Alguien dijo que la vida es como un gran show donde cada uno de nosotros somos los protagonistas; cuando nacemos se levanta el telón, se encienden las luces y la idea es que salgas como protagonista de tu vida a hacer un gran espectáculo, una gran representación de lo que es tu vida. El problema es que muchas personas se asoman al escenario de la vida con proyectos pobres, con proyectos pequeños, con planes pequeños, cuando en realidad es el momento de hacer grandes cosas, de tener grandes ideas porque Dios te ha puesto en el mundo para impactarlo.

Los seres humanos tenemos más miedo al éxito que al fracaso; por eso nos cuesta mucho hacer grandes planes. Especialmente las mujeres que tienen miedo de tener más éxito que sus parejas porque temen que las abandonen. O tienen miedo que sus parejas se enojen y empiecen a tener problemas de estima y depresión. Hay mujeres que cuando alcanzan el éxito se boicotean porque tienen miedo.

Declará: Estoy hecho para el éxito, no para el fracaso, mi vida es una vida de éxito.

Analistas dicen que el rey Salomón, muchas veces se quitaba sus ropas reales, se vestía como un ciudadano común y bajaba al pueblo; le encantaba escuchar lo que la gente decía, conversar con la gente, ver cómo pensaban. Por eso, muchos comentaristas dicen que de esa manera escribió Proverbios.

También dicen que una de esas veces, se encontró con la sulamita, se enamoró de ella y así escribió Cantar de los Cantares. Salomón dijo algo muy sabio: "el  hombre es como piensa".

De acuerdo a como el hombre piensa en su corazón así es él, si piensa en cosas pequeñas o grandes,  así es.

Alguien dijo: no hay nada peor que hacer en pequeño lo que bien se podría hacer en grande. Tal vez hiciste algo pequeño cuando lo podrías haber hecho a lo grande, pero como tuviste miedo al éxito, preferiste pensar en pequeño.

Hay personas que viven toda su vida engañadas: creyendo que lo que hoy tienen y que la vida que hoy están viviendo, es la bendición de Dios. "Dios me bendijo, qué más puedo pedir", "y bueno, por lo menos tengo un marido, que me maltrata, que me grita, que no me habla, pero por lo menos lo tengo al lado" y creen que eso es la  bendición y viven engañadas.

Abraham vivió catorce años engañado, porque creía que Ismael era el hijo de la promesa. Dios le había prometido a Isaac, y le dijo que tendría un hijo con Sara, su esposa, pero se fue con Agar y tuvo un hijo con ella y vivió catorce años engañado pensando que Ismael era el hijo de la promesa.

Si Dios te prometió a Isaac, Dios te va a dar a Isaac.

No vivas engañado y no te conformes con Ismael, Dios tiene una promesa para tu vida que la va a cumplir sí o sí.

No es que Ismael sea malo, pero no es la promesa. Hay mujeres que viven años pidiéndole un hombre a Dios: que la ame, que sea siervo de Dios, que tenga mucho dinero, que la ame mucho, que ella lo ame mucho. Y pasa el tiempo, al primer hombre que se le cruza por delante se casa. Y el hombre no tiene dientes, no tiene un peso, no sirve al Señor, no ama a Dios, no le interesan las cosas de Dios y se casan igual. Se conforman con Ismael siendo que Dios le prometió a Isaac.

No te conformes con menos que lo que Dios te prometió, Dios tiene cosas grandes para tu vida, no vivas en pequeño y nunca vivas con menos.

El problema es que el enemigo te engaña los sentidos, quiere confundirte y te muestra algo como bueno pero no es la promesa. Por ejemplo, alguna vez compraste una imitación, pero no es el verdadero: un perfume que no es de marca pero que lo imita, que es parecido, pero no es el original. ¿Viste alguna vez una persona que habla como cristiana, parece que es cristiana, tiene apariencia de piedad pero no lo es? El enemigo nos confunde, muestra algo bueno y decimos "es esto" y vivimos engañados por años. Tal vez hoy te des cuenta que hace años que estás viviendo engañada, creyendo que lo que tenías era la promesa de Dios, cuando Dios te había prometido algo bien grande, y dijiste "a mí me parece que está todo bien", y te acomodaste.

Para recibir las promesas de Dios tenés que hacer las acciones correctas.

Si querés recibir las promesas de Dios y no vivir engañada con Ismael, tenés que hacer las acciones correctas. Abraham en vez de acostarse con Sara lo hizo con Agar, o sea la acción incorrecta.

Tenés que aprender a hacer las acciones de fe correctas, tenés que depositar tu fe en lo correcto, porque si no, vas a vivir toda la vida en el engaño.

Para que una acción traiga mi promesa no debo encerrarme en mi propio saber.

2 Reyes 5 cuenta la  historia de Naamán, general de un ejército que tenía lepra, que estaba buscando su sanidad y llega donde estaba el profeta Eliseo, que le dice que para ser sano tiene que sumergirse siete veces en el río Jordán.

El profeta le dice a Naamán que para ser sano tiene que sumergirse en el río Jordán siete veces y Naamán se enojó y se fue.

¿Cuántas veces te enojaste cuando Dios te dijo que tenías que hacer algo te ofendiste, hiciste mala cara delante de Dios y te fuiste?

Naamán le dijo: "No, no me voy a sumergir en ese riachuelo de cuarta. Eliseo tenés que decirme algo que esté de acuerdo a mi posición, soy el general de ejército y no podés hacerme sumergir en ese río, hay tanto lagos y ríos donde estoy que son dignos de un rey".

Y Eliseo lo que hizo fue romperle los paradigmas a este hombre.

Dios va a venir a romper tus paradigmas, tu manera de pensar, tu manera de hacer las cosas, para que las hagas a la manera de Dios y recibas la promesa.

Por ejemplo, la historia de María. Viene el Espíritu Santo y le dice que va a tener un hijo, y ella dijo "cómo si no soy casada". Estaba rompiendo el paradigma cultural, lo que en ese momento se consideraba que tenía que hacerse de esa manera.

Y el Espíritu Santo le dijo: "Yo voy a venir sobre tu vida" y fue embarazada del Espíritu Santo.

Dios nos rompe los paradigmas, pero cuando El nos pide que hagamos algo diferente nos enojamos, ofendemos y nos vamos, como le pasó a Naamán, que se sumergió en el río siete veces. ¿Y si con una vez no alcanzaba? No, siete veces, porque Dios va a hacer que lo hagas varias veces, porque no es a tu manera sino a la manera de El.

Dios tiene una manera de hacer las cosas y tenés que descubrir cuál es esa manera, para comenzar a tener éxito, para comenzar a tener resultados y para recibir todas las promesas que Dios tiene para tu vida.

Debo aprender a estimular mi fe

Todos tenemos una medida de fe porque Dios se ha encargado de repartir a cada uno una medida: mucha fe, poca fe, gente llena de fe, vacía de fe.

Los discípulos eran hombres de poca fe. Hay personas con distintas medidas de fe: hay quienes creen para cinco pesos, otros para millones; hay líderes creen para diez discípulos en su barca y otros para diez millones de discípulos. Tenés que preguntarte cómo hacer crecer tu medida de fe, y para eso tendrás que aprender a estimularla.

Todos tenemos neuronas en nuestro cerebro, todas las personas tienen distintas cantidades de neuronas. Pero eso no determina la cantidad de inteligencia, sino que la cantidad de conexiones entre una y otra neurona es lo que determina. O sea, a mayor cantidad de conexiones entre las neuronas sos una persona inteligente. ¿Sabés cómo se conectan una neurona con la otra?: cuando estimulás el cerebro, y la mejor manera es aprendiendo, estudiando, leyendo, estando siempre activo, preparándote, escuchando, viendo y eso hace que le des información a las neuronas y eso te hace una persona inteligente.

Hace un tiempo se hizo un experimento con ratones: pusieron a un grupo dentro de una caja vacía y a otro grupo dentro de una caja con escaleritas, rueditas, columpios para que se estimularan. Al poco tiempo, los ratones de la primer caja se habían muerto, y cuando analizaron a los ratones de la segunda caja se observó que sus cerebros habían progresado porque habían sido estimulados.

Si no estimulás tu fe, se va a morir .

Debemos aprender a estimular nuestra fe porque si no la hacemos crecer, solo nos servirá para lo que tenemos hoy, pero nunca nos va a servir para lo que queremos mañana.

Si comenzás a estimular tu fe, algo va a ocurrir. Jesús estaba con los discípulos y les hacía cosas constantemente para que estimularan la fe.

Dios va a venir a tu vida y cada tanto va a venir a preguntar: ¿cómo hacemos para resolver este problema económico que tenés? Te lo preguntará a vos, porque lo que quiere hacer Dios es estimular tu fe para que no se muera y que con tu fe crecida alcances todas las promesas que El tiene para tu vida.

Marcos 2 dice que se juntaron muchos para oír a Jesús.

Jesús llega a la ciudad, algunos comentaristas dicen que la casa donde ocurre este milagro era la casa de Jesús, o sea que toda la gente estaba metida en la casa de Jesús. Traen un paralítico, como no había lugar, los amigos pensaron que no se podía pasar por la puerta, entonces se subieron al techo y lo bajaron; no se detuvieron al primer imposible, lo pasaron por arriba del techo, hicieron un agujero y lo pasaron. Y al ver Jesús la fe de ellos - podría haber mirado cualquier cosa: "me rompieron la casa", "me rompieron el techo", "no puedo predicar más acá, tengo que hacerlo afuera porque acá me rompen todo", o "podría haber visto que la gente se empezó a distraer y no le prestaban atención y estaba predicando algo importante"- pero lo único que vio Jesús fue la fe de ellos.

