Por Javier Rodriguez Roque

La Habana, 29 ene (PL) El Encuentro de Cubanos Residentes en el Exterior culminó hoy aquí con una declaración de los 420 emigrados asistentes reclamando el cese inmediato e incondicional del bloqueo de Estados Unidos a la Isla.

El evento demandó también la devolución a Cuba del ocupado territorio donde está enclavada la base naval norteamericana en Guantánamo y la liberación de los cinco antiterroristas cubanos presos en cárceles estadounidenses.

Igualmente, los delegados procedentes de 42 países repudiaron el amaño legal que mantiene impune en territorio norteamericano a Luis Posada Carriles, al cual calificaron de asesino confeso de decenas de cubanos.

Otro de los acuerdos fue acudir al Consejo de Derechos Humanos de la ONU para denunciar las arbitrariedades cometidas con Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino y René González, los cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos.

Al clausurar la reunión, el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, recordó que la emigración ha sido siempre parte esencial de la nación cubana y de su afanosa búsqueda de la independencia y la justicia.

Alarcón puntualizó la falta de cambio en la política del gobierno estadounidense hacia Cuba y señaló que la guerra económica contra el país se mantiene exactamente igual que en el pasado.

Tampoco ha habido modificación alguna en la pretensión de imponer a Cuba el régimen político y el tipo de sociedad que, con torpe arrogancia, deciden en Washington, ni en la colosal campaña de mentiras y distorsión de la propaganda anticubana, añadió.

Planteó que pieza esencial de la estrategia contra la revolución ha sido y es la Ley de Ajuste Cubano aplicada con pérfido desprecio por la vida de los cubanos y la integridad de la nación.

Uno de los crímenes más aborrecibles cometidos por el Imperio ha sido el de convertir a los emigrados en rehenes y usar a algunos como instrumentos de una guerra concebida para liquidar a su propia nación, sentenció Alarcón.

Más adelante, subrayó que, sin renunciar a la inexcusable obligación de defenderse, la revolución ha ido abriendo espacios de acercamiento y diálogo y avanza con pie firme hacia la plena y total normalización de los vínculos entre todos los cubanos.

A la ceremonia de clausura asistieron también el canciller Bruno Rodríguez, el ministro de Cultura, Abel Prieto, Jorge Martí, jefe del departamento de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Cuba y Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas