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General: GARCÍA MÁRQUEZ : " LA SOLEDAD DE AMÉRICA LATINA "
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 21/04/2014 16:31
García Márquez: "La soledad de América Latina"
 
17 de Abril, 2014

Se nos fue García Márquez, maravilloso escritor y hombre de la Patria Grande latinoamericana. ¿Qué se puede decir de él que ya no se haya dicho? Mejor leamos, o re-leamos, el discurso pronunciado al recibir el Premio Nobel de Literatura el año 1982. Una pieza político-literaria memorable del genial Gabo.


Gabo, desafiando todo el protocolo, recibe el Premio Nobel de Literatura de manos de Carl Gustav,  rey de Suecia 



"La soledad de América Latina"
Discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, 1982 
 
 
Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.
 
Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonios más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los Cronistas de Indias nos legaron otros incontables. Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro.
 
La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas.
Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetus que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego.
 
Un presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió 
peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi los 120 mil, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encintas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 mil muertes violentas en cuatro años.
 
De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América latina, tendría una población más numerosa que Noruega.
 
Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.
 
Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes.
 
No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo.
 
América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental.
 
No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.
 
Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos, y entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios.
Un día como el de hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: "Me niego a admitir el fin del hombre". No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.
 
Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido.
 
Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.
En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía. Muchas gracias.
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 25/04/2014 10:22
García Márquez ingresa a la inmortalidad
Por: Gloria Inés Ramírez, senadora de la República

El pasado 17 de abril murió en su residencia en ciudad de México el insigne escritor y periodista colombiano, Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.

Este infausto suceso ha dado lugar a las manifestaciones más diversas, que van desde quienes lamentan su desaparición como una gran pérdida para nuestro país y le rinden un sincero homenaje, hasta los que no son capaces de disimular la alegría que les produce su muerte, pasando por la variada gama de los aduladores, los hipócritas y los oportunistas.

Como escritor, García Márquez ascendió a las más elevadas cumbres de las letras, de lo cual es prueba irrefutable el Premio Nobel de Literatura, lo mismo que la opinión autorizada de los más grandes literatos de nuestro tiempo a lo largo y ancho del mundo.

Fue dueño de un pensamiento avanzado y, a diferencia de algunos escritores de su época que terminaron en las toldas de la derecha, mantuvo durante toda su vida una posición progresista coherente y jamás permitió que la oligarquía colombiana lo utilizara para ponerlo al servicio de sus intereses.

Fue amigo de Cuba y se desempeñó como corresponsal de la agencia cubana de noticias Prensa Latina en Nueva York, de donde tuvo que salir hacia México por amenazas de los contrarrevolucionarios radicados en Estados Unidos.

Acompañó al general Omar Torrijos en la lucha por la recuperación de la soberanía de Panamá sobre la zona del Canal. Estuvo al lado de los pueblos en las luchas contra las dictaduras militares que por largo tiempo asolaron a América Latina y El Caribe con el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos.

En Colombia, fundó con algunos intelectuales la Revista Alternativa, que se convirtió en una tribuna del pensamiento progresista y de izquierda, y fue siempre un demócrata integral y un luchador consecuente por la paz.

Todas estas posiciones le granjearon el odio, a veces mal disimulado, de los sectores más derechistas de la oligarquía.

A comienzos de los años 80 del siglo pasado, el reaccionario gobierno de Turbay Ayala expidió el llamado “Estatuto de Seguridad” a cuyo amparo se desató una oleada de allanamientos, detenciones y torturas que provocaron un escándalo mundial-

y que hicieron blanco de la persecución a destacadas figuras del arte y la cultura, entre ellas, la escultora Feliza Bursztyn, el poeta nacional Luís Vidales y García Márquez, a quien los extremistas de la derecha y los militares acusaban calumniosamente de tener vínculos con el M-19.

El fantasma del Ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, reencarnado en el militarismo colombiano volvía a repetir “Cada vez que oigo la palabra cultura, desenfundo mi pistola”.

Son estas las verdaderas razones que llevaron a nuestro más grande escritor a buscar refugio en México, hecho que él mismo explicó en su momento diciendo “Ahora se sabe por qué me buscaban, por qué tuve que irme y por qué tendré que seguir viviendo fuera de Colombia, quién sabe hasta cuándo, contra mi voluntad”.

Son las razones que esconden cuidadosamente los fascistas, a quienes ni siquiera la muerte de García Márquez les produce un poco de respeto.

Gabriel García Márquez es, sin ninguna duda, uno de los más grandes colombianos de todos los tiempos, por lo que expresamos nuestra admiración por su vida y obra, nos inclinamos respetuosos y adoloridos ante su tumba y le rendimos nuestro modesto pero sentido homenaje. Fotos: Latam y Notimundo.

Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 10/05/2014 14:16

10 de mayo de 2014, 08:52Por Waldo Mendiluza

edificio de las Naciones UnidasNaciones Unidas, 10 may (PL) Cuba, Brasil y Argentina sobresalieron esta semana entre los países que demandaron ante foros de Naciones Unidas un mundo libre de la amenaza de las armas de exterminio masivo.


Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/05/2014 20:16
ALAI, América Latina en Movimiento

2010-03-01

ALatina,EE.UU

América Latina y el Movimiento de los Países No Alineados

Luis Britto García
Clasificado en:     Política: Politica, |   Internacional: Internacional, |
Disponible en:     Español       
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La conquista de América fue la más grande operación de colonización jamás emprendida, su Independencia, la mayor gesta de descolonización jamás culminada.  Tras ésta, los países liberados comprendieron, como lo haría después el Movimiento de los No Alineados (MNOAL) la necesidad de la unidad.  Las colonias inglesas se consolidaron como Estados Unidos.  Bolívar liberó lo que ahora son seis países.  Con tres de ellos constituyó el enorme bloque de la Gran Colombia, y en 1826 intentó consolidar una unión entre los pueblos americanos en el Congreso Anfictiónico de de Panamá, como muralla contra los intentos de Reconquista de la Santa Alianza, instrumento de colaboración económica y árbitro de las comunicaciones gracias al proyectado Canal de Panamá.  Estados Unidos preservó su unión, expandiéndose a costa de sus vecinos hasta convertirse en la primera potencia del mundo.  América Latina se dividió, fragmentando lo que habían sido cinco virreinatos y cinco capitanías en 25 países, cuya debilidad permitió que fueran dominados.

Emancipación política y dependencia económica

En América Latina se planteó, antes que en el Movimiento de los Países No Alineados: que tras luchar por la emancipación política hay que hacerlo por la económica, estratégica y cultural.  Costeamos las armas para nuestras Independencias con demoledoras deudas externas que hipotecaron nuestro futuro.  Haití debió indemnizar a los antiguos propietarios de esclavos con el equivalente de 20.000 millones de dólares actuales.  La Gran Colombia inició su vida debiendo 10 millones de libras esterlinas, deuda que se repartió cuando a su vez la gran unión se fragmentó en tres países.  Estados Unidos asumió el proteccionismo como invariable camino hacia el desarrollo económico.  América Latina suscribió tratados de libre comercio que le prohibieron la protección de sus industrias y exportaciones y no frenaron el disimulado proteccionismo de las potencias.  Para América Latina la Independencia política equivalió, como para muchos de los No Alineados, a una rotación de metrópolis. 

Estados Unidos, de colonizados a colonizadores

América Latina experimentó, como luego los Países No Alineados, que algunas colonias liberadas pueden oprimir a otras.  Desde finales del siglo XIX Estados Unidos intentó imperar en el hemisferio valiéndose de la Doctrina Monroe, de medio centenar de intervenciones armadas, y de organizaciones como la Unión Panamericana desde 1899, o la Organización de Estados Americanos desde 1945.  Desde esa fecha, un Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca nos obligó a intervenir militarmente contra supuestas agresiones “extracontinentales”, cuya evidencia sería la inclinación del país víctima hacia cualquier política socialista o progresista.  A la conferencia fundacional del Movimiento de los No Alineados en Bandung en 1955 no asistió ningún país latinoamericano.  América Latina y el Caribe parecían el “Patio Trasero” de Estados Unidos. 

América latina y el caribe desafían la hegemonía

A dos años apenas de la Conferencia de Bandung, desde 1959 Cuba enseña cómo se puede cohesionar a un pueblo para resistir dos intervenciones militares directas y un indefinido bloqueo apoyándose en el juego bipolar pero sin ceder la soberanía.  Tras numerosas tentativas sofocadas por la intervención abierta o encubierta de Estados Unidos en Chile y Centroamérica, triunfa otra revolución socialista en Nicaragua, persiste una insurgencia invencible en Colombia y a la vuelta del siglo inobjetables victorias electorales llevan al poder a movimientos socialistas en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y a candidatos progresistas en Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Argentina y Honduras.  Países como Venezuela, Bolivia y Ecuador recuperan el pleno control sobre sus industrias de recursos naturales y desarrollan políticas de gasto social, alfabetización y educación y salud gratuitas.  El ALCA queda completamente derrotado, mientras se fortalece el Mercosur.  Se crea la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y con el Consejo Suramericano de Defensa, el Banco del Sur, para relevar al Banco Mundial y al FMI, y el Sucre, el Sistema Unificado de Compensación de Reservas.  La previa alineación se rompe, al extremo de que la Cumbre de 2006 del MNOAL se celebra en La Habana, y en la actualidad son miembros de dicho Movimiento 31 países latinoamericanos y caribeños.  Venezuela mediante el ALBA (Alternativa Bolivariana para América) propone una nueva alianza basada en la colaboración mutua y en la integración regional y no en el interés económico, y abre una política multipolar orientada hacia la colaboración del Sur con Sur, hacia el G-77, los mercados africanos y asiáticos y los integrantes del MNOAL. 