Jesús verá tu fe

Porque lo que El quiere es que sueltes fe porque capta la atención de Dios. Quiero decirte que si hacés crecer tu fe, tal vez no puedas entrar por la puerta, tal vez tengas que entrar por el techo, pero vas a salir caminando por la puerta para darle la gloria a Dios, porque Jesús va a estar viendo tu fe. Dios quiere que tu fe le impacte, por eso debés motivarla, activarla y hacerla crecer.

Es necesario que Dios vea nuestra fe, pero como a tus sueños los estás llevando en una camilla porque están paralíticos, todavía no impactaron a Dios. No captaste la atención de Dios, por eso no podés dar a luz tus sueños, por eso no podés ver las promesas que Dios te dio, cumplidas en tu vida.

No solo Jesús te tiene que ver a vos, sino que también vos lo tenés que ver a El. Tiene que ser un ida y vuelta. Si tu vida es una rutina y no te estremece, tampoco le estremece a Dios; si adoras y oras y no te estremece es porque tampoco le pasa nada a Dios. Cuando te estremecés, Dios ve tu fe, le impacta, y te da el milagro que estás necesitando.

Cuando pronunciamos el nombre Jesús, todo el mundo espiritual se pone a nuestro favor, cuando le oramos, cuando adoramos a Jesús, todo se pone a nuestro favor para que se cumpla las promesas que El nos dio.

La vida cristiana no es para protocolares, es para personas apasionadas. Tu fe da como resultado la pasión.

Tu fe te apasiona, tenés que ser una persona de fe y siempre serás apasionada.

Por eso tenés que preguntarte: ¿Dios está viendo mi fe? ¿Estoy captando la atención de Dios con lo que estoy haciendo? ¿Esto que hago todos los días llamará la atención de Dios? ¿Me está apasionando a mí? ¿Me doy cuenta que estoy soltando fe? Porque si me apasiona a mí, a Dios le apasiona.

Cuatro Características Que Toda Persona de Fe Tiene que Tener:

1- Ser determinados: ellos dijeron "si no puedo entrar por la puerta, entramos por el techo igual".

Si no tenés determinación, al primer problema vas a volver atrás , porque estos cuatro, si no hubieran sido determinados, se volvían con el paralítico a la casa y hubiera sido paralítico toda la vida. Job dijo: "Determinarás una cosa y te será firme". No andes divagando por la vida "hoy creo, mañana no creo"; "hoy voy, mañana no"; "hoy me parece, mañana no me parece".Determiná una cosa y mantenete firme en eso que determinaste. No vas a prosperar hasta que te determines a hacer acciones correctas para que seas prosperado; no te vas a sanar hasta que no estés determinado a ser sano, hasta que tu fe no crezca para la sanidad, vas a seguir siempre en la misma condición.

2- Fueron esforzados: no dijeron "y..., si no podemos entrar por la puerta, mejor lo dejamos

para otro momento, mucho sacrificio, mejor otra vez". Esfuerzo es ir un poco más allá de tus fuerzas. Hay gente que estuvieron clamando por un trabajo, y cuando lo consiguen, no van porque es a las seis de la mañana. Sé esforzado, si no podés entrar por un lado vas a entrar por otro; si no conseguiste algo de una manera, vas a poder conseguirlo de otra.

3- Tuvieron visión: dijeron "si no se puede por la puerta, ¿habrá otra manera de hacerlo?" Esto

tenés que preguntarte: para obtener mi promesa, ¿habrá otra manera de hacerlo ya que esta no me dio resultado? Tenés que hacer cosas que nadie hizo, Jesús vio su fe por esa acción. Debo tener visión.

4- Ellos perdieron el miedo a ser diferentes: "todos entraron por la puerta, peronosotros

no". Todos dicen que en Argentina las cosas están mal, menos los hijos de Dios que vamos de gloria en gloria y de poder en poder. Atrevete a ser diferente, atrevete a pensar diferente  y que no te de vergüenza.

Tiene que llegar el momento en que Dios apruebe tu nivel de fe, en que Dios esté impactado con tu fe.

En Génesis dice que Dios probó a Abraham, pero en el original dice "Dios aprobó a Abraham", que es muy distinto. Y como Dios aprobó la fe de Abraham, le pidió a su único hijo, porque Dios dijo: "he visto que tu fe ha crecido, ahora te puedo pedir esto, antes no te lo podía pedir porque te hubiese matado entregarlo, pero he aprobado tu fe, ahora puedo decirte entrégame a tu hijo".

Cuando Dios te pide algo, ponete contento porque está diciendo que tu fe ha crecido, y que has aprobado.

Si no te pide nada raro, nada extraño, es porque tu fe está en el mismo nivel. Pero si te pide es porque ha crecido tu nivel de fe. Dios no te va a pedir nada antes de que tu fe haya crecido, te lo va a pedir después, porque sabe que tu fe va a responder. El sabe que cuando nuestra fe está crecida no le negamos nada.

Estimulá tu fe, hay algo más para tu vida.

Por Alejandra Stamateas

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