún momento aparecen sí o sí. Están metidos dentro nuestro, que aunque sabemos y entendemos que la sociedad va cambiando, que la cultura hoy acepta otras cosas, que hombres y mujeres estamos a la par, igual seguimos reaccionando como si fuéramos niñas. Muchas veces, sin darnos cuenta, aunque desde lo verbal le enseñemos a nuestros hijos que el hombre y la mujer son iguales, en el fondo les transmitimos estos modelos y conceptos. |
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