La unipolaridad contraataca

Estados Unidos responde con una agresiva política de Gran Garrote: moviliza la IV Flota hacia el Caribe, establece dos bases militares en Curazao y Aruba, siete bases en Colombia y dos más en Panamá, propicia y legitima un golpe de Estado en Honduras, financia a la oposición de los gobiernos progresistas y ocupa militarmente Haití.  Una vez más, intenta resolver militarmente problemas económicos, sociales, políticos y culturales que no sabe cómo manejar.

La No alineación responde

Las consideraciones anteriores ratifican la perenne validez de la idea que anima al Movimiento de los No Alineados.  La caída del mundo bipolar hace evidente que la diversidad de culturas y de Estados tiene todavía vigencia.  La precaria situación de muchos de los países descolonizados frente a las grandes potencias que todavía pretenden ejercer plena hegemonía y no se resignan al concepto de un mundo multipolar requiere todavía de una liga que permita intercambiar puntos de vista, diseñar estrategias y afirmar el derecho a la supervivencia, a la independencia y a la soberanía de la inmensa mayoría de los países y de los habitantes del planeta. 

http://luisbrittogarcia.blogspot.com

 



http://alainet.org/active/36411&lang=es

Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 17/04/2019 11:57
Colombian writer and Nobel Prize for Literature 1982 Gabriel Garcia Marquez attends 05 December, 2006 in Havana the inauguration of the XXVIII New Latin American Cinema festival.

A cinco años de la muerte de García Márquez, cinco cosas que no sabías sobre el genio colombiano

© AFP 2019 / Baltazar Mesa
AMÉRICA LATINA
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Hace cinco años el mundo entero lloró la muerte del Premio Nóbel de Literatura, escritor, guionista y periodista Gabriel García Márquez. El 17 de abril de 2014 el inventor del realismo mágico murió con 87 años. Sputnik conmemora su vida y obra contándote cinco cosas que no sabías sobre uno de los autores más influyentes del siglo XX.

Conocido como Gabo o Gabito (hipocorístico de Gabriel), García Márquez nació en Aracataca, departamento del Magdalena, Colombia, pero hizo el colegio secundario en la Zipaquirá, a pocos kilómetros de Bogotá, la capital, y luego estudió Derecho en la Universidad Nacional.

El 9 de abril de 1948 estuvo a pocas cuadras del lugar donde asesinaron al dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán, en el centro de Bogotá, lo que desató el famoso "Bogotazo".

Fue después cuando Gabo comenzó a vincularse al mundo periodístico. Sus primeras colaboraciones fueron publicadas por el periódico liberal El Universal de la ciudad de Barranquilla.

En 1955 publicó su primer libro, La hojarasca. En junio de 1967 publicó Cien años de soledad. En una semana vendió 8.000 ejemplares. De allí en adelante, el éxito fue asegurado y se hizo una nueva edición cada semana, pasando a vender medio millón de copias en tres años. El libro fue traducido a más de veinticinco idiomas y ganó seis premios internacionales.

Más: La Colombia del imaginario ruso

Su obra literaria le valió el Premio Nóbel de Literatura en 1982. Sin lugar a dudas, García Márquez es uno de los autores clásicos de la literatura hispánica y mundial.

​En 2014 falleció en su casa en Ciudad de México, a raíz de un cuadro de deshidratación y una infección pulmonar que lo llevaron a ser internado en un centro hospitalario.

Aquí cinco cosas que no sabías sobre el genio colombiano:

  • A pesar de que él mismo ha dicho y dejado por escrito que nació el 6 de marzo de 1928, hay varios biógrafos, estudiosos de su obra e incluso su propio padre, Gabriel Eligio García, que afirman que nació en 1927.
  • García Márquez conoció a su esposa, Mercedes Raquel Barcha Pardo, cuando ella tenía 9 años. Según dice, le propuso matrimonio desde que ella cumplió 13 años, pero recién dijo "sí" a los 26, cuando él ya tenía 31 años.
  • Aunque García Márquez poseía residencias en París, Bogotá y Cartagena de Indias, vivió la mayor parte del tiempo en su casa de la Ciudad de México, desde principios de los años 60. fue allí donde escribió Cien años de soledad, en el número 19 de la calle La Palma de la colonia San Ángel.
  • En 1999 García Márquez entrevistó a Shakira y se declaró su 'fan'. En el reportaje que publicó la revista Cambio, escribió que su música "tiene un sello personal", "una sensualidad inocente" y que "nadie puede cantar y bailar como ella lo hace". Cuando su libro El amor en los tiempos del cólera, fue llevado a la pantalla grande, el escritor pidió a Shakira que interpretara las canciones principales de la película. La cantante, a su vez, bautizó una escuela en honor a su amigo.
  • El escritor era un hombre supersticioso: siempre tuvo flores amarillas en su casa; las consideraba un amuleto de buena suerte. En cambio, creía que los caracoles detrás de la puerta, los pavos reales, las flores de plástico y el frac traían muy mala suerte. Justamente evitando el frac, fue a recoger su Premio Nóbel vestido con un liquiliqui, vestimenta tradicional de los Llanos colombo-venezolanos.

Vinculado: Escritor español Alejandro Morellón gana Premio Hispanoamericano de Cuento García Márquez



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